Carlismo en España: Historia, Ideología y Conflictos Dinásticos
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El Carlismo: Origen, Ideología y Guerras
Origen del Carlismo
El carlismo es un movimiento ideológico que surge como oposición al liberalismo. Su origen se sitúa en la crisis sucesoria que se abre cuando Fernando VII, mediante la Pragmática Sanción, decide abolir la Ley Sálica para facilitar el acceso al trono a su hija Isabel. Los absolutistas ultras o apostólicos, opuestos a las reformas iniciadas por Fernando VII al final de su reinado, se aferran a la Ley Sálica para reconocer como heredero al infante Carlos María Isidro, hermano del rey, y por ello serán conocidos como carlistas.
Ideología Carlista
Desde el punto de vista ideológico, el carlismo se caracteriza por la defensa del poder absoluto del rey, por apoyar el catolicismo y los privilegios de la Iglesia, y por idealizar un pasado rural frente a las amenazas que llegan del mundo urbano. Además, el carlismo se identifica con la defensa de los fueros territoriales frente al centralismo uniformador del Estado Liberal.
Base Social y Geografía
La principal base social del carlismo estuvo en los pequeños campesinos, impregnados de un fuerte catolicismo y que se consideraban amenazados por un Estado Liberal que, con los procesos desamortizadores, les arrebataba los derechos sobre las tierras comunales. Estos campesinos también se consideraban amenazados por la explotación impersonal del capitalismo e idealizaban el pasado rural donde encontraban la seguridad de la comunidad aldeana. El carlismo tuvo otro importante apoyo entre el bajo clero, especialmente el regular, que vio cómo el Estado Liberal desamortizaba sus tierras. También la pequeña nobleza apoyó el carlismo, mucho más perjudicada que la alta nobleza por la abolición de los privilegios estamentales.
Desde el punto de vista geográfico, el carlismo se difundió ampliamente por las zonas donde predominaba el pequeño campesinado, como la mitad norte peninsular, y especialmente allí donde se mantenían los fueros o el recuerdo de su existencia, como ocurría en el País Vasco, Navarra o las zonas rurales de Cataluña, Aragón o Valencia. Donde el carlismo apenas tuvo apoyos fue en las ciudades.
Las Guerras Carlistas
Antecedentes
El carlismo tuvo un antecedente en la revuelta de los Agraviados de 1827 contra las reformas de Fernando VII.
Primera Guerra Carlista (1833-1839)
Pero al ser proclamada reina Isabel II en 1833, se produjo una insurrección en defensa de don Carlos, con la que comenzó la Primera Guerra Carlista. Esta tuvo como principales escenarios el País Vasco y Navarra, el interior de Cataluña y el Maestrazgo. Destacaron los generales Zumalacárregui y Cabrera. El momento culminante se produjo en 1837 con la Expedición Real que llegó a las puertas de Madrid. La guerra terminó en 1839 con el Convenio de Vergara, por el que los isabelinos se comprometieron a reconocer los grados militares carlistas y a respetar los fueros vasco-navarros, aunque la guerra siguió en el Maestrazgo un año más. No obstante, los fueros navarros se modificaron y Navarra se convirtió en una provincia más, aunque con unos privilegios fiscales reconocidos en el concierto económico.
Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849) tuvo menos importancia. En ella, los carlistas defendieron los derechos del pretendiente Carlos VI y tuvo como escenario el interior de Cataluña.
Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
La Tercera Guerra Carlista (1872-1876) estalló en defensa de los derechos de Carlos VII frente a la monarquía democrática de Amadeo de Saboya. El principal escenario estuvo en el País Vasco y Navarra, donde se creó un auténtico Estado con capital en Estella. Con Alfonso XII se puso fin a la guerra y con ella se abolieron los fueros vascos, sustituidos por unos conciertos económicos que daban a las tres provincias vascas la autonomía fiscal que ya tenía Navarra.