Características y Mejoramiento de Suelos: Guía Práctica

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Características y Mejoramiento de Suelos

Desde el punto 2 hasta el 5 son denominados áridos con piedra denominante en cuarzo. Son suelos sumamente permeables.

Las arcillas y los limos son ávidos (materiales que retienen el agua) y adquieren una consistencia plástica que los hace casi impermeables. La cohesión hace que estos suelos sean bastante estables, no se escurren, pero hay algunas arcillas, como los aluminatos, que aumentan mucho el volumen al retener agua entre sus poros, lo que modifica su composición laminar.

Figura n° 2

En general, todo suelo arcilloso que presente en el laboratorio una retracción en el secado superior al 5% debe ser desechado como suelo de fundación.

Suelo del Alto Valle

El suelo dominante en el Alto Valle es de tipo limo arenoso de muy baja cohesión. Su origen es de sedimento eólico originado por los vientos que erosionan la meseta. Su composición química es una mezcla de cuarzo y calcáreo de grado homogéneo con muy baja capacidad portante. Este sedimento, de espesores de entre 2 y 25 mm, se apoya sobre un estrato inferior de canto rodado con aglomerante calcáreo de origen marino, semejante al suelo firme que se ve en la barda.

Los aportes de agua de riego con drenajes inadecuados han ido generando la salinización de los suelos más bajos, siendo un condicionante muy importante para la construcción.

Mejoramiento de Suelos

Los condicionantes de estabilidad del suelo pueden cambiarse superficialmente agregando capas de suelo compactadas en espesores no mayores a 15 cm con suelos granulares de mejor composición que la preexistente.

ps – p / psi = %

ps: peso seco

psi: peso seco inicial

%: porcentaje de humedad

ps/v= s(densidad)

v: volumen

A mayor densidad de un suelo, mayor capacidad portante. Por lo tanto, una vez conocido el suelo, se tratará que el que sea usado para relleno tenga mayor densidad que el existente a fines de mejorarlo. Esto puede controlarse con los ensayos Proctor (lámina n°5).

Con los datos de humedad que otorga el ensayo, se construye una curva que nos permite obtener la capacidad máxima y la humedad óptima.

Estas condiciones se tratan de reproducir en las obras agregando la cantidad de agua que sea necesaria por cada capa para tratar de lograr un valor cercano a la humedad óptima.

En la obra se realiza el ensayo de campo que consiste en determinar la densidad del suelo ya compactado. Esto se hace mediante la extracción de una muestra de suelo con una pala de jardinería.

Se extrae una muestra de suelo y se guarda en bolsas herméticas. Luego se usa el cono de arena para medir el volumen de suelo extraído. Este es un recipiente graduado que contiene en su interior arena de grado homogéneo. Se coloca sobre el orificio, se abre el rominete y se llena. En el frasco se leerá directamente el volumen de arena que salió, al que se le restará el volumen de arena del cono. De esta manera obtenemos el volumen de suelo.

Un ensayo Proctor no da medida de la resistencia de un suelo, sino de su densidad y la humedad óptima. La humedad se encuentra directamente vinculada con la densidad, así como también esta última con la resistencia; a mayor densidad de un suelo, mayor será su resistencia. Por lo tanto, si la resistencia es conocida, bastará luego con hacer un ensayo Proctor para verificar si la densidad está por encima del 95%.

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