Características y Evolución del Arte Renacentista: Arquitectura en Florencia y Roma
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Características Principales del Arte Renacentista
El arte renacentista se distingue por una serie de características fundamentales que marcaron una ruptura con el estilo medieval y un retorno a los valores de la Antigüedad clásica. Estas son algunas de las más destacadas:
- Restauración de la Antigüedad: Se recuperan los temas y formas del arte clásico griego y romano.
- Convivencia de Temas: Los temas mitológicos clásicos coexisten con los cristianos, utilizando la mitología como alegoría para representar ideas abstractas.
- Antropocentrismo: El hombre se convierte en el centro del universo, y el arte se crea para la apreciación humana.
- Ideal de Belleza: Los artistas buscan plasmar un ideal de belleza, especialmente en la representación del cuerpo humano, recuperando el desnudo y estableciendo un canon de proporciones.
- Expresión de Sentimientos: Se busca capturar la gama completa de emociones humanas en las obras de arte.
- Investigación de la Naturaleza: Se consagra el paisaje como tema artístico y se recupera el retrato.
- Perspectiva: Se desarrolla la técnica de la perspectiva para representar el espacio tridimensional en una superficie plana, utilizando el punto de fuga.
- Mecenazgo: La prosperidad económica da lugar a la figura del mecenas, que protege y financia a los artistas.
- Reconocimiento del Artista: Los artistas comienzan a firmar sus obras, dejando atrás el anonimato medieval.
- Versatilidad Artística: El ideal humanista lleva a los artistas a dominar diversas disciplinas artísticas.
En resumen, el arte renacentista exalta el mundo y el hombre, destacando la belleza del paisaje y del ser humano, y cultivando el desnudo. Técnicamente, se caracteriza por el sentido de la proporción, el equilibrio y la perfección de la perspectiva.
La Arquitectura Renacentista: Del Quattrocento al Cinquecento
El Quattrocento en Florencia (Siglo XV)
En el siglo XV, Florencia, impulsada por un notable desarrollo económico y el mecenazgo de la familia Médicis, se convirtió en el epicentro del Renacimiento. Los arquitectos rompieron con el estilo gótico y adoptaron los órdenes clásicos griegos, el arco de medio punto y otros elementos del arte clásico (frontones, cornisas, cúpulas).
Filippo Brunelleschi fue el gran arquitecto florentino de este período. Su obra más emblemática es la Cúpula de la Catedral de Florencia, una hazaña de ingeniería que destaca por su elegancia y audacia. Brunelleschi elevó la cúpula sobre un tambor poligonal y la diseñó con una estructura doble, semiesférica en el interior y ligeramente apuntada en el exterior, apoyada en medias cúpulas exteriores. Aunque utilizó elementos de la arquitectura romana, no abandonó por completo las soluciones góticas, como se aprecia en los nervios y la forma apuntada de la cúpula exterior.
Además de la catedral, Brunelleschi construyó iglesias y el Palacio Pitti, cuya fachada almohadillada, con tres cuerpos en altura separados por cornisas y ventanas con frontones, se convirtió en un prototipo para los palacios renacentistas. Estos palacios, a diferencia de las fortalezas medievales, eran mansiones urbanas con planta rectangular y un patio interior porticado.
El Cinquecento en Roma (Siglo XVI)
En el siglo XVI, Roma reemplazó a Florencia como centro artístico. La abundancia de monumentos antiguos y el mecenazgo de los papas Julio II y León X atrajeron a los artistas más destacados.
La construcción de la nueva Basílica de San Pedro, dirigida inicialmente por Donato Bramante, marcó este período. Bramante proyectó una planta de cruz griega con una cúpula central. Tras su muerte, varios arquitectos modificaron el proyecto, destacando la grandiosa cúpula de Miguel Ángel. Inspirada en el Panteón de Roma, la cúpula de Miguel Ángel se eleva sobre un tambor circular con ventanas que alternan frontones curvos y triangulares. La arquitectura del Cinquecento se caracteriza por una mayor proporción, equilibrio y clasicismo.