Características y Autores de la Generación del 98: Un Recorrido por la Literatura Española de Fin de Siglo
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La Generación del 98
Está formada por un conjunto de escritores españoles nacidos entre 1860 y 1875, que publican sus primeras obras en el cambio de siglo: Ángel Ganivet —considerado precursor del grupo—, Ramiro de Maeztu, Azorín, Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Ramón María del Valle-Inclán.
Algunos temas, motivos o rasgos formales compartidos por todos ellos son la angustia existencial y el tema de Dios, el problema de España, el primitivismo, el subjetivismo y la voluntad de renovación formal.
La preocupación por la decadencia del país —agudizada tras el Desastre del 98 y que conecta con el regeneracionismo de Joaquín Costa— presenta dos enfoques:
- La reflexión sobre la identidad de España. Para los autores del 98, es preciso recuperar los valores que constituyen la identidad española: la austeridad, la nobleza, la espiritualidad o la entereza en la adversidad, que se encarnan en el paisaje castellano; y el idealismo o el desdén hacia la razón, que caracterizan a personajes de la tradición literaria, como don Quijote. Otros, como el cainismo, la pereza, la envidia o la religiosidad tradicional, deben ser erradicados.
La angustia existencial y el tema de Dios
- El hastío o spleen finisecular, derivado de la carencia de un principio o justificación trascendente que dé sentido a la existencia, se relaciona con el desconcierto vital y la abulia que devoran a algunos de los personajes característicos de la narrativa de Azorín (el narrador protagonista de Diario de un enfermo, o Antonio Azorín en La voluntad) y Baroja (Fernando Ossorio en Camino de perfección o Andrés Hurtado en El árbol de la ciencia).
El problema de España
- La coyuntura histórica que vive el país (en particular, el Desastre del 98) genera cientos de páginas en las que los escritores analizan la realidad social, política y cultural de España. Surge, así, la figura del intelectual, entendido como una voz crítica, independiente y prestigiosa que, por la solidez de sus opiniones —vertidas, generalmente, en la prensa diaria—, se convierte en una referencia para la sociedad.
- La toma de conciencia de la decadencia de España, la identificación de sus causas y la búsqueda de posibles soluciones entroncan a los autores del 98 con el regeneracionismo de Joaquín Costa.
- El problema de España encuentra en la Generación del 98 dos enfoques o acercamientos fundamentales: la reflexión sobre la identidad de España y la crítica social.
- La reflexión sobre la identidad de España
- Frente a las medidas más prácticas propuestas por los regeneracionistas, los escritores noventayochistas preconizan una regeneración espiritual, que pasa por recuperar, o modificar, según los casos, los rasgos que configuran la identidad de España.
- Para los autores del 98, la esencia de España radica en su paisaje y su literatura. Sienten, en particular, fascinación por Castilla, plasmada en obras como Castilla, de Azorín, o Campos de Castilla, de Machado. La ruina y el abandono de los campos y la decrepitud de las capitales castellanas son expresión de la decadencia del país, pero, a la vez, encarnan los valores que constituyen, a su juicio, el ser de España: austeridad, nobleza, espiritualidad o entereza en la adversidad. En Vida de don Quijote y Sancho, Unamuno recrea la figura de don Quijote, en quien ve representados los principios que caracterizan el alma española: el idealismo o el desdén hacia la razón, que se oponen al materialismo y al sentido práctico de la civilización burguesa.
En otras obras, se identifican críticamente aquellos aspectos de la condición española que sería preciso erradicar para regenerar el país: la abulia (en el ensayo Idearium español, de Ángel Ganivet), el cainismo («Españolito que vienes / al mundo, te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón», escribe Machado), la envidia (tema central de la novela de Unamuno Abel Sánchez) o la religiosidad tradicional («Esa España inferior que ora y bosteza», a la que se refiere Machado en «El mañana efímero» de Campos de Castilla).
- La reflexión sobre España es indisociable de la dialéctica entre europeísmo y nacionalismo. Unamuno, partidario de europeizar España en su ensayo En torno al casticismo, pronto se repliega hacia una defensa de lo genuinamente español, que se concreta en su llamada a «españolizar Europa» o en la célebre frase tomada de una carta a Ortega y Gasset de 1906: «Yo me voy sintiendo profundamente antieuropeo. ¿Que ellos inventan cosas? Invéntenlas».
La crítica social: En las obras de los escritores del 98 se critican, en ocasiones, aspectos concretos de la realidad social española:
- El caciquismo es uno de los ejes de César o nada, de Pío Baroja, cuyo protagonista, César Moncada, se enfrenta en vano a don Calixto, cacique de Castro Duro, un pueblo imaginario de la provincia de Zamora. Encontramos una variante de este tema —presente ya en Doña Perfecta, de Pérez Galdós— en el «Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido», de Machado, retrato burlesco de un señorito andaluz.
- El poder de la Iglesia y, en particular, su influencia en la educación, es objeto de crítica en numerosas novelas, como Camino de perfección, de Baroja, aunque la gran obra sobre esta cuestión será AMDG, de Ramón Pérez de Ayala.
La familia del anarquista el día de su ejecución (1901), por E. Chicharro.
- Otras lacras de la sociedad española son, para los autores de la Generación del 98, el subdesarrollo económico (en el ensayo Hacia otra España, de Maeztu), la brutalidad de las fuerzas del orden (en Luces de bohemia, de Valle-Inclán, a través del personaje del anarquista catalán), el militarismo (en Martes de carnaval, también de Valle) o la necesidad de una reforma agraria (en La voluntad, de Azorín).
Características temáticas y formales de la novelística de Baroja
Los principales rasgos de la novelística del autor son los siguientes:
- Pesimismo. Para Baroja, influido por Schopenhauer, la vida es una lucha continua, indisociable del sufrimiento y carente de finalidad: «Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula» (El árbol de la ciencia). Desde una perspectiva individualista y escéptica, el autor refleja una visión crítica de la realidad española, en la que es patente un anticlericalismo radical.
- Personajes polarizados. En función de su respuesta a la falta de un significado trascendente que dé sentido a la existencia, los personajes de Baroja se clasifican en dos grupos:
Hombre de acción | Hombre abúlico |
---|---|
Heredero del vitalismo de Nietzsche, se entrega a una aventura incesante: Martín Zalacaín (Zalacaín el aventurero), Shanti Andía (Las inquietudes de Shanti Andía), César Moncada (César o nada), Manuel Alcázar (La lucha por la vida) o Eugenio de Aviraneta (Memorias...). | Desorientado y sin voluntad, es incapaz de encontrar una razón para vivir: Fernando Ossorio (Camino de perfección) o Andrés Hurtado (El árbol de la ciencia). |
- Estructura abierta. Las acciones se suceden sin una progresión o plan definido, formando una sarta de episodios aparentemente inconexos. Se pretende, así, reflejar el fluir de la vida. Esta espontaneidad vincula la obra de Baroja con la novela vivípara de Unamuno.
- Estilo claro. Sus novelas, en las que cobra especial importancia el diálogo, presentan un estilo funcional, en ocasiones desaliñado, que huye deliberadamente del virtuosismo formal. Se relaciona, así, con la tendencia antirretórica característica del 98.
Características del esperpento de Valle-Inclán
La degradación de los personajes
La originalidad del teatro del esperpento radica, entre otras cosas, en la forma de concebir a los personajes. A este respecto, Valle-Inclán realizó unas declaraciones en la entrevista que concedió al diario ABC en el año 1928.
La degradación de los espacios y ambientes
El esperpento no solo se aplica a los personajes, sino también a los espacios y ambientes, que son siempre decadentes, oscuros y miserables. Cabe señalar tres características:
- Casi siempre están mal iluminados (sombras, crepúsculos, velas o palmatorias, luces de acetileno...).
- Reinan la suciedad y la mugre, el desorden, la chabacanería o el mal gusto: la librería de Zaratustra es una "cueva" con "cromos espeluznantes de un novelón por entregas pegados en los vidrios de una puerta; el Ministerio de la Gobernación, "un lugar mugriento con olor a tabaco rancio"...
- Son frecuentes los espacios marginales, propios de gentes miserables y hasta de maleantes, en definitiva, de los bajos fondos de la capital española: tabernas y antros, burdeles, calles inseguras y marginales de Madrid (como la calle Montera, vinculada a la prostitución callejera)...
Los contrastes
Los contrastes son, principalmente, entre lo doloroso y lo grotesco, entre lo trágico y lo risible. Asimismo, son frecuentes los dos siguientes procedimientos de contraste:
- Los personajes y los lugares pueden ser mitificados cuando la situación que se presenta es ridícula: a su llegada a la cueva de Zaratustra, Max Estrella "saca el brazo por entre los pliegues de su capa, y lo alza majestuoso, en un ritmo con su cabeza clásica griega."
- Por el contrario, personajes y lugares son ridiculizados o degradados cuando la acción sugiere dolor, muerte, desengaño o angustia: en la escena XI, el dolor genuino de una madre, así como la rebeldía auténtica de algunos personajes, contrastan con el conformismo, la mediocridad y el carácter ridículo de quienes se creen "defensores del orden establecido".
Carácter de tragedia grotesca
La difusa frontera entre tragedia y farsa es el armazón sobre el que se construye el esperpento. De este modo, la tragedia de España se convierte en un espectáculo inquietante pero cómico.
Por un lado, el estilo y los personajes grandiosos o sublimes de la tragedia clásica son parodiados en esta tragedia grotesca que aspira a mostrar la precaria y absurda condición humana.
Así, por ejemplo, el "héroe" (Max Estrella) muere tras los excesos y desvaríos de una noche lamentable, y su cadáver es descubierto accidentalmente por unas vecinas desgreñadas, en camisón y en chanclas. Además, el hecho de que el protagonista muera en la escena XII contraviene el habitual clímax final de la tragedia clásica.
La mordacidad y el humor
La "risa agria" sirve a los españoles de consuelo "del hambre y los malos gobernantes". Don Filiberto afirma que "en España podrá faltar el pan, pero el ingenio y el buen humor no se acaban", tal y como queda patente en el uso sistemático de la ironía, la burla y el ingenio por parte de personajes de los bajos fondos de la sociedad, que, de alguna manera, contrarrestan con el humor sus miserables condiciones de vida.
Por otro lado, Valle emplea este humor mordaz para llevar a cabo una crítica demoledora a la sociedad de su tiempo: las condiciones de miseria en las que vive el pueblo llano, la corrupción y cinismo de los políticos, el deficiente papel de las fuerzas del orden, las injusticias sociales, etc.
La riqueza del lenguaje: variedad de registros
El lenguaje, además de para caracterizar a los personajes, sirve para parodiar o criticar la realidad. Se combinan el habla solemne y grandilocuente, que a menudo resulta pedante y cursi, pretenciosamente culta; el habla coloquial y hasta vulgar, con palabras populares y abundantes frases hechas; el habla madrileña, castiza y chulesca; etc. Max Estrella es un ejemplo de mezcla de lenguaje culto y popular: intercala frases cultas, incluso en latín y griego, con expresiones populares como "más chula que un ocho" o "yo también chanelo en sermo vulgaris". Asimismo, destaca el habla coloquial, achulada y vulgar de gran parte de los personajes: la prostituta, la florista, la Pisa-Bien...
Otro rasgo destacable es la literaturización del lenguaje: incluso los personajes del lumpen (grupo social constituido por individuos marginados) introducen en su habla coloquial o vulgar citas o referencias literarias: del Lazarillo de Tormes, la Divina Comedia, Don Quijote, Shakespeare...
Verdadero o falso sobre la crisis de fin de siglo, el Modernismo y la Generación del 98
- Recibe el nombre de Fin de Siglo un periodo de límites difusos (las últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX) marcado por el cuestionamiento de los valores sobre los que se había asentado la sociedad burguesa: el pragmatismo, el materialismo, el positivismo. VERDADERO.
- El esteticismo de Fin de Siglo apoya el ideal parnasiano del "arte por el arte", al considerar que el arte debe servir para algo más que la simple creación de mundos bellos. FALSO. No considera.
- El antipositivismo que caracteriza al espíritu de Fin de Siglo consiste en el rechazo de la razón y de la ciencia como instrumentos de conocimiento. VERDADERO.
- El hastío, que define el estado de ánimo de Fin de Siglo, es un sentimiento de tedio o aburrimiento como consecuencia de no encontrar sentido a la vida. VERDADERO.
- El simbolismo es una actitud estética y vital de Fin de Siglo que a través del símbolo pretende correlacionar el sentimiento del poeta con la realidad mundana. VERDADERO.
- Los poetas modernistas rechazan el presente analizando y criticando los defectos de la sociedad en la que viven. VERDADERO.
- Son fruto del sentimiento antiburgués dos nuevos tipos sociales: el bohemio y el dandi. VERDADERO.
- El dandi se distingue por su refinamiento extremo, casi extravagante, en el vestir, los modales o la forma de hablar. VERDADERO.
- El parnasianismo es una corriente poética de Fin de Siglo que aspira, bajo el lema del "arte por el arte", a la perfección formal o estética del poema. VERDADERO.
- El esteticismo de Fin de Siglo consiste en la búsqueda de la belleza por medio de la obra artística; en otras palabras, defiende la concepción utilitarista del arte. FALSO.
- El hastío (tedio o apatía), estrechamente relacionado con el sentimiento de vacío existencial, se convierte en el estado de ánimo que caracteriza el Fin de Siglo. VERDADERO.
- Desde 1895, Valle-Inclán vivió en Madrid y participó activamente en las tertulias de la bohemia madrileña. VERDADERO.
- Valle-Inclán conoció a Alejandro Sawa, en quien se inspiraría para crear la figura de Max Estrella. VERDADERO.
- Valle-Inclán mostró rechazo hacia los valores burgueses durante su vida. VERDADERO.
- El esperpento, creado por Valle-Inclán, es un género literario que se caracteriza por criticar y realizar una deformación caricaturesca de la realidad para poner de relieve lo absurdo y lo miserable de la existencia. VERDADERO.
- Luces de bohemia puede considerarse modernista porque su autor critica de una manera feroz la realidad política y social de España. VERDADERO.
- Tres de los rasgos principales de los espacios y ambientes de Luces de bohemia son la escasa iluminación, el desorden o el mal gusto y los barrios marginales o de la baja sociedad. VERDADERO.
- El preso con el que Max Estrella comparte una noche en una celda era un obrero catalán que, al igual que Max, despreciaba a los ricos, a los que consideraba uno de los mayores males de la sociedad. VERDADERO.
- Max Estrella es un personaje sensible y bohemio hacia el sufrimiento de los desfavorecidos. VERDADERO.
- La novela de Fin de Siglo nace en los primeros años del siglo XX, donde la novela vive un proceso de ruptura, expresión de la expansión social, política e ideológica que sacude a la burguesía. VERDADERO.
- Las características de las novelas de Fin de Siglo son las siguientes: la introspección de los personajes, es decir, una descripción del mundo interior y el simbolismo, una técnica que se fundamenta en representar la decadencia de España. VERDADERO.
- En 1902 se publican en España cuatro novelas que certifican la superación del Realismo y marcan el inicio de una renovación novelística. VERDADERO.
- Baroja es el autor de la Generación del 98 que más incorpora elementos de la novela realista. Sin embargo, sobre el relato de los hechos o las descripciones predominan en sus obras las reflexiones o sensaciones que se suscitan en la conciencia de los personajes. VERDADERO.
- Las características temáticas y formales de la novelística de Baroja son el pesimismo, los personajes polarizados, la estructura abierta y un estilo claro. VERDADERO.
- En las novelas de Fin de Siglo, al contrario que en el Realismo/Naturalismo, destacan los personajes masculinos cuyo conflicto interior constituye el eje del relato. VERDADERO.
- El árbol de la ciencia de Pío Baroja es una novela que se agrupa en la trilogía de "La raza". VERDADERO.
- En la novela Zalacaín el aventurero se narran las aventuras de un hombre aventurero, en otras palabras, de un hombre de acción. VERDADERO.
- Las novelas de Pío Baroja se caracterizan por albergar un estilo claro y antirretórico, el cual destaca por sus diálogos. VERDADERO.
- El árbol de la ciencia es una obra narrativa que debe enmarcarse dentro de la novela de Fin de Siglo, que supuso una profunda transformación de la narrativa española. VERDADERO.
- Zalacaín el aventurero (1908) es una novela que debe situarse dentro de la trilogía "La tierra vasca". VERDADERO.