Los Caracteres Sociales del Barroco: Cultura, Masa y Urbanismo
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Dentro de la sociología barroca, encontramos una serie de caracteres sociales que matizan profundamente este periodo. Estos rasgos definen la interacción entre el poder, la sociedad y las manifestaciones culturales de la época.
La Cultura Dirigida: Control y Persuasión
En primer lugar, la cultura barroca pretende ser dirigida. Se busca actuar sobre las voluntades de la masa mediante resortes psicológicos, con el objetivo de manipular a una población percibida como peligrosa. Un claro ejemplo de esta estrategia es el uso del teatro como herramienta de control para inculcar una serie de valores fundamentales: Dios, Patria y Religión. Entre estos, la prudencia era el más valorado.
La importancia de la prudencia se refleja en obras como Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián, donde se presenta como una característica fundamental en el comportamiento del individuo. Asimismo, Juan de Salazar defendía que con la prudencia se atraen los ánimos y las voluntades, es decir, que ser prudente era clave para ganarse a la gente.
La Cultura Masiva: Heterogeneidad y Anonimato
Además de la cultura dirigida, encontramos la emergencia de una cultura masiva. La masa de este periodo era heterogénea y compleja, proveniente de diversos estratos sociales. Se caracterizaba por seguir comportamientos masivos e impersonales, donde la individualidad tendía a desaparecer y cada cual actuaba como parte del colectivo.
Este fenómeno se observa claramente en el teatro, cuando personas de todas las clases sociales acudían a los corrales de comedias o a los patios vecinales. El corral generaba ese efecto masivo: todos pateaban, silbaban, aplaudían, creando una experiencia colectiva unificada.
La Cultura Urbana: Desplazamientos y Jerarquías Sociales
Finalmente, la cultura urbana adquiere un gran interés dentro de los caracteres sociales del Barroco. La posibilidad de alquiler y los desplazamientos a la capital suponían un problema considerable debido al riesgo de engaño. No existía una permeabilidad entre las clases sociales, lo que limitaba las relaciones a interacciones contractuales o de alquiler, sin permitir vínculos más allá de la jerarquía establecida.
Estudio de Caso: La Comedia Santiago el Verde
Dentro de la heterogeneidad y el anonimato de la cultura masiva, nos detenemos en la comedia Santiago el Verde. En esta obra, Teodora se ha enamorado de Don García sin conocer su verdadera identidad. Su amiga, Celia, intercede con el propósito de unirlos, pero termina enamorándose ella misma de Don García. Celia logra conquistarlo, a pesar de estar prometida.
Cuando Don García y sus amigos se enteran de que Celia necesita un vestido para su boda, todos se disfrazan de sastres para que Don García pueda verla. En este contexto, se plantea un juego de palabras con el término gentil, que no solo significaba "bien refinado y educado", sino que también hacía referencia a aquel que no creía en Dios o había roto la fe del cristianismo, añadiendo una capa de ambigüedad y engaño.
El Tema de la Confusión y el Engaño en el Barroco
Destacamos la omnipresencia del tema de la confusión, un elemento muy común en el Barroco. La gente de la época no se fiaba de nada; vivían inmersos en un ambiente de engaño, lo cual se plasma en la confusión de Celia ante la identidad del sastre. En El Buscón de Quevedo, Pablos intenta engañar a una dama aparentando ser algo que no es.
Celia, al descubrir la verdad, defiende que "si es sastre ya no lo amo", y su amor se desvanece de golpe. Esto se debe a que la escala social era fundamental en la relación afectiva entre dama y caballero, determinando la validez y la honorabilidad del vínculo.
Clase Social y Honor: Pilares de las Relaciones Afectivas
Los desplazamientos y las interacciones urbanas podían suponer un descalabro social. Celia, sin apenas darse cuenta, podría haberse casado con un sastre, una condición social no equiparable a la suya. Tanto Teodora como Celia desean olvidar a Don García; no obstante, Celia se asegura de que Don García es un caballero, lo que valida su amor por él.
Esta "flecha de amor" es representada en este caso como una aguja de sastre que Celia siente como un dolor agradable, el amor hacia García. Otro ejemplo de la importancia de la clase social y del honor relacionado con la misma reside también en esta comedia, cuando Don García se cerciora de que su confidente sea un hombre de honor: "puedes no ser noble, pero sí debes ser hombre de honor", subrayando que la integridad moral podía, en ciertos contextos, equipararse a la nobleza de sangre.
Los Efectos del Amor: Transformación y Aprendizaje
Otro tópico destacado del Barroco son los efectos transformadores del amor, presente en obras como La dama boba de Lope de Vega, donde el amor impulsa a la protagonista a aprender a escribir, demostrando su capacidad para generar cambios profundos en el individuo.