Del Capitalismo de Producción al Capitalismo de la Experiencia: Un Recorrido Histórico

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Capitalismo de la Producción y Capitalismo del Consumo (Economía de la Experiencia)

El Capitalismo de Producción se centra en el establecimiento de unas relaciones de producción basadas socialmente en la existencia de proletarios, que al ser desposeídos de propiedades, pero también de habilidades y cualificación, venden su fuerza de trabajo al capitalista. Con este, establecen un contrato con el fin de ganar un salario al finalizar su jornada, como única manera de conseguir los medios necesarios para su subsistencia. Este modo de producción capitalista se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, la extracción de la plusvalía y la distribución tanto de bienes de capital como de consumo, propio de una economía basada principalmente en el mercado. Con este capitalismo de producción, también conocido como fabril o fordismo, se consigue una producción en masa, donde al haber más volumen de unidades de un producto y un coste de producción reducido, el capitalista incrementa sus beneficios con creces.

Sin embargo, este modo de capitalismo de la producción se torna a un Capitalismo del Consumo, ya que cada vez es más difícil para el capitalista valorizar su capital. La imitación y las nuevas tendencias de demanda no se podían remediar con el capitalismo de producción, por lo que a partir de la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo está centrado en el consumo.

En el capitalismo de consumo, ya no se quiere esa producción estándar propia de una producción en masa, se busca la distinción, existe una gran demanda social por nuevos productos, lo que lleva a la conquista de nuevos mercados. Se trata de una sociedad que necesita más consumidores que trabajadores, ya que los posibles problemas económicos se resuelven, como no, consumiendo.

Valor de Uso y Valor de Cambio

Toda mercancía posee dos valores bien diferenciados entre sí. Por un lado, se encuentra el valor de uso, el cual define y representa la capacidad de un objeto en cumplimentar las necesidades de la persona o consumidor. Dicha capacidad no está delimitada por un baremo de factores concretos y previamente establecidos, ya que el grado de satisfacción depende de las convicciones de cada persona, por lo que es incontable y su eficacia es cuestionable y variable.

Por otro lado, está el valor de cambio, que es el que destaca dentro del capitalismo. El valor de cambio es el dinero, el precio, el valor cuantitativo y no cualitativo (valor de uso) de las cosas. Se puede contar con exactitud y está presente en todos los factores que rodean a una sociedad. No existe nada que no tenga valor de cambio. Todo tiene un coste calculable.

El Auge del Capitalismo Cultural y la Economía de la Experiencia

Por otro lado, ese afán por conquistar nuevos mercados, genera la ascendente importancia de las industrias del ocio, que explotan el creciente tiempo libre de los ciudadanos, comenzando así, una economía basada en la “venta” de experiencias, una economía que se apoya en la cultura. Comienza aquí un Capitalismo Cultural, que a partir de los 60's se intensifica.

El parámetro más importante de este capitalismo cultural es el acceso. El acceso supone esa “máquina de dinero” que facilita el paso a cualquier red en segundos. Por ejemplo, el sector turístico vende acceso a experiencias. El turista paga por experiencias. El hecho de “producir” experiencias hace referencia a vender un producto apelando a cómo este puede enriquecer tu vida personal con vivencias. Por esto, la mercancía modelo del capitalismo cultural, son las experiencias, mientras que en el capitalismo de consumo era el capital y en el capitalismo de producción eran los objetos.

El Arte de la Experiencia

A su vez, en relación al arte, también es un arte de experiencia. Por ejemplo, en los años 60's, el grupo Fluxus crea las Performances. Aquí, la obra no es un objeto en concreto, sino que es la experiencia que el espectador siente al ver esta acción o performance, la obra en sí misma. En definitiva, la acción pasa a ser la obra (happening, performance). Otro ejemplo de esto es el trabajo de Allan Kaprow, un artista estadounidense que supuso uno de los primeros en hacer uso de las performances, junto a Fluxus. Él crea ambientes, dando lugar a un espacio plástico donde crea experiencias, generando así la obra.

Globalización y la Interconexión de los Sistemas

A partir de los años 60's se produce una globalización, donde todo y todos están conectados, la cual se expande en mayor medida a partir de los 80's. Es por esto que no existen cambios aislados, cualquier modificación que se produzca económicamente, afectará también al arte, a la política, y como no, a la sociedad.

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