Campaña de Ciro el Joven: Logística, Disciplina y Recompensas Militares

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Desde allí

Desde allí, Ciro recorrió **doce parasangas** en **dos etapas** hasta el **Mercado de los Cerameos**, una ciudad habitada, **limítrofe con el territorio de Misia**. Desde allí, recorrieron hasta **treinta parasangas** en **tres etapas**, hasta la llanura de **Caistro**, una ciudad habitada. Allí permaneció **cinco días**. Se debía a los soldados un sueldo de más de **tres meses**, y, yendo muchas veces hacia las puertas, lo reclamaban. Pero el darles esperanzas dejaba pasar el tiempo, y era evidente que Ciro estaba angustiado, pues no era propio de su carácter **no pagar**.

La llegada de Epiaxa

Allí, **Epiaxa**, la mujer de **Sienesis**, rey de los cilicios, llegó ante Ciro y se decía que le dio mucho dinero. Así, Ciro pagó entonces al ejército un sueldo de **cuatro meses**. La **Cilicia** tenía como guardia personal a cilicios y aspendios. Decían también que Ciro había tenido relaciones con la **Cilicia**.

Avance hacia Timbrio y la fuente de Midas

Desde allí, Ciro avanzó en **dos etapas** **diez parasangas** hacia **Timbrio**, una ciudad habitada. Allí, junto al camino, había una fuente llamada **Midas**, el rey de los frigios, en la que Midas cazó a **Sátiro** habiendo mezclado vino en ella.

La inspección de Ciro

Así pues, Ciro miraba en primer lugar a los **bárbaros**; y ellos avanzaban ordenados según **escuadrones y batallones**. Después, a los **griegos**, avanzando sobre un carro, y la **Cilicia** sobre la carroza. Todos tenían **casco de bronce**, túnicas de **color rojo**, grebas y los **escudos descubiertos**.

La orden de avance

Y una vez que pasó por delante de todos, habiendo detenido el carro ante el centro de la **falange**, y habiendo enviado a **Prigres**, el intérprete, ante los estrategas de los griegos, ordenó que toda la falange pusiera las armas por delante y avanzara. Estos comunicaron eso a los soldados; y cuando sonó la **trompeta**, habiendo puesto las armas por delante, avanzaron.

La reacción inesperada y la admiración de Cilicia

A partir de eso, avanzando más deprisa con griterío, se produjo espontáneamente una **carrera** entre los soldados hacia las tiendas, y mucho miedo por parte de los **bárbaros**. Y la **Cilicia** huyó sobre el carro, y los del mercado huyeron habiendo abandonado las mercancías. Los **griegos** fueron a las tiendas entre risas. La **Cilicia**, al ver la **brillantez y el orden del ejército**, se quedó admirada.

Hacia el Éufrates y la revelación del objetivo

Desde allí, Ciro avanzó en **tres etapas** **quince parasangas** hasta el **río Éufrates**, que tenía una anchura de **cuatro estadios**. Y allí había una ciudad habitada, grande y **próspera**, de nombre **Tapxaco**. Allí permaneció **cinco días**. Y Ciro, habiendo mandado llamar a los generales de los griegos, les dijo que la expedición sería hacia **Babilonia** contra el **Gran Rey**. Les ordenó también que dijeran eso a los soldados y que los persuadieran a seguir.

La demanda de los soldados

Y ellos, habiendo convocado una asamblea, les anunciaron esto: Los soldados se enfadaban con los generales y decían que no avanzarían si alguien no les daba dinero, como a los que habían ido al interior antes con Ciro, y eso no yendo a una batalla, sino llamando a Ciro su padre.

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