Cambio de Paradigma Historiográfico: Nuevas Perspectivas y Enfoques Culturales
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La Transformación Historiográfica: Del Macro al Micro en las Ciencias Sociales
Emergieron visiones alternativas sustanciadas en el estudio de la vida cotidiana, el estudio de las mentalidades y la cultura popular, la microhistoria o la historia cultural. Las grandes conceptualizaciones historiográficas dieron paso a planteamientos menos ambiciosos, aunque tal vez menos apriorísticos. Las estrategias de la investigación cambiaron porque dejaron de apoyarse en las disciplinas tradicionales de la economía, la sociología o la ciencia política, para comenzar a pivotar sobre la antropología, la lingüística o la semiótica.
Los conceptos de modernización, industrialización o urbanización, que sustentaron la construcción de un gran número de monografías históricas hasta la década de los setenta, se vieron debilitados. En esto último influyó la crisis económica, la amenaza nuclear, las catástrofes ecológicas o el agotamiento del modelo de crecimiento que había prevalecido desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Consecuencias del Viraje Historiográfico
El final de la supremacía de una visión lineal, progresiva, unidireccional y eurocéntrica de la historia arrojó algunas visibles consecuencias. Entre ellas cabe destacar el renacido interés de los historiadores por explicar algunos ámbitos y algunas manifestaciones de la vivencia humana que habían quedado al margen de la investigación historiográfica.
La vida privada se convirtió en un importante objeto de estudio, así como algunos aspectos de dicho ámbito que contaban con una mayor disponibilidad documental, tales como la infancia, la familia, el ocio o la muerte. Al mismo tiempo, se comenzaba a recelar de los métodos cuantitativos. El Montaillou de Le Roy Ladurie, publicado en 1975, es un buen ejemplo de esto último.
El Impacto en la Escuela de los Annales
El viraje historiográfico que estaban experimentando algunos de los integrantes de la tercera generación de Annales hizo posible la transición de la macrohistoria a la microhistoria, de las estructuras a las experiencias, de las condiciones materiales de la existencia a los modos de vida. La fragmentación cultural propia de la década de los setenta, que dio lugar a una "historia en migajas", afectó igualmente a Annales. Se estaba minando la hegemonía del estructuralismo braudeliano.
Se ampliaron las temáticas y aparecieron estudios sobre historia de las mujeres, sobre la pobreza, sobre el mundo del trabajo o sobre la muerte. Se experimentó asimismo una mayor apertura disciplinar. Se crearon nuevas subdisciplinas como la psicohistoria, la cultura popular o la antropología simbólica.
El Concepto de Mentalités
El nuevo concepto de Mentalités designaba universos morales y actitudes que rebasaban el estrecho ámbito de las ideas. La mentalidad hacía referencia a lo compartido por los hombres de una determinada cultura, operando al nivel de sus conductas cotidianas e inconscientes. Se remitía, así, a la esfera que rige el automatismo de las conductas o el contenido impersonal del comportamiento humano.
En tal sentido, la Historia de las Mentalidades representaba una profunda renovación historiográfica. Su intención era escalar hasta el último de los estratos de la construcción temporal braudeliana, aquel de los acontecimientos y la cultura.