Calígula y Tres Copas: Narrativas de Poder, Locura y Amor

Calígula: La Locura de un Emperador Romano

La historia de Calígula, un antiguo emperador de Roma, se centra en su descenso a la locura a partir de la muerte de su hermana, quien también era su amada. Tras este trágico suceso, su comportamiento se transforma radicalmente.

En un principio, desaparece unos días y, al volver, está totalmente cambiado. Comienza a perseguir objetivos imposibles, como poseer la Luna o alterar el orden natural de las cosas. Sin embargo, su lógica, aunque retorcida, no es del todo incomprensible.

Calígula llega al razonamiento de que si lo único importante es conseguir dinero, la vida humana carece de valor y cualquier acción es indiferente. Por ello, ordena que todos los ciudadanos hagan testamento a favor del Estado. De esta manera, cuando se necesite dinero, lo único que habrá que hacer será ejecutar, arbitrariamente, a la gente.

Esta actitud genera un profundo disgusto entre la población, especialmente entre los Patricios, quienes están totalmente dispuestos a acabar con él de raíz. Sin embargo, no están del todo preparados. Es Quereas quien se pone al mando de este movimiento y hace comprender a los Patricios que deben esperar el momento oportuno.

Finalmente, todos juntos irrumpen en la recámara de Calígula y lo apuñalan por todas partes hasta que cae al suelo y, tras titubear unos sollozos, muere.

Tres Copas: Un Encuentro Inesperado

La historia comienza en la habitación de un hotel. La puerta se abre y aparecen Dionisio y Don Rosario. Tras una ridícula conversación, en la que hablan desde las luces que se ven desde el balcón de la habitación hasta la futura boda de Dionisio, Don Rosario se despide dándole las buenas noches a Dionisio.

Pero antes de que Don Rosario se vaya, Dionisio telefonea a su novia. Con ella se sostiene una ridícula conversación entre los tres. Durante toda la conversación, el teléfono de Dionisio está sonando, pero él no contesta porque sabe que es su novia y no quiere que los demás se enteren.

Son interrumpidos por las demás chicas del Music Hall, quienes los invitan a una fiesta en la habitación de al lado.

Tiene lugar otra estúpida conversación, esta vez entre Don Sacramento y Dionisio. Don Sacramento tacha a Dionisio de bohemio y le advierte que si no se convierte en una persona honorable, no le dejará vivir en su casa con Margarita.

Al marcharse Don Sacramento, sale Paula de su escondrijo, ya consciente y con conocimiento de la vida de Dionisio. Este se disculpó, diciendo que antes no la conocía y que ahora no se quiere casar con Margarita, sino con ella. Pero ahora ya es tarde para retirarse y se tiene que casar con Margarita.

Paula lo acepta y le confiesa que esa es la razón por la que odia a las novias de sus amigos. Cuando le avisan de que su coche ha llegado, tiene que irse y solo se puede despedir de Paula con la mano.