La Caída del Antiguo Régimen en España: Carlos IV, Godoy y Napoleón
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El Antiguo Régimen en España y su Crisis
La historia de España de finales del reinado de Carlos III y principios del de Carlos IV es la de un país que intenta frenar su decadencia y coincide con el período llamado Crisis del Antiguo Régimen.
La Crisis General del Antiguo Régimen
La crisis del Antiguo Régimen es la coyuntura de cambios que surgen en Europa Occidental en el período de aproximadamente cien años que va desde la publicación de la Enciclopedia (1751) hasta la Revolución de 1848. La toma de la Bastilla, símbolo del Antiguo Régimen, sacudió a toda Europa. Puede considerarse una crisis general y secular, porque, aunque no se nombre con la cifra de un siglo (como la crisis del siglo III o del siglo XIV), la generalización de sus consecuencias fue de un evidente impacto en toda la civilización occidental.
Manuel Godoy y la Política Española
Manuel Godoy se convierte en el hombre de la paz, Príncipe de la Paz tras los acuerdos de Basilea, pero su capacidad deberá defender los intereses españoles frente a la Francia de Napoleón, que es ya cónsul tras el golpe del 18 de Brumario de 1799 por el que derroca el Directorio. Godoy intenta llevar a cabo una política de reformas. De cara a la política interior, él se cree un ilustrado más. Llevará a cabo algunas políticas desamortizadoras. La elección de la alianza de Francia por parte de Godoy frente a Inglaterra supone la guerra contra esta última (1795-1808).
Las Guerras Napoleónicas y España
Segunda Coalición (1800-1802)
Los sucesivos tratados de San Ildefonso (1796, 1800) y Aranjuez (1801) acercaron los intereses franceses y españoles. Hubo tanteos de los embajadores de Napoleón para estudiar la debilidad de la Corte de Carlos IV y las supuestas ambiciones de Godoy. Bonaparte intenta debilitar a la Península, enfrentando a España y Portugal (aliada de Gran Bretaña), esparciendo la idea del posible reparto de Portugal: si Carlos fuese rey de Portugal, Manuel Godoy podría serlo de España, lo que postergaría al Príncipe de Asturias. Nada de esto es cierto, es solo un ardid de Bonaparte que debe defenderse de una segunda coalición militar contra Francia (1800-1802). España declara la guerra a Portugal, que es derrotada en la Guerra de las Naranjas (1800-1801). La Paz de Badajoz y la Paz de Amiens (1802) marcan el fin de la II Coalición. La instigación de un conflicto con Portugal termina en la Guerra de las Naranjas y en la Paz de Badajoz. Tras derrotar en Marengo, Francia obliga a los austriacos a firmar la Paz de Lunéville, y luego con Inglaterra la de Amiens, así que la paz hispano-portuguesa se sitúa aquí, en el final de la II Coalición.
Tercera Coalición (1805)
La idea de Bonaparte de invadir Inglaterra tiene como objetivo:
- Neutralizar la flota británica.
- Acceder a restablecer el imperio colonial francés en América.
- Recurrir de nuevo a España para el logro de sus fines.
Se producen las batallas de Finisterre y Trafalgar (decisiva, 21 de octubre de 1805), que suponen el fin del poderío naval español. Bonaparte debe posponer la invasión de Inglaterra y sus planes coloniales, sobre todo porque dos meses después derrota ampliamente a austriacos y rusos en Austerlitz. España ve debilitadas sus rutas hacia América. Inglaterra ataca Buenos Aires y Montevideo, pero es derrotada; sin ayuda de la metrópoli, los criollos piensan en la posibilidad de su emancipación, conscientes de su fuerza.
Cuarta Coalición (1806-1807)
Gran Bretaña instiga y paga otra coalición a cargo de Prusia y Rusia, derrotadas ambas por Napoleón en Jena, Auerstedt (1806), Eylau y Friedland (1807). Con el Tratado de Tilsit se consolida el bloqueo continental. Napoleón decide completar el bloqueo europeo contra Inglaterra que, a su vez, lleva a cabo una guerra comercial y de bloqueo de los puertos contra Bonaparte.
El Tratado de Fontainebleau y la Crisis Dinástica
Alejandro I y Napoleón se reparten Europa. Bonaparte decide la anexión de España y Portugal mediante el Tratado de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), que tiene como objeto la invasión conjunta franco-española de Portugal. Es el principio del engaño.
En España, en la Corte, Fernando, Príncipe de Asturias, aconsejado por su ayo, el canónigo Escoíquiz, conspira contra sus padres, los reyes, y contra Manuel Godoy, creando el partido fernandino con el duque de Infantado y el conde de Montijo. Es un movimiento casticista o patriótico que intenta regenerar la política, derrocando al valido e influyendo sobre el rey legítimo, pero Fernando es descubierto en la Conspiración de El Escorial (1807).
No obstante, Fernando lleva a cabo un arrepentimiento falso, porque culminará en el Motín de Aranjuez (19 de marzo de 1808). Fernando derroca definitivamente a su padre, que abdica, proclamándose Fernando rey de España. Godoy se ve obligado a huir, ayudado por los franceses, cuyos ejércitos ya han invadido España.