El Bienio Reformista de la II República Española (1931-1933)
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Contexto Histórico
La II República Española (1931-1936) fue un período político breve pero intenso. Proclamada en abril de 1931 tras la victoria republicana en las elecciones locales, dio paso a la primera experiencia democrática plena en España. En un contexto internacional complejo (crisis económica de 1929, auge del fascismo, miedo al comunismo), la República contó con el apoyo de fuerzas republicanas y obreras moderadas, pero se enfrentó a la oposición de fuerzas conservadoras (Iglesia, oligarquía, ejército) y a la izquierda radical (anarquistas, comunistas).
El Bienio Reformista (1931-1933)
Este período, también llamado Republicano-Socialista o Azañista, tuvo como objetivo principal modernizar el país y solucionar problemas históricos. El gobierno de Manuel Azaña se centró en la reforma del ejército, la educación, la cuestión regional y, sobre todo, el problema agrario. Algunas medidas se iniciaron durante el Gobierno Provisional (abril-julio de 1931).
Reforma Militar
El gobierno republicano se preocupó por la estrecha relación entre el ejército y la monarquía. Como primera medida, se obligó a mandos y oficiales a jurar fidelidad a la República. La "Ley Azaña" ofreció a los oficiales el pase a la reserva con sueldo íntegro, buscando la subordinación del poder militar al civil y la reducción del número de oficiales. Se derogó la Ley de Jurisdicciones de 1906, se redujeron las divisiones militares y se cerró la Academia General de Zaragoza. Aunque la "Ley Azaña" fue impecable, no logró la modernización necesaria del ejército y fue mal recibida por algunos sectores.
Reforma Educativa
Otra preocupación fue elevar el nivel educativo y cultural. La reforma, liderada por Marcelino Domingo, buscaba un sistema educativo público, obligatorio, laico, mixto y gratuito, tal como recogía la Constitución de 1931. Se construyeron nuevas escuelas, se mejoró la formación del profesorado y se incrementó el presupuesto de educación. Se prohibió a las instituciones religiosas dedicarse a la enseñanza, lo que tensó las relaciones Iglesia-Estado. Se promovió el desarrollo cultural con las Misiones Pedagógicas, destacando "La Barraca" de García Lorca. La reforma redujo el analfabetismo y mejoró la calidad de la enseñanza, pero se encontró con la oposición de la Iglesia y las dereitas.
Reforma Agraria
La reforma más ambiciosa fue la agraria, buscando transformar el campo español. En los años 30, España era un país agrario con un campesinado mayoritariamente jornalero en situación precaria. La Constitución de 1931 permitía la expropiación de tierras con indemnización. La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932 buscaba combatir el latifundismo, castigar el absentismo y proporcionar tierras a los campesinos. Se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) para gestionar el proceso. Sin embargo, la reforma tuvo resultados decepcionantes debido al insuficiente presupuesto, la oposición de los terratenientes y la burocracia. No solucionó el problema jornalero y generó conflictividad en el campo, como los sucesos de Casas Viejas. El descontento y el fracaso relativo de la reforma contribuyeron a la caída del gobierno Azañista en 1933.
Otras Reformas y Consecuencias
El programa reformista incluyó el reconocimiento de autonomías (Cataluña en 1932) y el establecimiento de un Estado laico. Las fuerzas conservadoras anularían la mayoría de estas reformas a partir de 1933. La radicalización de posturas en torno a las reformas aumentó la polarización y la tensión, contribuyendo al estallido de la Guerra Civil en 1936.