El Bienio Progresista (1854-1856): Transformaciones Políticas y Sociales en la España del Siglo XIX

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El Bienio Progresista y el Retorno al Moderantismo (1854-1856)

Tras el hundimiento del gobierno moderado, a raíz de una crisis generada por un conflicto entre el Senado y el Gobierno en 1854, se dio paso al Bienio Progresista.

La Revolución de 1854: La Vicalvarada y el Manifiesto de Manzanares

Con el pretexto de la inestabilidad política y de las continuas disputas entre los moderados, un grupo de militares se pronunció. El 28 de junio de 1854, bajo el mando de los generales Dulce y O'Donnell, se inició un levantamiento en Madrid. Sin embargo, fue en Vicálvaro donde tuvo lugar un enfrentamiento militar el día 30 de junio. De ahí el nombre de Vicalvarada con que se conoce este pronunciamiento.

Tras la batalla, los sublevados se retiraron a Manzanares, donde se encontraron con el general progresista Serrano, quien sugirió que el pronunciamiento tuviera un giro civil. Para ello, encargaron al joven Cánovas del Castillo la redacción del Manifiesto de Manzanares. En él se pedía una regeneración liberal. El pronunciamiento clásico había derivado en una revolución, un reflejo tardío de la Revolución de 1848. Se formó una Junta de Salvación, presidida por Evaristo San Miguel. Por primera vez aparecieron en las revueltas populares lemas e ideas democráticas y republicanas. La situación se calmó, se creó la Junta Superior de Madrid y la ciudad se mantuvo a la espera de Espartero.

La Labor de Gobierno del Bienio Progresista

Espartero llegó a Madrid triunfante desde el exilio. Esta etapa estuvo dirigida por dos militares clave: Espartero, líder de los progresistas puros, y O'Donnell, de la Unión Liberal, agrupación política formada por moderados y progresistas eclécticos.

El primer gobierno, presidido por Espartero, con O'Donnell y Pacheco como ministros, adoptó decisiones significativas. Estos gobiernos de la primera etapa del bienio tuvieron que hacer frente a un nuevo levantamiento carlista y a la oposición a las medidas desamortizadoras. La Ley de Desamortización de 1 de mayo de 1855, que tomó el nombre del ministro de Hacienda Pascual Madoz, fue el segundo gran proceso desamortizador de bienes de la Iglesia. Esta nueva ley planteó serios problemas con la Santa Sede. Incluso la reina se opuso a la ley, aunque la firmó a regañadientes. Su aplicación inmediata provocó levantamientos carlistas, empujados por el clero, y la Santa Sede rompió relaciones diplomáticas con España. La otra gran cuestión era la deuda pública que impedía al Estado pagar a funcionarios y militares.

Todos estos problemas forzaron la dimisión de Espartero y la reina llamó a O'Donnell para formar gobierno. A partir de ese momento, Espartero se retiró de la vida pública.

La Constitución de 1856 y la Crisis del Bienio

Las elecciones de septiembre de 1854 habían formado un Congreso con mayoría progresista. La tarea legislativa de las Cortes Constituyentes de 1854 fue intensa, ya que llegaron a elaborar 200 leyes. La Constitución de 1856 es conocida como non nata porque no entró en vigor. Era de carácter progresista.

La Unión Liberal se formó y se consolidó con el acceso a la presidencia de O'Donnell. Su perfil político era de centro, entre progresistas y moderados. El malestar social provocado por los impuestos de consumo y las quintas finalizó el bienio progresista y comenzó otra etapa de hegemonía moderada.

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