El Estado de Bienestar y la Pobreza en los Siglos XVI-XVIII

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1.1. El Hecho Social de la Pobreza en el Siglo XVI

Antecedentes:

  • Ayudas a través de la familia y la buena vecindad: Ayuda recíproca por necesidad. La familia y amigos son los primeros que ayudan ante un problema por necesidad (dinero, alimentos…). Ayudas de carácter amistoso.
  • Ayudas externas: Iglesia y hermandades, cofradías y gremios. Los señores feudales podían venir de las cofradías de oficios que se ayudaban entre ellos. Daban ayuda los señores feudales a las necesitados dándoles protección y refugio (a los vasallos) que formaban parte de su feudo. Eran explotados y tenían una protección graciable (sin ningún criterio establecido, sin derechos).
  • Limosna: Mendigando y quien tiene el monopolio, sobre todo, era la iglesia a través de la caridad (“Asistencia social hoy en día”). La limosna estaba vinculada a sentimientos piadosos y religiosos. La caridad es un requisito para llegar al cielo.

Escenario del debate (Sistemas de ayuda):

  • Prosperidad económica: (Época: Descubrimiento de América; duró 50 años) época de mucho dinero y trabajo. La gente va a las ciudades a ganar más dedicándose a los servicios dejando la industria y la agricultura. Los extranjeros van a los ciudades (mucha emigración).
  • Pobreza: Situación de crisis económica a causa de desplazamiento de la población del campo a la ciudad y los inmigrantes. La pobreza es muy importante en las ciudades.

Situación del pensamiento:

  • La sociedad se encuentra organizada en función de Dios y la Iglesia.
  • La resignación es una virtud. La riqueza y la pobreza son situaciones queridas por Dios.
  • A menudo se atribuye la pobreza a vicios personales.
  • Los pobres eran los intercesores para la salvación de los pecadores, lo que impulsa la acción asistencial y contractiva (tienen que existir para que los otros, a través de la limosna, se salven).

Humanismo renacentista (pp XVI):

  • Inicia un proceso de abandono de la idea que la sociedad se organiza en función de Dios.
  • Vislumbra la Edad Moderna y se preocupa del hombre, en lugar de en el “Más allá”.
  • Del Teocentrismo pasa al antropocentrismo.
  • Los poderes públicos “comienzan a plantearse” la necesidad de intervenir ante la desdicha de las más necesitados.

Figuras destacadas:

Juan Luis Vives (1492-1590)

Del socorro de los pobres (1525)

Es un plan de actuación contra la pobreza para la ciudad de Brujas. Trata el problema de la mendicidad buscando soluciones en las instituciones públicas que deben socorrer a los verdaderos pobres y hacer trabajar a los vagos.

Hace la primera propuesta formal para que el ciudadano de los pobres deje de ser un simple medio de caridad.

Pasa a convertir-se en una verdadera función pública.

Analiza la pobreza desde el punto de vista de los problemas colectivos que origina altercados (robos, enfermedades). Para evitar estos problemas, las autoridades públicas tienen que empezar a intervenir.

Defiende la caridad de dar limosna, pero el objetivo de estos va a ser aumentar la amenaza social de la pobreza. Además, defiende la participación pública porque ve insuficiente las aportaciones de la caridad.

La solución es hacer un censo municipal de la pobreza que trata de contar los pobres de los hospitales, a los que mendigan públicamente y los recluidos en sus casas (pobres vergonzantes); crear instituciones para dar acogida a los pobres y prohibir la mendicidad a través de la obligación y el derecho al trabajo.

Su idea es: si todos los pobres que puedan trabajar lo hacen, liberaremos los recursos para los que más lo necesitan; defiende un trato distinto según sea el lugar de procedencia de la persona necesitada. A los forasteros se tienen que ir a su lugar de origen con una ayuda económica para el viaje, a los de la localidad se les dará formación e instrucción para el oficio.

Defiende la asignación obligatoria de ese pobre a talleres, o si no lo utilizan más en obras públicas municipales (reparación de hospitales).

Propugna para niños/as, privadas de su ambiente familiar, la educación de ambos.

Para conseguir todo esto se necesita dinero. Él defiende que debe proceder de: una administración rigurosa de los bienes públicos, rentas, obispos, iglesia, la administración de los recursos del establecimiento de caridad, donaciones particulares y limosna colectiva, como último recurso.

Las ventajas de utilizar este sistema son el honor de la ciudad, reducción de robos y delitos, mejora y tranquilidad ciudadana, salvación…

Domingo de Soto (1494-1560)

Su obra es una réplica de la obra de José Luis Vives, defendiendo lo contrario. No son admisibles las medidas restrictivas de la mendicidad y controladoras de la pobreza.

La asistencia al pobre no es una cuestión que le corresponda a la autoridad pública, sino una cuestión de conciencia (religiosa). Defiende la libertad del pobre para pedir ayuda donde crea conveniente.

Como mucho, la intervención de la autoridad pública se debe limitar o distinguir los verdaderos pobres de los fingidos. En caso de duda se les tratará como pobres.

Aunque existe un riesgo de que se produzcan fraudes, no debe restringirse el derecho a la mendicidad. También, rechaza la discriminación entre naturales o forasteros.

Rechaza la acogida de los pobres en instituciones de beneficencia porque la presencia de pobres en la ciudad incentiva la virtud de la caridad cristiana.

Sus argumentos son: no es posible que existan suficientes hospitales para acoger a todos los necesitados; los riesgos de que los acogidos no hagan trabajos son más elevados; con las limosnas se cubren un más variado tipo de necesidades (alimentación, vivienda, ropa…); los pobres hacen frente mejor a sus necesidades y a la búsqueda de medios de subsistencia que cuando se dejan en manos de terceras personas.

Miguel de Giginta (1534-1588)

Su obra se sitúa en plena época de crisis.

Su obra está condicionada por la pésima gestión de las instituciones de la caridad. Durante esos años han aparecido muchas instituciones protectoras sin organización, medios o recursos necesarios. Critica que la gestión de las instituciones se realiza muchas veces en beneficio de los administradores y no de los pobres; recibe influencia del protestantismo de los países europeos defendiendo: “fe sin obras”. La asistencia al necesitado era una función de los municipios y la caridad se había convertido en un impuesto a la población.

Los vagabundos eran obligados a permanecer en asilos públicos y se habían transferido el control del dinero a las autoridades públicas, destinado a las ayudas.

Frente a estas ideas europeas, el Concilio de Trento volverá a reafirmar las ideas tradicionales. Encarga a los eclesiásticos la organización de los socorros. Reafirma las ideas de justificación por obras e implanta una mayor disciplina y organización en la gestión de los recursos económicos. Todos los fondos obtenidos para la beneficencia vayan para ello.

Tienen una posición entre Vives y Domingo de Soto. Pretende compaginar el control público de los pobres sin impedir la mendicidad libre y sin que una falta de control lleve a un aumento excesivo de pobres fingidos. Pretende controlar esta mendicidad, no prohibirla. Para ello los casos de misericordia serán los instrumentos decisivos. Él defiende la fusión de todos los establecimientos asistenciales en dos únicos hospitales por localidad: uno destinado a enfermos y otro a mendigos, pero no se trata de encerrarlos sino que tendrán libertad para ingresar o abandonarlos. A los acogidos recibirán lo que precisen para su mantenimiento.

Se recomienda a la población que den limosna, ya que con este sistema quienes continúen pidiendo son pobres fingidos. Si nadie les da dinero se verán obligados a entrar en las casas de misericordia.

La financiación de estas casas proviene de: una administración más rigurosa, el ahorro en la reducción de hospitales, fundaciones benéficas, limosnas colectivas, trabajo de los propios acogidos, etc.

Pretende emplear estas cosas como instrumento de reforma moral y educativa de los pobres, proporcionando un instrumento de mejora del aprendizaje, de oficios… Pretende reintegrar a los marginados a la actividad económica.

Primeras leyes respecto a la pobreza:

Aparecen las primeras normas que regulan el tema de la pobreza.

Aparecen muchísimas, lo que implicó el incumplimiento de todas.

Estos molestan a la colectividad y prohíben la mendicidad al pobre que consideran válido para trabajar (la reincidencia en la mendicidad conlleva penas). Se ponen las bases para una organización pública de atención a los pobres. Las normas son:

  1. Examen de carácter verdadero o falso del pobre, con su correspondiente sanción para este caso.
  2. La exigencia de tener una licencia para mendigar.
  3. Prohibición expresa de mendigar fuera del lugar de nacimiento.
  4. Prohibición de la mendicidad infantil.
  5. Atención domiciliaria a los pobres vergonzantes.
  6. Obligación de cumplir los deberes religiosos.
  7. Recogimiento en hospitales, albergues y hospicios.
  8. Consejos de supervisión (alguien que controle que se cumplen las normas y los servicios).
Acciones administrativas:

Se crean las cédulas a pedir, para diferenciar a los verdaderos pobres de los fingidos (demostrando la pobreza para poder tener el permiso para mendigar). Por ejemplo: incapacidad para trabajar.

Establecimiento de hospitales, casas de misericordia, albergues y hospicios.

Ayuda domiciliaria a los vergonzantes.

No existía un derecho legal de pobre para reclamar medios para subsistir, ni tampoco se impulsó a los pueblos la obligación de sustentar a los vecinos indigentes. No obstante, sí se inicia un interés en la autoridad civil en la atención a los más necesitados.

1.2. La Acción Social y la Política de la Ilustración (ss. XVII y XVIII)

  • Se caracteriza por una situación de crisis general. Se inicia la Edad Moderna. Empieza a haber cambios en el sistema político y económico. Se pasa de una economía feudal a otra de corte monetario.
  • Durante el siglo XVII no se encuentran autores que se refieran a la pobreza, sino que los pensadores del momento hablan de la gran crisis económica del momento. Hay autores que defienden que la salvación es potencial en la industria frente a la agricultura y los servicios.
  • Todas las propuestas de los autores acaban en una idea principal y es que la pobreza es una consecuencia del mal gobierno de los hombres. Por lo tanto, un elemento más de la crisis. Se deben producir cambios globales en el sistema productivo que modernicen la economía para solucionar la pobreza.
  • Se introduce una política de “justicia social”, dejando de lado las connotaciones religiosas y centrado en el bienestar de la sociedad civil.
  • Durante el siglo XVIII, la importancia de este radicó, por una parte, en un profundo proceso de racionalización de la administración. Es decir, se empieza a organizar un Estado. Por otra parte, se centralizan la toma de decisiones y se amplía el campo de acción del Estado.
  • Durante este siglo triunfan las ideas ilustradas y el liberalismo económico. En la Ilustración, la idea fundamental es la importancia de la razón frente a la ignorancia; aceptación de la ciencia y sus resultados y la lucha contra las supersticiones y prejuicios. Del liberalismo surgen las ideas que, al final del siglo, triunfan con la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Se concibe el Estado como un instrumento para hacer efectivas las libertades del ser humano y ese Estado será quien deba garantizar los derechos individuales y quedar sometido al principio de legalidad.
  • Estas ideas se reflejan: por una parte, trata de reprimir la pobreza y mendicidad. Por otra parte, se piensa que el hombre desvalido no puede quedar a merced de las ayudas de sus semejantes y, por tanto, se necesita establecer una ayuda social pública que pueda cubrir las situaciones de necesidad. Un pensamiento importante en la Ilustración es la importancia de la educación, que dice que esta es un medio para conservar la felicidad y la prosperidad nacional. Durante esta época se comienza a sustituir la caridad por lo que llamaremos lo beneficiario.
  • Este sistema de ayuda ya no será tan ejercido por la iglesia sino por los ayuntamientos e instituciones civiles. Para distinguir las situaciones de pobreza, el pensamiento ilustrado se va a fijar en la capacidad para trabajar.

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