Basura Electrónica: Impacto Ambiental, Reciclaje y Legislación en Argentina
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Basura Electrónica: Un Problema Ambiental en Aumento
Es recomendable actuar rápido, ya que es mejor tomar conciencia ahora que cuando la situación esté fuera de control.
Este tema es de gran interés porque es algo cotidiano, del cual la mayoría de nosotros no estamos conscientes de los problemas que se tratan en este trabajo. Nos toca muy de cerca porque nosotros mismos somos unos de los tantos originadores de los desechos electrónicos que seguramente más de una vez los desechamos como basura común sin darnos cuenta de las consecuencias que acarrean. También es importante saber cómo combatir este problema porque es nuestro futuro y el de nuestro planeta el que está en juego.
Al realizar este trabajo, nos impresionaron las consecuencias sumamente dañinas para la salud, desconocidas para nosotros, que los desechos tecnológicos causan.
El avance tecnológico ha posibilitado que tecnologías en principio caras, complejas y orientadas a un público determinado, sean hoy baratas, sencillas y fácilmente utilizables en la vida cotidiana.
Las nuevas funcionalidades y modelos de los aparatos, la mayor accesibilidad por la disminución de los costos y la oferta constante de “la novedad”, hacen que estos productos se tornen obsoletos con mayor rapidez.
Por otra parte, el consumo masivo de aparatos eléctricos y electrónicos genera una explosión en la generación de basura electrónica, la cual contiene sustancias químicas tóxicas y metales pesados y, al mismo tiempo, materiales valiosos como oro, plata, platino y cobre.
En Argentina, se estima que cada habitante genera 2,5 kilogramos de basura electrónica por año. Primero creció considerablemente el consumo de computadoras personales y luego, en 2004, se disparó la venta de teléfonos celulares.
El Senado aprobó el pasado miércoles 4 de mayo el proyecto de ley de “presupuestos mínimos de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos”, la cual establece la extensión de las responsabilidades legales y financieras de los productores de aparatos eléctricos y electrónicos hasta el final de la vida útil de sus propios productos (responsabilidad extendida del productor); la prohibición de sustancias contaminantes en la fabricación de nuevos artefactos y la creación de una infraestructura a nivel nacional para el descarte, acopio, transporte, reutilización y reciclado de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
La velocidad con la que esta montaña de productos electrónicos obsoletos está creciendo generará una crisis de enormes proporciones a menos que las corporaciones de la industria electrónica, que obtienen ganancias por fabricar y vender estos aparatos, asuman su responsabilidad.
En Rosario, el programa municipal Rosario más limpia organiza jornadas de recolección de basura electrónica el último sábado de cada mes.
Además, se tratarán los temas del reciclaje y la repercusión en la salud humana.
Desarrollo
En el desarrollo se hablará sobre la basura tecnológica y su concepto, y luego se seguirá con este problema ambiental a escala global para luego poder ir profundizando en el tema hasta llegar a la escala local, que en este caso es Rosario.
El avance tecnológico ha posibilitado que tecnologías en principio caras, complejas y orientadas a un público determinado, sean hoy baratas, sencillas y fácilmente utilizables en la vida cotidiana.
Sin embargo, estos aparatos eléctricos se vuelven muy peligrosos cuando dejan de funcionar y se convierten en basura tecnológica.
La velocidad con la que esta montaña de productos tecnológicos obsoletos está creciendo generará una crisis de enormes proporciones, a menos que las corporaciones de la industria electrónica, que obtienen ganancias por fabricar y vender estos productos, asuman su responsabilidad, y no solo esto, porque además para construir estos aparatos hay que tener en cuenta la cantidad de recursos naturales que se utilizan y lo que le cuesta al medio ambiente reponerlos.
Existen diversos daños para la salud y el medio ambiente generados por varios de los elementos contaminantes presentes en los desechos electrónicos, en especial el mercurio, el plomo y el cadmio.
Colocar este tipo de residuos en la basura, o dejarlos en manos de cartoneros, es poner en riesgo la salud de las personas y del ambiente, debido a que contienen componentes peligrosos como el plomo en tubos de rayos catódicos y las soldaduras, arsénico en los tubos de rayos catódicos más antiguos, trióxido de antimonio retardantes de fuego, etc.
Adquirir un nuevo equipo informático es tan barato que abandonamos o almacenamos un ordenador cuando todavía no ha llegado al final de su vida útil, para comprar otro nuevo, desconociendo el enorme coste ecológico que comporta tanto la producción como el vertido de ordenadores.
Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos. Por ejemplo, son tóxicos, debido a que incluyen componentes tóxicos como el plomo, el mercurio y el cadmio. Las empresas han comenzado a sustituir las sustancias altamente tóxicas por otras más amigables con el medio ambiente, a la vez que van rediseñando sus productos con el objetivo de “hacerlos más fáciles y seguros al momento de desmantelar y reciclar”, logrando asimismo una considerable baja en los costos a la hora del reciclado.
La Asociación de Telecomunicaciones Solidarias (TeSO) ofrece algunas indicaciones para reciclar computadoras: antes de deshacerse de un equipo informático, considere que algunas piezas o materiales se pueden reutilizar; lo más común es limpiar el disco duro y reinstalar el software dejando lo imprescindible, así como también algunas piezas nuevas en el hardware; esto puede alargar la vida del equipo unos cuantos años más.
Recientemente, en las cotizaciones de equipos se han incorporado piezas libres de plomo, como tarjetas inalámbricas.
Pero aún existen elementos ya desechados que causan daños en el medio ambiente.
- Una plaqueta de un celular o una computadora tiene mercurio, bromo, cadmio, plomo y selenio, entre otros contaminantes peligrosos según la ley argentina de residuos peligrosos.
En otros casos, son incinerados y liberan metales pesados a nuestra atmósfera.
Los rellenos sanitarios y basurales a cielo abierto reciben hoy gran parte de los residuos electrónicos que descartamos: teléfonos celulares, pilas, baterías, computadoras y cámaras fotográficas son desechados como parte de los residuos sólidos urbanos domiciliarios sin ningún tipo de tratamiento.
El reciclaje es la última opción para tratar los desechos electrónicos, y aunque no es sencillo poder aprovechar todos los componentes que contienen, existen actualmente métodos aprobados por las respectivas normas nacionales e internacionales, para procesar este tipo de desechos.
- Se reduce el impacto que estos residuos generan en el ambiente al degradarse en basurales, contaminando napas y suelos.
Basura Tecnológica en Argentina
En Argentina, se estima que cada habitante genera 2,5 kilogramos de basura electrónica por año. El reciclado de esta enorme cantidad de aparatos desechados sería sumamente positivo.
Por otro lado, según el informe de Greenpeace: “El lado tóxico de la telefonía móvil”, se estima que este año 10 millones de celulares serán descartados. Más del 30% de estos aparatos terminará directamente en rellenos o basurales.
En la Argentina no existe aún una normativa específica respecto del tratamiento de la basura electrónica, lo cual implica que el procesamiento de este tipo de residuos no se efectúa de forma adecuada.
Muchos de los residuos que en los países desarrollados son considerados y tratados como altamente contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, en la Argentina son tratados como residuos domiciliarios. Si bien la Ley de Residuos Peligrosos 24.051 contempla, en parte, a la basura electrónica como desechos contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, no existe un sistema reglamentado y específico para su tratamiento.
Un ejemplo de lo mencionado son las baterías de los celulares, que contienen cadmio y no son tratadas como residuos especiales, por lo que son enterradas como "domiciliarios".
Según la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (CAMOCA), se estimó el peso de los equipos electrónicos que este año se transformarán en chatarra: 35.000 toneladas. En 2005 se habían generado 18.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). En otras palabras, en apenas un año prácticamente se duplicó la generación de este tipo de desechos. En la Argentina solo hay dos chatarreras electrónicas registradas en la Secretaría de Medio Ambiente, Silkers y Botrade.
“El reciclaje de los viejos aparatos electrónicos ahorra recursos y protege el medio ambiente. Hoy ya se habla de minería urbana: en lugar de obtener los metales de las montañas, con el alto impacto ambiental generado por la extracción de oro o cobre de la roca, se puede obtener un porcentaje creciente del reciclado y refinado de metales”, contó Gustavo Fernández Protomastro.
En los circuitos de los artefactos electrónicos hay metales como oro, plata, paladio, iridio, germanio y cobre. Y una tonelada de monitores tiene entre 150 y 200 gramos de oro”, explicó Fernández Protomastro.
A diferencia del papel, que solo puede reciclarse entre tres y ocho veces, el oro y el resto de los metales preciosos pueden re aprovecharse infinitamente.
En nuestro país, es urgente la implementación de políticas que eviten la creciente contaminación de estos residuos electrónicos, que desarrollen la infraestructura para la correcta gestión y el reciclado de estos residuos basado en el concepto de Responsabilidad Extendida del Productor, principio impulsado por Greenpeace. Este principio se concreta cuando los productores se hacen responsables por los impactos ambientales de sus productos a lo largo de todo el ciclo de vida útil: producción, uso y disposición final. De este modo, el fabricante será responsable de mejorar los procesos de producción, disminuir los materiales tóxicos utilizados y realizar el recupero de los desechos y productos en desuso.
Actualmente, un proyecto de ley de Gestión de Residuos Electrónicos se encuentra demorado en la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado a la espera de ser aprobado. Cuanto más se retrase la aplicación de este tipo de ley, mayor será la cantidad de residuos electrónicos acumulados y mayores los costos de reparación ambiental.
En este proyecto de ley de “presupuestos mínimos de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos”, se establece la extensión de las responsabilidades legales y financieras de los productores de aparatos eléctricos y electrónicos hasta el final de la vida útil de sus propios productos (responsabilidad extendida del productor); la prohibición de sustancias contaminantes en la fabricación de nuevos artefactos y la creación de una infraestructura a nivel nacional para el descarte, acopio, transporte, reutilización y reciclado de los RAEE.
Basura Electrónica en Rosario
Las cantidades de este tipo de residuo aumentan año a año. Instituciones locales, como el Taller Ecologista, llaman a intensificar las estrategias para detener la contaminación que generan los componentes de los artefactos. En Rosario, el Taller Ecologista advierte sobre la necesidad de profundizar las acciones sobre esta problemática.
Espacio para el debate:
La cuestión central en el debate, además del establecimiento de legislaciones para tratar y deponer los desechos, es pensar en la necesidad de una fabricación y un consumo más responsable, dado que, tal como expresan los referentes de la organización ecologista, uno de los problemas es que los artefactos quedan obsoletos cada vez más rápido.
Esta iniciativa, puesta en marcha junto con el programa Rosario Más Limpia, propone la recepción de aparatos informáticos en desuso conocidos como “chatarra electrónica”.
Para facilitar la recolección diferenciada de este tipo de residuos especiales y un adecuado tratamiento ambiental, cada último sábado del mes, los vecinos pueden acercar, entre otros componentes de computadoras en desuso tales como: computadoras, mouses, teclados, parlantes, routers, impresoras, monitores, notebooks y cables.
En este sentido, se apuesta a crear conciencia en el cuidado del Medio Ambiente, disminuyendo los residuos enviados al relleno sanitario, dando otro paso en el cumplimiento de los conceptos y premisas de la Ordenanza Nº 8335/2008 de Basura Cero.
En el marco de sus programas de compromiso con el medio ambiente, la Municipalidad de Rosario continúa con la iniciativa que propone las jornadas de Recepción de Aparatos Informáticos en desuso (conocidos como “chatarra electrónica”), ampliando la frecuencia de las mismas.
Allí, todos los interesados podrán acercar los componentes de computadoras en desuso, para facilitar su recolección diferenciada con la finalidad de brindar un adecuado tratamiento ambiental de este tipo de residuos especiales.
Es importante aclarar que no se reciben residuos corporativos, puesto que las empresas deben convenir la recolección y tratamiento de este tipo de residuos especiales a través de un servicio de recolección diferencial.
Vale recordar que la adecuada gestión de los residuos informáticos, así como otros de aparatos eléctricos y electrónicos, es una responsabilidad de los productores de los mismos, tal como lo establecen los tratados internacionales y las leyes de presupuestos mínimos relacionadas con la gestión de residuos.
Para fines de este año, los argentinos generaremos 100.000 toneladas de residuos electrónicos, aproximadamente 2,5 kg por persona.
No obstante, la cara menos amable del avance tecnológico se manifiesta en un crecimiento exponencial de los desechos electrónicos (computadoras, celulares, televisores, electrodomésticos, etc.), problema que hoy deben enfrentar tanto los países desarrollados como las naciones en desarrollo.
Los ecologistas declaman que “es posible hacer productos limpios, durables, que sean actualizables, reciclables y fáciles de manejar al final de su vida útil y que no terminen como residuos peligrosos en basurales y rellenos contaminando el ambiente”.
Las empresas han comenzado a sustituir las sustancias altamente tóxicas por otras más amigables con el medio ambiente, a la vez que van rediseñando sus productos con el objetivo de “hacerlos más fáciles y seguros al momento de desmantelar y reciclar”, logrando asimismo una considerable baja en los costos a la hora del reciclado.
Las Directivas Europeas sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos “hacen a los productores responsables de recuperar sus residuos cuando son descartados.
Sin embargo, los países en desarrollo no muestran avances en lo que a materia de legislación se refiere, aunque sí se aprecia un crecimiento exponencial de los residuos electrónicos, como en las naciones desarrolladas.
En la Argentina no existe aún una normativa específica respecto del tratamiento de la basura electrónica, lo cual implica que el procesamiento de este tipo de residuos no se efectúa de forma adecuada. Muchos de los residuos que en los países desarrollados son considerados y tratados como altamente contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, en la Argentina son tratados como residuos domiciliarios. Si bien la Ley de Residuos Peligrosos 24.051 contempla, en parte, a la basura electrónica como desechos contaminantes y peligrosos para el medio ambiente, no existe un sistema reglamentado y específico para su tratamiento. Un ejemplo de lo mencionado son las baterías de los celulares, que contienen cadmio y no son tratadas como residuos especiales, por lo que son enterradas como "domiciliarios".
Esta normativa está en vías de aprobación y se vislumbra como el principio del camino para que los aparatos electrónicos descartados no vayan a parar a los rellenos sanitarios.
Lleva casco, martillo, destornillador hidráulico y una protección para cubrirse los ojos. Ni siquiera necesita usar líquidos que separen el hallazgo del material al que están adheridos.
Su actividad se denomina minería urbana y es nada menos que el reciclado de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE). Estos últimos después son exportados”, contó este minero urbano que trabaja en Quilmes, en una de las tres plantas que se dedican a esta actividad en el país. Debido a varias causas, como la nueva legislación en los países desarrollados, la industria del reciclado se ha visto obligada a virar hacia tecnologías más eficientes que permitan recuperar cada vez más cantidad de materiales”, dijo Eugenia Testa, directora política de Greenpeace Argentina.
Los cálculos oficiales dan cuenta de que cada argentino genera alrededor de tres kilogramos de basura electrónica por año, lo que representa 120.000 toneladas de basura electrónica anuales. “La actividad que realizamos en esta empresa es 100% ambiental. Por el otro, frena el impacto que estos residuos generan en el ambiente al degradarse en basurales contaminando las napas de agua, los suelos y el aire. Sin embargo, la industria del reciclado de minerales por este medio no cuenta con una legislación para su promoción, como sí goza la minería tradicional.
Según Gustavo Protomastro, consultor ambiental que trabaja para otra empresa que realiza la actividad, son necesarios al menos 15.000 kilos de plaquetas para poder exportar el cargamento. Por supuesto que una política de apoyo sería lo mejor”, indicó.
Desde 2008 se encuentra en el Congreso un proyecto de ley para la recuperación, reciclado y reutilización de la basura electrónica que se descarta en el país. El proyecto establece el concepto de Responsabilidad Extendida del Productor. Este teclado que se ve como basura, gente con mucho talento lo puede convertir en arte para un museo o para decoración de una casa o una tienda.
Otro ejemplo, es el lanzamiento de softwares que requieren capacidades de hardware más potentes que hacen que computadoras aún útiles sean desechadas por otras nuevas.
El lado negativo de este avance es justamente que los productos reemplazados sean desechados de manera inapropiada, cuyos materiales causan efectos perjudiciales para el medio ambiente y la salud de las personas.
Debido a este descarte masivo de productos electrónicos, muchos países, en su mayoría desarrollados, han tomado conciencia acerca de los efectos perjudiciales. Paralelamente, muchas organizaciones intergubernamentales se están movilizando para tomar medidas y disminuir los efectos nocivos de estos descartes tecnológicos.
Sin embargo, en la mayoría de los países como Argentina no se toma verdadera dimensión de las consecuencias que acarrean estos desechos.
Es imperioso que tanto los gobiernos como la población tomen conciencia de este nuevo problema ambiental que amenaza el medio ambiente y, en consecuencia, la salud de la población.
Los gobiernos deben redactar leyes y normas que regulen tanto la producción como el descarte de los productos electrónicos, conocida como Responsabilidad Extendida del Productor en muchos países.
La población debe conocer y respetar las normas que existan.