Barroco y Realismo: Un Análisis Detallado de la Época
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2. Novedad en el tratamiento de los temas: Retrato, Paisaje, Bodegones
En el Barroco, el retrato se consolida como un género poético, mientras que el paisaje, que antes era un elemento auxiliar en el Renacimiento, se independiza. La mitología se revitaliza, pero se somete a un proceso de desmitificación. Por ejemplo, en el Barroco, la mitología se humaniza y se lleva a la tierra. Un ejemplo es el retrato de Salvador Jacinto Polo de Medina, con su poema "Un poeta llorando sus pecados poéticos", y el de Alonso de Castillo y Solórzano, con su "Romance a la boca de una dama".
El bodegón, una forma pictórica que representa objetos, frutas y naturaleza muerta, también se independiza en el Barroco. Un ejemplo en el arte es la obra de Zurbarán. Además, existen grandes bodegones literarios, como las descripciones de Góngora.
3. Desmitificación: de la idealización a la vida
El ejemplo más significativo de desmitificación del mito es Quevedo, con sus poemas dedicados a Apolo y Dafne. Según Gallego, en su obra "Misión y símbolo en la pintura española del siglo de oro", el Barroco transforma la visión del artista. En lugar de idealizar el mito, el artista barroco lo trae a la tierra. Por ejemplo, se pinta a un Baco gordo y borracho rodeado de hombres groseros, dando una dimensión realista a los mitos ideales del Renacimiento.
Se desmitifican otras modas del Renacimiento, como lo pastoril, con elementos satíricos, y los excesos caballerescos, con recursos petrarquistas (blanco y rojo) pero con rasgos satíricos. El tópico "menosprecio de corte y alabanza de aldea" se desproporciona. Por ejemplo, en el poema de Cristóbal de Mesa, el tópico se centra en el menosprecio de la corte.
Barroco y Realismo
El Barroco manipula la realidad, creando un negativo del Renacimiento, donde predomina lo no natural y lo artificioso. Se aprecia una estética de la fealdad, con frases como la de Jerónimo de Cáncer: “también en lo feo hay hermosura”. Se deforman las estilizaciones del Renacimiento, y Góngora las exagera. Una característica importante es la deslexicalización de las metáforas, que estaban vulgarizadas por el uso excesivo. Los barrocos las innovan y las tratan de manera diferente.
El gusto por la deformación literaria y artística se manifiesta en la presencia de locos y enanos, que servían para divertir a los nobles. Velázquez pintó doce cuadros de locos y enanos. En el reinado de los Austrias, hubo ciento veintitrés hombres de placer. Los enanos y locos se regalaban entre sí. La comedia de locos de Valencia es un ejemplo de este gusto por lo lunático. Los bufones, locos fingidos, se consideraban beneficiosos para la salud y servían como espejo deformador de la realidad para los nobles.
Barroco y Contrarreforma
La religión y los problemas de la época, como la Reforma Protestante, impulsaron el catolicismo. El Barroco es hijo del Concilio de Trento. Weisbach, en su estudio "El barroco como arte de la contrarreforma", plantea que la Contrarreforma proporcionó ideas y recursos al Barroco. El decreto de las imágenes establece cómo deben ser las imágenes, instruyendo y conmoviendo a los fieles. El Barroco, que ya se estaba gestando antes del concilio, busca conmover.