El Barroco en la Literatura Española: Lírica y Teatro del Siglo de Oro

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El proceso de renovación temática y de creciente complejidad formal que se desarrolló en la lírica del Siglo de Oro tuvo su momento culminante en el Barroco, movimiento literario que llevó al límite las posibilidades expresivas del idioma para reflejar una realidad compleja y contradictoria.

La Lírica Barroca: Conceptismo y Culteranismo

Hoy por hoy, los especialistas coinciden en afirmar que el estilo propio del Barroco y común a todos sus autores es el Conceptismo. El Conceptismo pretende impresionar a los sentidos del lector, poniendo a prueba su capacidad interpretativa, buscando asociaciones sorprendentes, nuevas ideas y recursos acumulados.

Dentro del Conceptismo, distinguimos tres tendencias en la lírica del Barroco:

  • Conceptismo Moderado

    Algunos autores continúan la línea de equilibrio entre expresión y contenido propio del Renacimiento. El barroquismo de estos poetas se manifestará en su tendencia al pesimismo, su visión desengañada de la realidad o en su vitalismo extremo, como veremos en la obra lírica de Lope de Vega. Entre otros autores, destacan los hermanos Argensola, Rodrigo Caro, Francisco de Rioja o Andrés Fernández de Andrada.

  • Conceptismo Extremo

    Este estilo tiene en Quevedo y Gracián a sus máximos exponentes. En el Conceptismo, el equilibrio clásico entre expresión y contenido se rompe a favor de este último, ya que se pretende decir lo máximo con el menor número posible de palabras. Se consigue a través de recursos estilísticos como la comparación, la alegoría o la metáfora. También se acude especialmente a los juegos de palabras y la polisemia. Aunque ninguno de estos procedimientos es exclusivamente barroco, en este período se convierten en rasgos de estilo que pretenden causar la perplejidad en el lector.

  • Culteranismo (Gongorismo)

    Es el estilo propio de Góngora y sus seguidores. Tradicionalmente, el término se ha entendido como una oposición al Conceptismo; sin embargo, se trata de una evolución del Conceptismo a cuyas características se añaden las siguientes: un lenguaje latinizante (donde abunda el hipérbaton, o desorden sintáctico, y los cultismos, palabras extraídas sin cambios del latín), lleno de perífrasis y abundantes referencias mitológicas y cultas. Así, la balanza del equilibrio clásico entre forma y contenido se inclinaría a favor de la primera, es decir, de la expresión.

El Teatro en el Barroco: La Comedia Nueva de Lope de Vega

A finales del siglo XVI comienza el gran teatro clásico español, conocido como la Comedia Nueva, gracias a la obra de Lope de Vega, al que seguirán muchos otros.

Lope de Vega, además de componer infinidad de piezas teatrales, realizó un escrito teórico, el Arte Nuevo de Hacer Comedias, en el cual recogió las características de su teatro, que proponía como rasgos comunes fomentar la creatividad del autor, aumentar la verosimilitud de las obras y agradar al espectador.

Características de la Comedia Nueva

  • Las obras se dividen en tres actos o jornadas, siguiendo el esquema de exposición, nudo y desenlace; el final de cada acto coincide con un momento de fuerte tensión dramática, lo que hace aumentar la intriga. El espectáculo teatral se completaba con la representación, en los entreactos, de piezas menores: entremeses, pasos, bailes, etcétera.
  • Ruptura de las Unidades Clásicas

    No se respeta la regla de las tres unidades (acción, lugar, tiempo) del teatro clásico grecolatino:

    • Unidad de Acción: Es la que más se sigue, ya que diversificar la trama entrañaría dificultades para la comprensión de las obras. Con todo, en algunas comedias hay una acción secundaria protagonizada por los criados de los personajes principales.
    • Unidad de Lugar: Se rompe, ya que la acción dramática suele desarrollarse en muy diferentes lugares: palacios, campos de batalla, castillos, villas, caminos...
    • Unidad de Tiempo: El teatro clásico grecolatino establecía que entre el comienzo de la acción y su final no debían transcurrir más de veinticuatro horas. Frente a eso, la comedia de Lope amplía el límite y las obras pueden abarcar días, meses o incluso años.
  • Mezcla de lo Cómico y lo Trágico: Aunque estas obras se conocen como comedias, en su desarrollo se entremezcla lo cómico (personajes de baja condición y predominio de los acontecimientos divertidos) y lo trágico (personajes nobles y hechos desgraciados), como en la vida real. El final siempre es feliz.

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