Aventuras de Don Quijote: Revuelo en la Venta y el Misterio de Don Luis
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Capítulo sobre Don Quijote y el revuelo en la venta
Don Quijote causa un gran revuelo en la venta, despertando al ventero y a Maritornes. Esta última es liberada sin ser vista. El ventero y los caminantes se acercan a Don Quijote, quien, montado en Rocinante, desafía a cualquiera que lo crea encantado a una singular batalla.
El ventero explica a los caminantes que Don Quijote ha perdido el juicio. Los caminantes buscan a un joven de 15 años vestido como mozo de mulas, que sigue a Doña Clara. La búsqueda irrita a Don Quijote. Un criado del padre del mozo encuentra a Don Luis, disfrazado y durmiendo junto a un mozo de mulas. El criado insiste en su regreso a casa, preocupando a su padre. El otro mozo revela que llamaban "don" al joven, y Dorotea cuenta a Cardenio la historia de Doña Clara y Don Luis.
Los criados intentan convencer a Don Luis de regresar, pero él se niega, lo que lleva a un intento de llevárselo por la fuerza.
El oidor reconoce a Don Luis, lo aparta y le pregunta sobre su disfraz y su presencia allí. Mientras, dos huéspedes intentan huir sin pagar, y agreden al ventero cuando este les exige el pago.
La hija de la ventera, desesperada, pide ayuda a Don Quijote, pero él se niega a intervenir directamente, sugiriendo que ella anime a su padre a luchar.
Don Quijote se arrodilla ante Dorotea y le pide permiso para socorrer al ventero. Tras obtenerlo, se dirige a la puerta, pero se detiene y pide que llamen a Sancho. La ventera, su hija y Maritornes se desesperan ante la cobardía de Don Quijote.
El narrador interrumpe la acción para relatar la conversación entre Don Luis y el oidor, donde Don Luis expresa su deseo de casarse con Doña Clara, razón por la cual dejó la casa de su padre. El oidor, aunque sorprendido, considera favorable el matrimonio, ya que Don Luis es el único heredero de su padre, quien aspira a un título nobiliario.
Tras convencer Don Quijote a los huéspedes de pagar al ventero, entra en la venta el barbero, a quien Don Quijote robó el yelmo de Mambrino y Sancho, los aparejos del asno. El barbero ve a Sancho en la caballeriza y le reclama el robo. Sancho abofetea al barbero, quien grita pidiendo justicia.
Don Quijote, impresionado por la defensa de Sancho, planea armarle caballero. Afirma que la bacía es el yelmo de Mambrino, ganado en batalla, y que permitió a Sancho llevar los jaeces del caballo porque le vencieron. Sancho, dudoso, comienza a llamar al yelmo una "baciyelmo".