Los Autoinformes en Psicología

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TEMA: Los Autoinformes en Psicología

1. Definición y caracterización de los autoinformes

1.1. Introducción y definición de autoinforme

Los autoinformes están basados en la capacidad de introspección de los individuos, habilidad muy popular durante los inicios del siglo XX. Sin embargo, con la llegada de los conductistas se quiso eliminar la introspección como objeto de estudio de la psicología. En la actualidad, se vuelve a considerar la importancia de que la persona tome datos sobre sí misma. Para iniciar muchas veces la terapia, recurrimos a los autoinformes. Estos precisan de procesos psicológicos básicos como la memoria, la percepción o el lenguaje, para que la persona pueda expresarse.

Los autoinformes pueden ser abiertos, por ejemplo, si pedimos a las personas que hablen libremente sobre un tema en un folio en blanco. Pero también pueden ser cerrados, en los que limitamos aún más la respuesta del sujeto a unas pocas opciones, a veces únicamente dos. “Si quieres saber lo que le ocurre a una persona, pregúntaselo, a lo mejor te lo dice”

La forma de preguntar en un autoinforme es la clave para que la persona pueda transmitirnos la información de forma efectiva. De esta manera, podemos definir los autoinformes como: mensajes verbales o escritos que un sujeto emite sobre cualquier tipo de manifestación propia. Esta información es producto de la auto-observación o introspección que una persona realiza sobre su propia conducta. Además, los autoinformes han tenido un gran auge en la actualidad debido a su facilidad de uso, siendo el reto construir instrumentos con buenas garantías psicométricas (fiabilidad y validez).

1.2. Características de los autoinformes

Los autoinformes son instrumentos que dan cuenta de la conducta de la persona, pudiendo ser la información motora, fisiológica, cognitiva y de experiencias subjetivas. Por otro lado, las respuestas dadas por la persona pueden analizarse a distintos niveles de inferencia, que se deben basar en los propios datos obtenidos de la conducta. Hay que tener en cuenta cuál es la visión de la persona que tiene sobre su conducta y su medio. Las respuestas emitidas por la persona se dan en función de su realidad subjetiva, de la percepción que la persona hace de sí misma. Y muchas veces, esta información es más importante que la que podríamos obtener de forma objetiva.

2. Estructura de un autoinforme

Los autoinformes se pueden clasificar en función de varias perspectivas:

  • Según la variable: rasgos, estados, repertorios conductuales, repertorios cognitivos (pensamientos).
  • Según el tiempo referido: retrospectivos (pasado), concurrentes (presente), futuros.
  • Según las preguntas: estructuradas, semi-estructuradas, no estructuradas.
  • Según las respuestas: abiertas/cerradas. Las respuestas cerradas pueden ser dicotómicas (dos posibilidades), escalares (en una escala de 1 a X) u ordinales (ordenar las opciones).
  • Según el contexto de aplicación: laboratorio o situación natural.
  • Según el método de construcción: racional, teórica o empírica.

Dependiendo de la variable encontramos como hemos visto varios subtipos de informes. Los rasgos nos permiten recoger la información interpretada como signo interno e inherente a la persona (tests de personalidad), basada en distintas conductas generales de la misma. En cambio, los estados evalúan las características de la persona producto de una situación que esté aconteciendo a ella en este momento. También se encontrarían los repertorios conductuales (respuesta motora, cognitiva y psicofisiológica), que ofrecen información sobre síntomas asociados a trastornos psicológicos. E incluso repertorios cognitivos, que analizan qué determinantes cognitivos explican comportamientos (por ejemplo, las expectativas, autoinstrucciones, pensamientos…).

Cuando hablamos de clasificación en función del tiempo al que se refiere nos encontramos con autoinformes retrospectivos si hacen alusión al pasado, los autoinformes concurrentes si nos interesa el ahora mismo, o los autoinformes futuros. En estos últimos, la exactitud se relaciona con el tiempo existente entre que ocurre el hecho y se informa de él.

Según las preguntas, los autoinformes podrían ser estructurados, los cuales ofrecen mayor garantía pero también menor información. Las no estructuradas darían total libertad a la hora de autoinformar, y las semi-estructuradas estarían en un punto medio. Dependería mucho de las características de la persona usar un tipo u otro.

Por otro lado, por las respuestas nos encontramos las de tipo abierta si dejamos a la persona expresarse, o cerrada, que como hemos dicho pueden ser dicotómicas (Sí o No), escalares (con una escala de números) o ipsativas (se presentan una lista de opciones y debe ordenarlas por preferencia).

Por el método de construcción podemos hablar en primer lugar del método racional, que es representativo de las conductas e ideas que definen el constructo (p.e. BDI de Beck). Otro método sería el teórico, en el que las preguntas responden a la teoría de la que parten (p.e. autoinformes factoriales, test de constructos personales de Kelly).

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