Augusto Pontifex Maximus: Iconografía y Significado en el Retrato Romano
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Augusto Pontifex Maximus: Iconografía y Significado
Nos encontramos ante una obra escultórica de estilo romano. La escultura representa a Augusto como Pontifex Maximus, es decir, como el máximo representante de la religión romana. Es una escultura de época imperial, siglo I d.C.
Una vez hecha la presentación de la escultura, pasaremos a continuación a analizarla. Como podemos observar, es una escultura de bulto redondo (retrato romano). El emperador aparece en pie, vestido con una toga. El calzado que lleva son unas sandalias propias de los patricios (calcei) y la cabeza la lleva cubierta con un velo como signo de religiosidad. En el brazo derecho, el cual aparece extendido, debía portar un plato ritual para el derramamiento de vino durante un sacrificio. Los pliegues de la toga, como bien podemos ver, están muy cuidados. Es una obra esculpida en mármol. El rostro plasma el clasicismo que es propio del arte augusto. Los rasgos faciales, aunque están más humanizados que en otros retratos del emperador, no dejan de mostrar una belleza armónica, evocando una gran espiritualidad. Su rostro es tranquilo y serio, pero con rasgos de superioridad como su posición o vestimenta. También destaca su flequillo característico de la época.
El título Pontifex Maximus se le otorgaba al principal sacerdote del colegio de pontífices y era el cargo más honorable en la religión romana. Como bien hemos dicho anteriormente, la escultura es un retrato romano, por su carácter realista, exhibiendo el poder y la grandeza de la figura.
Contexto Histórico del Retrato Romano
Una de las grandes aportaciones del arte romano es el retrato. Será durante el imperio (desde el 27 a.C.) cuando el retrato alcance su máximo desarrollo. La mayor parte de estos retratos estaban destinados a lugares públicos o edificios de carácter oficial de todo el imperio, de ahí que fuera necesario establecer una imagen oficial del emperador. Será con Augusto con quien se establezcan las modalidades fundamentales del retrato imperial:
- El togado: como indica su nombre, el emperador aparece envuelto en una toga.
- El velado: el emperador lleva en la cabeza su velo o cubierta. Este tipo de escultura presenta a Augusto como Pontifex Maximus, es decir, como pontífice o sacerdote, dentro de la religión romana.
Con Augusto se introduce una tendencia a la idealización, por influencia helenística. Octavio Augusto aparecerá representado con múltiples atuendos, pero siempre dominante. Destaca, aparte de Pontifex Maximus, Augusto de Prima Porta. Tras su muerte se multiplican las estatuas que le divinizan, y lo mismo ocurrirá con sus sucesores: aparecerán semidesnudos con coronas de laurel llevando una pátera y con símbolos divinos.
El retrato femenino también posee importancia. Livia, esposa de Augusto, creará el prototipo de matrona romana. Desde el siglo II domina una retratística más realista y expresiva, se utilizarán mármoles de colores, se taladrará la pupila y el iris del ojo. Se ponen de moda las barbas que se esculpirán con la ayuda del trépano al igual que el cabello. En los siglos III y IV el realismo pierde importancia.