El Auge Económico de Estados Unidos en los Años 20: Prosperidad y Desafíos
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La Prosperidad Estadounidense: Los Felices Años Veinte
Paralelamente a la gran expansión internacional de la economía estadounidense (exportaciones, inversiones y préstamos), el aumento de la demanda interna fomentó una etapa de prosperidad, conocida como los Felices Años Veinte. Este crecimiento económico se basó en la mejora de la productividad, la disminución de los costos de producción y el uso de nuevos productos.
La Revolución del Consumo y la Industria Automotriz
En la década de 1920 se popularizó el uso de nuevos bienes como los electrodomésticos, el teléfono, la radio y, sobre todo, el automóvil. Aunque el costo de los productos fuera elevado en relación con los ingresos de muchas familias, todo se podía adquirir gracias al crédito y la venta a plazos. Fue la llamada "revolución de los consumidores". A finales de la década, el 16,7% de los estadounidenses disponían de su propio automóvil (frente a un 23% de los franceses o un 0,5% de los alemanes).
La industria del automóvil (con gigantes como Ford, Chrysler y General Motors) impulsó el desarrollo de sectores industriales existentes (siderurgia, material eléctrico, cristal) y de otros nuevos (neumáticos, producción y distribución de carburante, carreteras).
El Auge de la Construcción y el Crecimiento Urbano
Otro motor de la expansión fue la construcción, un sector intensivo en mano de obra y, por tanto, de creación de empleo. En estos años se empezaron a construir gran parte de los rascacielos de las grandes ciudades (Nueva York, Chicago, Detroit, Los Ángeles). A partir del fuerte crecimiento urbano, las ciudades se expandieron y surgieron nuevos barrios obreros.
Entre 1922 y 1929, la economía creció a una tasa próxima al 5% anual. Muchos estaban convencidos de que se había entrado en una época de prosperidad permanente.
Desequilibrios y Desigualdades Económicas
Las ganancias de la prosperidad no se distribuyeron por igual entre la población. Los beneficios empresariales y los dividendos de las acciones (fruto de la concentración empresarial y financiera) crecieron a un ritmo mucho más elevado que los salarios. Por otra parte, las industrias tradicionales (textil, carbón, algodón) entraron en crisis ante la disminución de la demanda, y los trabajadores, muchos de ellos de origen afroamericano, tuvieron que desplazarse a las áreas urbanas y cambiar de empleo, casi siempre con un salario inferior.
La Brecha entre Producción y Consumo
De este modo, la capacidad adquisitiva de muchos estadounidenses no era suficiente para absorber el aumento de la producción, resultado de la fabricación masiva y en serie y del aumento de la productividad.
La Crisis Agrícola
Por otra parte, los agricultores, que se habían endeudado durante la guerra para aumentar la producción, tenían menos ingresos debido a la disminución de las exportaciones y de los precios a partir de 1922. Todo ello provocó la ruina de millones de granjeros, que tuvieron que malvender sus tierras y emigrar.