El Arte del Siglo XIX: Del Neoclasicismo al Posimpresionismo

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El Neoclasicismo

El Neoclasicismo será el estilo que surja ahora como oposición a lo que los ilustrados consideran la frivolidad del barroco final. El modelo ideal vuelve a ser la noble sencillez y serena grandeza del arte grecolatino, aunque con una nueva manera de afrontar su deseable influencia que tiene que ver con convertirlo en referente no sólo estético sino, además, ético. El mundo antiguo ofrece unas pautas de comportamiento que han de fundamentar la nueva sociedad que desean los revolucionarios.

Este será el momento de la consolidación de la academia, institución normativa, como única vía de formación artística dentro del triunfo del concepto de autonomía artística propio de la Ilustración. Las academias de bellas artes, además, sancionarán lo artístico en base al buen gusto que se ajusta a la norma serena del arte clásico, actuando en este momento como foco de difusión y consolidación del neoclasicismo.

Jacques Louis David

La referencia constante en su pintura es el clasicismo grecolatino y renacentista. Su pintura es dibujística y de factura muy precisa, colores yuxtapuestos y fría iluminación. La referencia de la estatuaria clásica está siempre presente en la expresiva gestualidad de sus figuras ordenadas en rigurosas composiciones equilibradas y simétricas, lo que aporta frialdad y rigidez a una obra grandilocuente, excepto en sus cálidos retratos. Algunas de sus obras más destacadas son: Juramento de los Horacios y La Coronación de Napoleón en Notre Dame.

Goya

Artista precursor en obra y actitud, actúa de transición entre lo clásico y la modernidad. Con él, como en el caso de Beethoven, el sentimiento y el punto de vista del artista comienzan a prevalecer en la práctica artística. Goya es un artista complejo e inclasificable capaz de mostrar en su obra tanto la objetividad y el optimismo festivo de sus retratos o cartones para tapices como, por primera vez en la historia del arte, el desgarrado y veraz dramatismo de la guerra, así como elevar lo fantástico y lo oscuro a la máxima importancia artística. Algunas de sus obras más representativas son: La Familia de Carlos IV, La Condesa de Chinchón y El Sueño de la Razón Produce Monstruos.

El Romanticismo

Antes que un estilo con rasgos claramente definidos, el Romanticismo es un movimiento que conlleva una actitud que marca todas las dimensiones de la vida, vinculándose a todos los aspectos de la creatividad humana. El término romántico se consolida en la Francia de 1830 extendiéndose por todo Occidente.

El Romanticismo se fundamenta en la expresión individual del artista primando el sentimiento y la sensibilidad sobre la razón. La clave está en la personalidad inimitable del creador desarrollada en unas obras únicas en base a su genio, lo que da lugar al mito del artista romántico.

Este subjetivismo puede plantearse a través de la proyección de lo individual hacia lo exterior mediante la interiorización de la realidad que luego se expresa emocionalmente según una visión personal de la naturaleza, siempre en términos sublimes y mediante la investigación del mundo interior del artista. Aparecen nuevos temas objeto de creación artística relacionados con las grandes verdades humanas así como con lo exótico.

Jean Auguste Dominique Ingres

Complejo y a veces contradictorio, supo desarrollar en pleno Romanticismo una pintura llena de valores clasicistas dentro de un ambiente vinculado a la oficialidad académica, lo que se traduce en la supremacía del dibujo sobre el color y la referencia a la estatuaria griega. No obstante, su pintura incurrirá en elementos alejados del Neoclasicismo: sensual desnudo femenino, línea curva como definidora de formas y, en ocasiones, decididamente románticos. Algunas de sus obras más conocidas son: El Baño Turco y La Gran Odalisca.

Théodore Géricault

Aúna diversas influencias del pasado para establecer un estilo verista, dinámico, claroscurista y abarrotado de pathos que es puro sentimiento romántico. Su obra maestra es La Balsa de la Medusa.

Eugène Delacroix

Su obra ejemplifica el triunfo romántico de la sensibilidad frente a la razón, imprimiendo a los cuadros una gran emotividad. Investigará las posibilidades del color como valor expresivo autónomo, abandonando la preponderancia del dibujo academicista. Sus temas son elevados, inspirados en la Historia y la literatura. Algunas de sus obras más importantes son: La Barca de Dante, La Muerte de Sardanápalo y La Libertad Guiando al Pueblo.

Joseph Mallord William Turner

Su particular visión de la naturaleza, centrada en la representación de las fuerzas indomables que la gobiernan, de carácter sublime romántico, se expresa a través de una inusitada forma de entender el color, que alcanzará una autonomía expresiva precursora de la pintura moderna, cercana a la abstracción.

Caspar David Friedrich

Desarrollará quizá como ningún otro artista el sentimiento romántico de lo sublime con sus paisajes nada descriptivos, cargados de valores simbólicos y subjetivos.

El Realismo

Se desarrolla entre 1840 y 1880 y adquiere muy diversas formulaciones, aunque siempre podemos encontrar en el artista un compromiso político y social en relación con la sociedad en la que vive, alejándose en su tratamiento de la realidad de la subjetividad y fantasía románticas.

Hemos de subrayar la influencia de los movimientos sociales del momento, como el socialismo, y la aparición de la fotografía, que ofrecerá recursos a los pintores para otorgar inmediatez a sus escenas frente a los usos previos.

Auguste Rodin

Por técnica, material y usos, la escultura será la disciplina en donde la pervivencia del modelo clásico se mantuvo de forma más evidente a lo largo del siglo, si bien con el paso del tiempo terminó por asumir rasgos renovadores, como muestra la obra de Auguste Rodin, el más importante escultor del siglo XIX. Destaca su obra Los Burgueses de Calais.

La Arquitectura Ferrovítrea

La arquitectura ferrovítrea, debida al desarrollo de los nuevos materiales, permitió satisfacer las necesidades de la moderna sociedad industrial considerando la funcionalidad como el aspecto principal de la disciplina desde unas tipologías inusitadas basadas en una estructura de hierro cerrada con cristal, lo que aportaba luminosidad y diafanidad. La arquitectura estaba así proponiendo unos innovadores usos y conceptos que la transformarían para siempre.

El Posimpresionismo: Paul Cézanne

Paul Cézanne fue un pintor francés posimpresionista, considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras establecieron las bases de la transición entre la concepción artística decimonónica hacia el mundo artístico del siglo XX, nuevo y diferente. Cézanne intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico. Manifestó un interés progresivo en la representación de la vida contemporánea, pintando el mundo tal como se presentaba ante sus ojos, sin preocuparse de idealizaciones temáticas o afectación en el estilo. Luchó por desarrollar una observación auténtica del mundo visible a través del método más exacto de representarlo en pintura que podía encontrar. Con este fin, ordenaba estructuralmente todo lo que veía en formas simples y planos de color.

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