Arte Romano: Escultura, Relieve y Técnicas Constructivas

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Escultura Romana: El Relieve

El Retrato Escultórico Romano

El arte romano hizo del retrato escultórico individual una de sus aportaciones más específicas. En su creación confluyeron tres líneas principales:

  • El interés por las peculiaridades realistas que ya había mostrado el arte helenístico.
  • La existencia de retratos etruscos, previamente citados.
  • La práctica funeraria del culto a los antepasados.

En efecto, los primeros siglos de la historia romana estuvieron marcados por el enfrentamiento entre los patricios y los plebeyos. Las familias patricias idearon unas prácticas culturales elitistas para reafirmar la idea de su condición superior, otorgando gran importancia al culto a los antepasados. El «ius imaginum» les permitía la conservación de las máscaras funerarias de sus antepasados en sus casas. Todo esto derivó en la creación del retrato, fundamentalmente en busto y realizado con un tratamiento realista que asentó en la cultura romana la idea de la fidelidad retratística. Si bien los retratos de los emperadores siguieron constituyendo un género aparte, después del siglo I d. C. el retrato dejó de ser un privilegio aristocrático.

El Relieve Histórico Romano

La escultura en relieve proporcionó grandes obras a la historia romana, pero a finales del siglo I d. C. comenzó a aplicarse a la representación de acontecimientos concretos. Grandes superficies de escultura en relieve cubrieron las estructuras de los monumentos conmemorativos, celebrando los hechos del Imperio y glorificando las acciones de sus gobernantes. Los escultores recurrieron a la perspectiva para conseguir tridimensionalidad y perfeccionaron la composición de escenas movidas y complicadas.

El Arco de Tito nos muestra en sus relieves cómo se celebró el triunfo por la conquista de Jerusalén tras la rebelión judía. Pero es la Columna Trajana la obra maestra del relieve romano: más de 200 metros de relieve en espiral, ofrece, en sus numerosas escenas, una auténtica crónica visual de la conquista de la Dacia.

Arquitectura Romana

Aspectos Técnicos y Constructivos

La arquitectura romana presenta, respecto a la griega, dos grandes grupos de innovaciones: un espectacular desarrollo de los aspectos técnicos y constructivos y una mayor variedad de tipologías. En cuanto a la técnica, los romanos consideraron siempre la solidez constructiva (firmitas) el primer requisito de su arquitectura, y prueba de esto es la persistencia de algunos de sus edificios dos milenios después.

Aunque la arquitectura en piedra no dejó de utilizarse, la mayoría está realizada con ladrillo y, sobre todo, con el material romano por excelencia: el hormigón, compuesto por agua, cal, arena y materiales aglomerantes, que daba una consistencia pétrea al secarse pero con una plasticidad que hacía posible darle la forma que desearan. El muro romano está compuesto por un durísimo núcleo de hormigón revestido por ladrillo o piedra. Había dos tipos de muro: opus incertum u opus reticulatum.

La firmitas de la arquitectura romana se basó en el continuo empleo de arcos de medio punto y bóvedas. El célebre Coliseo nos ofrece un ejemplo de edificio sustentado por bóvedas y arcos.

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