Arte Románico: Orígenes, Características y Expansión en Europa
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Románico: Introducción
En la mitad occidental de Europa, el arte evoluciona de manera singular tras la caída del Imperio Romano. La irrupción de pueblos bárbaros, junto con el peso de la Iglesia Católica, deriva en nuevas obras que, al principio, presentan formas dispersas. En el siglo XVIII, Adrien de Gerville propone que la arquitectura románica descendía de la romana, valorándola negativamente por considerarla una degeneración de la otra. Sin embargo, el románico no es el resultado final de un proceso de las artes desde las invasiones germánicas del siglo V, ni tampoco un proceso degenerativo, sino un estilo autónomo, separado de las formas prerrománicas, con las siguientes características:
- Monarquía: En la cúspide de la pirámide social, imponía su poder aduciendo que este procedía de Dios.
- Economía rural y de autosuficiencia: Basada en el autoconsumo y el trueque.
- Sociedad jerarquizada: División estamental, estructurada en estamentos inamovibles.
- Feudalismo: Sistema económico basado en relaciones sociales entre el noble y el señor feudal.
Influencias: Mundo antiguo, herencia bárbara, califales de Córdoba y orientales de Bizancio.
Expansión: Se extiende desde países escandinavos hasta el sur de Italia, y desde las Islas Británicas hasta Europa Central.
Internacionalidad:
- Monasterio y castillo: Construcciones prototípicas de una sociedad rural. En el siglo XI, la catedral se convierte en símbolo de la ciudad.
- Iglesia: Asume el liderazgo en el mecenazgo artístico. Los lazos de unión son:
- Órdenes religiosas: Orden de Cluny y Císter.
- Peregrinaciones a Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén: La fe en las reliquias promovió este fenómeno social, con tres centros capitalizando el interés: los Santos Lugares de Jerusalén, las catacumbas de Roma y el sepulcro del apóstol Santiago en Galicia.
- Cruzadas: Episodio histórico con el objetivo de recuperar los 'lugares santos' de Oriente.
El hecho histórico del 'Terror del año 1000' (milenarismo) generó temor y pesimismo entre los ciudadanos, que esperaban la entrada del nuevo milenio y el fin del mundo.
Cronología:
- Primer Románico: Finales del siglo X - 2/3 del siglo XI.
- Románico Pleno: 2/3 del siglo XI - 2/3 del siglo XII.
- Tardorrománico o Protogótico: 2/3 del siglo XII - siglo XIII.
Arquitectura Románica: Elementos Formales
La bóveda de cañón es un signo formal del románico. Las medidas de seguridad y el interés estético aconsejaron construir bóvedas en piedra, protegiendo del fuego. Este hallazgo, sólido y hermoso, planteó nuevos problemas: combatir los empujes que el peso transmitía a los muros. La solución fue fragmentar la cubierta abovedada en tramos, mediante arcos transversales o fajones, que se apoyaban en pilares canalizando las fuerzas de descarga. El esqueleto formado por los fajones permitió elevar la altura y aumentar la longitud. Las dificultades se complicaban cuando el edificio tenía tres naves; el cañón central se contrarrestaba con bóvedas de cuarto de círculo o de arista en las naves laterales, y se situaba un contrafuerte exterior en el eje de los fajones. La estabilidad proporcionada por los contrafuertes autorizó a seccionar las naves laterales en dos pisos, abriendo una galería alta o tribuna, cuya instalación supletoria reforzaba la capacidad del edificio, duplicando su aforo y permitiendo la iluminación mediante ventanas en la pared.
El Monasterio Románico
Tenía una estructura dictada por la orden, basada en las grandes abadías del Imperio Carolingio, con tipologías basilicales o de peregrinación. En uno de sus flancos se alzaba el claustro, con cuatro galerías o crujías abiertas por arcos de medio punto a un espacio central ajardinado, con columnas pareadas. Se ubicaban la escuela, la hospedería y el huerto. Ejemplo: Claustro de Santo Domingo de Silos (Burgos).
La Iglesia Románica
Llena de simbolismos, las iglesias de peregrinación eran templos de gran tamaño ubicados en cruces de las principales rutas. Presentaban planta de cruz latina con 3 o 5 naves. El ábside estaba formado por una gran girola, un corredor que facilitaba la circulación de los fieles alrededor de las reliquias. Por encima de las naves laterales corrían tribunas, galerías para los fieles. Tres pórticos de acceso a los pies y brazos del crucero, dedicados cada uno a una de las personas de la Trinidad.
Elementos Sustentantes:
- Sistema de cimentación: Se realizaban profundas zanjas que se rellenaban con ripio.
- Muros de piedra: En sillares, con un núcleo entre el exterior y el interior.
- Pilares: En el interior, y contrafuertes en el exterior.
Arcos y Vanos
Vanos con arcos de medio punto. Para poder abrir los vanos en los gruesos muros, se utilizaban arquivoltas, dando a puertas y ventanas forma abocinada.
Cubiertas:
- Medio cañón: Sección semicircular que cubría el espacio longitudinal de la nave central, dividida en tramos por arcos fajones o perpiaños.
- Arista: En las naves laterales.
- De horno: Con forma de cuarto de esfera.
Escultura y Pintura Románica
Función de la Escultura:
- Decorativa: Formaba parte física de la arquitectura, tratándose de relieves adosados a portadas, frisos y capiteles, adaptándose a los espacios de formas diversas e irregulares. La ley del marco obligaba a amoldarse a los espacios.
- Docente: Contenía un mensaje que complementaba temas de contenido religioso.
Estética:
Arte mental alejado de la naturaleza, busca expresividad, narración y enseñanza, además de un gran simbolismo. Se esculpían frisos, capiteles, portadas...
Grandes Portadas Románicas:
- Pentecostés (Santa Magdalena de Vézelay)
- Apocalipsis (San Pedro de Moissac)
- Ascensión de Cristo (San Saturnino de Toulouse)
Narraciones del Antiguo y Nuevo Testamento, temas simbólicos.
Escultura Exenta:
Debido al peligro relacionado con las estatuas paganas de la antigüedad, la producción en madera policromada fue importante, con temas populares como:
- Majestades
- Descendimiento
- Vírgenes
Técnica de la Pintura Mural:
Similar a la pintura paleocristiana y prerrománica, la técnica es el fresco, con los siguientes pasos:
- Preparación: Una capa de enfoscado (cal y arena) y otra de enlucido (con polvo de mármol).
- Imprimación: Alisamiento de las capas anteriores.
- Estarcido: Líneas del dibujo, soplando con polvo de carbón.
- Aplicación del color: Con la técnica del temple, utilizando huevo y cola.
Finalidad:
- Decorar
- Enseñar
Temática:
- Manifestaciones de la divinidad:
- Dios Padre: Dextera Dei.
- Dios Hijo: Componiendo Pantocrátor.
- Dios Espíritu Santo.
- Virgen María.
- Testificaciones ubicadas bajo las manifestaciones.
- Narraciones de episodios del Antiguo y Nuevo Testamento.
Abadía de Cluny III
Creación extraordinaria de la Alta Edad Media; su iglesia fue la mayor del mundo hasta la construcción de la Basílica de San Pedro. Encargada por el abad Hugo de Cluny en 1088, pero consagrada en 1130 en Borgoña (Francia). Fue demolida durante la Revolución Francesa; actualmente solo se conserva el brazo de uno de los transeptos. Su iglesia destacaba por sus esbeltas formas y numerosas torres. La mayoría de las iglesias de peregrinación que conducían a Santiago y a Roma se proyectaban siguiendo el modelo de Cluny: la portada historiada, las fachadas flanqueadas por torres y las cabeceras de los templos más complejas. Cluny II, consagrada en 981 y también desaparecida, había sido el arquetipo de iglesia del Primer Románico. La III es una respuesta a las nuevas necesidades que se planteaban. Iglesia de 5 amplias naves con doble transepto y gran deambulatorio, sumaban 15 absidiolas adosadas. Dos torres que abrían un amplio nártex de 3 naves. La nave central con bóveda de cañón a 3 niveles preconizaba ya el gótico: grandes arcadas, tribuna y cuerpo de ventanales alto.
Santiago de Compostela
Acoge en su cripta los restos del apóstol Santiago el Mayor. En este templo finaliza la ruta de peregrinación. Encargada por los obispos Diego Peláez y Diego Gelmírez de 1075 a 1128 en Galicia. La catedral impresionaba por su complicada cabecera románica, los largos brazos del transepto y las torres que flanqueaban la fachada. Se añadieron un claustro gótico flamígero, una cúpula sobre el crucero y el frente basilical fue cubierto por un paramento barroco que hizo desaparecer la fachada románica. La mayor iglesia de peregrinación del camino, de planta de cruz latina, es simétrica y regular. Se organiza en 3 naves longitudinales, precedidas por un nártex y cruzadas por un gran transepto, dividido también en 3 naves. La cabecera acoge un deambulatorio con 5 capillas radiales. 22 metros de altura de la nave central. Cubre la nave una bóveda de cañón con arcos fajones. El alzado se articula en 2 niveles: arcadas y tribuna. Esta, el transepto y el deambulatorio permitían a los peregrinos recorrer todo el templo sin interferir en la celebración del oficio. El deambulatorio con capillas radiales fue concebido para facilitar el acceso a las reliquias del apóstol.
Pórtico de la Gloria
Realizado por el maestro Mateo y su taller entre 1168 y 1188. El pórtico forma parte del nártex de la catedral. Sus 5 metros de anchura impiden una visión frontal completa. Se estructura en 3 oberturas que coinciden con las naves de la iglesia. Acoge más de 200 esculturas que recubren todos los elementos arquitectónicos. El programa iconográfico tiene su punto neurálgico en el parteluz, presidido por la estatua sedente del apóstol Santiago. El tímpano recrea el Apocalipsis: Cristo aparece en el centro, con actitud majestuosa, mostrando las llagas, rodeado por los cuatro evangelistas con sus símbolos; la arquivolta muestra a los ancianos del Apocalipsis, sobre el dintel los arcángeles portan los símbolos de la Pasión, y los espacios curvos acogen a los elegidos, que el maestro Mateo plasmó como 38 figuras humanas. En las jambas, un magnífico conjunto de profetas y apóstoles parecen conversar. La ruptura con la estética románica se manifiesta en el tratamiento individualizado de los personajes, cercano al retrato, y en la expresividad facial. Todas las figuras revelan un dinamismo que hace que pierdan la frontalidad y rigidez románicas, acentuado por la naturalidad en los pliegues de los vestidos. Las dos jambas del vano central simbolizan los fundamentos de la ciudad descrita por el Apocalipsis, cuyas columnas son el Antiguo y el Nuevo Testamento. En el pilar de los profetas, un apesadumbrado Jeremías refleja el sufrimiento que padeció a causa de sus profecías; Daniel sonríe porque anuncia la venida del Salvador; Isaías sostiene un pergamino y Moisés levanta las tablas de la Ley en sus manos. En la jamba derecha, el pilar de los apóstoles presenta a San Pedro con las llaves del reino de Dios, a San Pablo y a San Juan. En los ángulos del pórtico, ángeles con trompetas recuerdan la condición apocalíptica: el día del Juicio Final.
Majestad Batlló
De autor desconocido, siglo XII, Barcelona. La obligación de colocar una cruz en el altar dio importancia a la crucifixión. Cada país plasmó una forma diferente. En España se difundieron en el siglo XII las majestades: Cristo en la cruz, coronado o con la cabeza desnuda, peinado con crencha y bucles que caen a ambos lados, vistiendo una túnica orientalizante. Importada de Oriente, se debían a la rigidez y frontalidad, la evidente desproporción y la falta de interés por el volumen. El antinaturalismo proporcionaba un distanciamiento y un aura de autoridad que debía emanar de la talla para simbolizar el poder divino. Potenciaba el efecto de Cristo solemne, triunfante, sin huellas de dolor, con los ojos abiertos, mostrando la victoria sobre la muerte.
San Clemente de Taüll
De Maestro Taüll, 1123, Barcelona. Tanto el trazo como el color y la plasmación de los personajes están al servicio de la exageración y los detalles más significativos. Una línea gruesa y enérgica materializa las formas y les infunde vida y expresión. El rostro de Jesús se construye a partir de unos ojos simplificados, un entrecejo que se prolonga para definir la nariz y una boca perfilada por dos rayas, conjunto que queda enmarcado por la cabellera y la barba simétricas. Pocas líneas para expresar solemnidad y severidad. El color, denso y puro, sin matices, aplicado a grandes superficies, aplana la composición. Gama brillante. Las figuras son alargadas y estilizadas. La frontalidad, rigidez e hieratismo confieren a los personajes el aire distante requerido. La perspectiva es inexistente y las figuras se reparten en un plano único. Sigue el esquema convencional: la figura sobrehumana de Jesús, enmarcada por la mandorla y flanqueada por el resto de las figuras, distribuidas en franjas paralelas y yuxtapuestas. El ábside se distribuye en tres registros: el primero dedicado al cielo, el segundo aprovecha el cilindro del ábside que remiten a la iglesia, y el tercero dedicado a la tierra, aquí apenas visible.