El Arte Románico: Iconografía y Rasgos Distintivos en Escultura y Pintura Medieval
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El arte románico, surgido en la Edad Media, se caracteriza por su profunda conexión con la fe cristiana y su función didáctica. A continuación, exploraremos las particularidades de la escultura y la pintura románicas, prestando especial atención a su rica iconografía y sus distintivos aspectos formales.
Escultura Románica: Características e Iconografía
La escultura románica es casi exclusivamente religiosa, sirviendo como un “evangelio de piedra” o la “Biblia de los pobres” para una población mayoritariamente analfabeta. Su función principal era docente, narrando historias sagradas y transmitiendo mensajes morales.
Temática e Iconografía
Aunque predominantemente religiosa, la escultura románica también incorpora otros temas. Las fuentes iconográficas principales incluyen:
- Historias del Antiguo y Nuevo Testamento: Narraciones bíblicas fundamentales.
- Leyendas religiosas: Relatos de santos y mártires, a menudo extraídos de las Leyendas Áureas y Martirologios.
- Alegorías: Representaciones simbólicas de pecados, vicios, virtudes, etc.
- Temas profanos: Elementos vegetales, animales y escenas cotidianas, aunque en menor medida.
La iconografía es predominantemente simbólica o alegórica: las figuras son un símbolo de las ideas que quieren representar (el pecado, los vicios, las virtudes...).
Aspectos Formales y Estilísticos
La escultura románica se distingue por su marcado antinaturalismo; no pretende representar al ser humano tal como es, ya que lo que le interesa es el contenido del mensaje, incluso si esto implica deformar las figuras. La tosquedad es una característica notable, apreciable a través de los siguientes rasgos:
- Figuras Rígidas: Desproporcionadas, se mueven con dificultad y carecen de relación entre sí.
- Hieratismo: Ausencia de expresión de sentimientos y de comunicación entre las figuras.
- Modelado “Arcaico”: Mejillas sin blandura, labios solo delineados, lo que contribuye a una apariencia austera.
- Falta de Volumen: Las figuras son planas, sin creación de fondos, lo que acentúa su bidimensionalidad.
- Ausencia de Perspectiva: Incluso los elementos arquitectónicos se utilizan para compartimentar y separar la escena, no para crear profundidad.
- Subordinación a la Arquitectura: La forma y las proporciones de la escultura deben adaptarse a la arquitectura, siguiendo la célebre “Ley del Marco”.
- Escultura Vestida: A diferencia de la escultura grecorromana (especialmente la griega), las figuras románicas suelen representarse vestidas.
Pintura Románica: Orígenes, Temática y Estilo
La pintura románica posee una doble raíz que define su estilo y técnica:
- Del mosaico bizantino: Aporta el dibujo de la silueta, el hieratismo y gran parte de la iconografía.
- De las miniaturas de los códices árabes: Influye en la estilización, los pliegues paralelos y los rasgos desorbitados.
Predominará la pintura mural sobre ábsides, bóvedas y muros en el interior de las iglesias, empleando la técnica al fresco, a veces rematada con temple. El fin de la pintura románica es didáctico, por lo que predominará la temática religiosa y los gestos solemnes, con el objetivo de impresionar al espectador.
Iconografía y Ubicación en la Iglesia
La iconografía de la pintura románica presenta una clara coincidencia con la de la escultura. Para su representación, se eligen determinados lugares estratégicos de la iglesia:
- Pantocrátor rodeado por el Tetramorfos: Se sitúa generalmente en los ábsides, representando a Cristo en Majestad.
- Virgen con Niño: Sentada frontalmente y sirviendo como trono a Jesús niño, puede sustituir al Pantocrátor en el ábside o situarse debajo de este.
- Apóstoles y santos: Se representan en los muros, a menudo en forma de friso.
Características Formales
Las características formales de la pintura románica refuerzan su propósito simbólico y didáctico:
- Contorno Marcado: Las figuras se presentan envueltas por una gruesa línea negra, que las delimita claramente.
- Colores Puros: Se utiliza una gama poco extensa de colores, con tonos apagados que provocan efectos violentos, propios del simbolismo medieval.
- Ausencia de Luz, Volumen y Perspectiva: La consecuencia es una pintura plana, bidimensional y sin profundidad, que prioriza el mensaje sobre la representación realista.
- Fondos: Suelen ser monocromos o presentar franjas horizontales de diversos colores, contribuyendo a la bidimensionalidad.
- Figuras Estilizadas: Se representan de frente, hieráticas, con un canon alargado (muy estilizadas) y los ojos almendrados muy abiertos (desorbitados), lo que les confiere una expresión intensa y simbólica.
- Composición Simple: Se basa en la yuxtaposición de las figuras, sin relacionarse entre sí, con esquemas muy simples repetidos a lo largo del Románico.
La pintura románica está dominada por un marcado antinaturalismo: prefiere plasmar vivencias religiosas antes que reflejar formas reales. Destaca lo expresivo frente a la belleza de las formas. Cabe destacar su importante simbolismo, manifestado a través de los colores, las composiciones, los gestos, los temas, etc.