El Arte Románico en Europa: Arquitectura y Pintura Medieval
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Contexto Histórico y Cultural del Arte Románico
El Arte Románico, surgido en la Europa feudal entre los siglos XI y XIII, refleja una sociedad dominada por el Clero y la Nobleza, con una economía eminentemente rural y una ideología teocentrista. Aunque Europa estaba políticamente fragmentada, el Románico se unificó gracias a factores como el poder del Papado, el impulso de los monasterios de la Orden de Cluny, las Cruzadas, las peregrinaciones (como el Camino de Santiago) y una paulatina recuperación económica. Su principal manifestación fue la arquitectura religiosa, con iglesias y monasterios como epicentros culturales, mientras que las artes figurativas (escultura y pintura) se subordinaban a esta. A pesar de su unidad estilística fundamental, el Románico desarrolló variantes regionales significativas.
Arquitectura Románica
Rasgos Generales
La arquitectura Románica no supone una ruptura drástica con las tradiciones medievales anteriores, sino que parte de las experiencias del Prerrománico, a las que incorpora influencias Bizantinas y Orientales (particularmente de Armenia), recibidas a través de Italia, España y, más tardíamente, por el contacto directo de los cruzados con estas culturas. Los edificios importantes se construyen en piedra, y la cubierta de madera —vulnerable a los incendios y limitada por los recursos disponibles— es progresivamente sustituida por una bóveda de piedra, cuyo considerable peso determinará la estructura del edificio.
Materiales
Se utiliza principalmente la piedra, trabajada en muros de sillería (sillares bien labrados y dispuestos en hiladas regulares).
Elementos Sustentados
- El arco de medio punto es el elemento constructivo principal. Se utiliza en la estructura de la bóveda, en las arquerías que separan las naves, en las portadas y en los vanos (ventanas y puertas), y también como elemento decorativo (arquerías ciegas).
- La cubierta abovedada. Aunque los primeros edificios románicos conservaron cubiertas de madera (siguiendo modelos paleocristianos), la principal ambición del nuevo estilo fue el abovedamiento completo en piedra del edificio. La arquitectura Románica aportó diversas soluciones para cubrir grandes espacios con sólidas cubiertas pétreas, buscando dar solidez y resistencia al fuego. Se emplearon diferentes tipos de bóvedas:
Tipos de Bóvedas
- La bóveda de cañón es la más característica. Se genera por la prolongación de un arco de medio punto a lo largo de un eje longitudinal y descansa sobre toda la longitud del muro en que se apoya. Frecuentemente se refuerza con arcos fajones (arcos transversales que sobresalen en el interior de la bóveda). El arco fajón cumple una doble función: absorbe parte del peso de la bóveda, descargándolo sobre los soportes interiores, y articula el espacio interior, dividiendo la bóveda en tramos, lo que reduce el riesgo de deformación.
- La bóveda de arista se forma por el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón de igual altura. Se divide en cuatro paños o plementos, definidos por las aristas de la intersección. Su ventaja respecto a la de cañón es que concentra los empujes en cuatro puntos de apoyo (los ángulos), aunque sigue requiriendo muros sólidos. Se utiliza principalmente para cubrir las naves laterales, aunque existen ejemplos notables de su uso en la nave central (como en la Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay).
- La bóveda de horno o de cuarto de esfera, utilizada para cubrir los ábsides semicirculares.
- Las cúpulas, a menudo sobre un cimborrio o linterna, se usan generalmente para cubrir el crucero (la zona de intersección de la nave central y la nave transversal o transepto). Con ellas se busca resaltar e iluminar la zona del altar mayor y dotar de mayor esbeltez al edificio. El paso de la planta cuadrada del crucero a la base circular u octogonal de la cúpula se resuelve mediante trompas o pechinas.
- Trompa: Pequeña bovedilla semicónica dispuesta en los ángulos superiores de un espacio cuadrado, permitiendo la transición a una planta octogonal o circular sobre la que asentar una cúpula.
- Pechina: Cada uno de los cuatro triángulos esféricos que forman el anillo de la cúpula con los arcos torales sobre los que estriba. Permiten pasar de una planta cuadrada a una circular.
- Cimborrio o Linterna: Construcción elevada sobre el crucero de las iglesias, generalmente en forma de torre de planta cuadrada u octogonal, con vanos para iluminar el interior. Es característico del Románico y Gótico (ejemplo: Catedral de Zamora).
Elementos Sustentantes (Soportes)
- El muro es el principal elemento de sostén y cerramiento. Por ello, son gruesos, macizos, de altura moderada y con escasas aberturas (vanos) para poder resistir el gran peso y los empujes laterales de las pesadas bóvedas de piedra. Las ventanas suelen ser estrechas (tipo saetera) y abocinadas (el vano se ensancha progresivamente hacia el interior o exterior) debido al grosor del muro.
- En el exterior, el muro se refuerza con contrafuertes o estribos, machones adosados al muro a intervalos regulares, coincidiendo generalmente con los arcos fajones del interior, para contrarrestar los empujes de las bóvedas.
- Pilares y columnas: Para la separación de las naves se utilizan principalmente pilares compuestos, de diversas formas: cruciformes, con un núcleo central cuadrado o rectangular al que se adosan medias columnas, etc. Estos pilares a veces alternan con grandes columnas cilíndricas. El pilar compuesto evoluciona hacia una mayor complejidad a lo largo del periodo. La columna se utiliza también como soporte exento en ábsides, criptas, atrios, claustros, etc. Suele tener basa, fuste liso y un capitel muy desarrollado, de forma troncocónica o troncopiramidal invertida, con decoración vegetal, geométrica o historiada (con escenas narrativas).
Sistema de Equilibrio
La gestión de los empujes de las bóvedas es una aportación clave de la arquitectura románica:
- En iglesias de una sola nave, los empujes de la bóveda de cañón inciden directamente sobre los muros laterales, que se refuerzan con contrafuertes exteriores.
- En iglesias de varias naves, el peso de la bóveda de la nave central (más alta y ancha) se contrarresta parcialmente con las bóvedas de las naves laterales (generalmente de arista o de cuarto de cañón), que transmiten los empujes hacia los muros exteriores y sus contrafuertes. En este sistema, la nave central suele carecer de ventanas altas (claristorio), y la iluminación proviene de las naves laterales.
- Otra solución, frecuente en las iglesias de peregrinación, fue el uso de la tribuna, una galería sobre las naves laterales. Además de aumentar la capacidad del templo, la tribuna cumple una función estructural: su bóveda (generalmente de cuarto de cañón) actúa como un gran contrafuerte interior, absorbiendo parte del empuje de la bóveda central y transmitiéndolo a los muros exteriores.
Plantas
La planta más generalizada es la de cruz latina, con una o varias naves longitudinales (la central más ancha y alta) terminadas en su cabecera por uno o varios ábsides semicirculares (donde se sitúa el altar). Una nave transversal, llamada transepto o nave de crucero, corta perpendicularmente las naves longitudinales. La zona de intersección se denomina crucero. En templos importantes, especialmente los de peregrinación, las naves laterales pueden prolongarse rodeando el ábside principal, formando una girola o deambulatorio, a la que a menudo se abren capillas radiales.
Decoración
La decoración es variada, tanto en el interior como en el exterior:
- Escultórica: Puede ser figurativa (en capiteles, portadas, canecillos), con temas religiosos, morales o simbólicos; o bien decoración vegetal o geométrica (taqueado jaqués, ajedrezados, billetes), a menudo organizada en bandas horizontales (impostas, frisos).
- Elementos constructivos: Los propios elementos arquitectónicos como arcos fajones, contrafuertes, columnillas adosadas, arquivoltas, o arcos ciegos (arcos decorativos aplicados al muro) contribuyen con su relieve y ritmo a la ornamentación del edificio.
- Pintura mural: La técnica predominante es el fresco, cubriendo ábsides, muros y bóvedas interiores con extensos programas iconográficos.
Significado del Edificio
El templo románico expresa la mentalidad teocéntrica de la época. Su interior tiende a ser oscuro y recogido, tanto por las limitaciones del sistema constructivo (muros gruesos, vanos pequeños) como por una voluntad de crear una atmósfera de misterio y espiritualidad que aísle a los fieles del mundo exterior y favorezca la oración. La disposición longitudinal, marcada por la sucesión de arcos, dirige la vista hacia el altar. La decoración escultórica y pictórica refuerza este simbolismo, funcionando como una Biblia pauperum (Biblia de los pobres) para una población mayoritariamente analfabeta.
Principales Tipos de Edificios
- Iglesias: Siguen los modelos explicados. En el exterior suele destacar el campanario o torre, a veces exento (separado del cuerpo de la iglesia, como en Pisa o en algunas iglesias rurales de los Pirineos). En zonas como Segovia es típico el pórtico lateral adosado a una de las fachadas. En el Románico pleno (finales del siglo XI y siglo XII) destacan las grandes iglesias de peregrinación como San Sernín de Toulouse, Santa Magdalena de Vézelay, Santa Fe de Conques (Francia) y la Catedral de Santiago de Compostela (España), caracterizadas por su gran tamaño, planta con girola y tribuna para acoger a multitudes de peregrinos.
- Monasterios: Son complejos arquitectónicos que organizan diversas dependencias en torno a un claustro (patio central porticado). Además de la iglesia, incluyen la sala capitular (reuniones), el refectorio (comedor), la cocina, la biblioteca o scriptorium, la enfermería, las celdas de los monjes, etc. Se conciben como conjuntos funcionales y autosuficientes. Su construcción se impulsa a partir del siglo XI por la acción de las órdenes monásticas, destacando los benedictinos de la Orden de Cluny. El monasterio de Cluny (Borgoña, Francia), hoy desaparecido en gran parte, estableció un prototipo que influyó en toda Europa, caracterizado por su monumentalidad y riqueza (ej. cabecera con múltiples ábsides). A su imagen se fundaron numerosos monasterios como Santa María de Ripoll (Cataluña) o Santo Domingo de Silos (Burgos). Solían situarse en lugares apartados. La riqueza acumulada por Cluny provocó una reacción reformista: la Orden del Císter (fundada a finales del siglo XI), que propugnaba un retorno a la austeridad de la regla de San Benito. Los monasterios cistercienses (como Poblet y Santes Creus en Cataluña, o Las Huelgas en Burgos) se caracterizan por su sobriedad decorativa y por adelantar soluciones constructivas que preludian el Gótico (uso del arco apuntado, bóveda de crucería).
- Castillos: Aunque la arquitectura militar también se desarrolla en este periodo, el foco principal del arte Románico es religioso.
Pintura Románica
Características Generales
Las principales características de la pintura románica son:
- Temática predominantemente religiosa: La iconografía es similar a la de la escultura: Pantocrátor (Cristo en Majestad) en el ábside, Juicio Final en los muros occidentales, Virgen entronizada con el Niño (Theotokos), Tetramorfos (símbolos de los Evangelistas), escenas de la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento), vidas de santos, alegorías, ángeles, etc. También existen algunos temas profanos (calendarios agrícolas, cacerías, animales fantásticos), especialmente en la miniatura y la escultura de capiteles.
- Técnicas: La técnica principal es la pintura mural al fresco, que se adapta perfectamente a los grandes paramentos lisos de la arquitectura. Cubre ábsides, muros y bóvedas. También se conserva pintura sobre tabla (temple), especialmente en los frontales de altar. La miniatura (ilustración de manuscritos o códices) fue un campo muy importante de desarrollo pictórico. La escultura monumental también solía estar policromada.
- Antinaturalismo y simbolismo: No busca la representación realista del mundo. Carece de profundidad espacial (los fondos son lisos, a menudo divididos en bandas de colores planos, o inexistentes). No hay perspectiva ni volumen (es una pintura plana). Se recurre a convencionalismos como la perspectiva jerárquica (las figuras más importantes son más grandes).
- Importancia del dibujo: Las figuras y escenas se definen mediante líneas negras gruesas y firmes (linealismo). Los contornos son precisos.
- Colorido: Se usan colores puros, intensos y planos, sin gradaciones tonales ni preocupación por la luz y la sombra. Predominan ocres, rojos, blancos, azules. El color tiene a menudo un valor simbólico.
- Expresionismo y hieratismo: Las figuras suelen ser rígidas, frontales (ley de la frontalidad), alargadas y con gestos a veces exagerados para buscar la máxima expresividad espiritual, aunque resulten toscas o deformadas según los cánones clásicos.
- Adaptación al marco arquitectónico: Las composiciones se adaptan al espacio disponible (tímpanos, ábsides, capiteles).
Escuelas o Tendencias Pictóricas
Aunque comparten rasgos comunes, se pueden distinguir influencias y estilos:
- Estilo Franco-Románico (o Francés): Se localiza principalmente en el oeste de Francia y se extiende a Castilla y León (España). Muestra una mayor influencia carolingia y otoniana. Se caracteriza por un mayor dinamismo y expresividad en las figuras, gusto por el detalle narrativo y fondos a veces más claros o estructurados. Un ejemplo destacado son los frescos del Panteón de los Reyes de San Isidoro de León.
- Estilo Bizantino (o Italo-Bizantino): Con fuerte influencia del arte bizantino, se localiza en Italia y Cataluña. Presenta una mayor solemnidad, hieratismo y frontalidad. Las figuras son más alargadas y estilizadas, con composiciones simétricas y grandiosas. Hay una ausencia casi total de efectos espaciales y volumétricos. Ejemplos paradigmáticos son las pinturas murales de las iglesias del Valle de Bohí (Lérida), como las de San Clemente de Tahull y Santa María de Tahull (hoy mayormente conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, MNAC).