El Arte de la Oratoria en la Antigua Roma: Retórica y Figuras Clave

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Oratoria Romana

En Roma, la enseñanza superior se impartía en las escuelas de Retórica, donde se formaban futuros políticos y abogados en las reglas heredadas de la Retórica griega. La oratoria, el arte de hablar bien, enseñaba a encontrar (inventio) y organizar argumentos (dispositio), otorgando gran importancia al discurso (oratio).

Se distinguían tres tipos de discursos:

  • Judicial: para acusar o defender (justicia).
  • Demostrativo: para alabar o criticar (honestidad).
  • Deliberativo: para convencer o disuadir (utilidad).

Todo discurso se estructuraba en cinco partes: exordio, narratio, divisio, argumentatio y conclusión.

Desde el punto de vista literario, había tres tendencias:

  • Escuela aticista (Catón): expresión sobria y concisa.
  • Escuela asianista (Hortensio): estilo grandilocuente y elaborado.
  • Escuela rodia (Cicerón): equilibrio entre ambos estilos.

La Oratoria Anterior a Cicerón

En la Roma primitiva, la oratoria tenía gran importancia en tribunales y asambleas, favorecida por su sistema político y judicial, así como por la tradición de la laudatio funebris (elogio póstumo). Con el tiempo, la publicación de discursos convirtió la oratoria en un género literario. Para ello, era fundamental la formación en retórica y estilística. Entre sus principales representantes destacan Apio Claudio, Catón el Censor, los hermanos Graco, Licinio Craso y Q. Hortensio.

Cicerón

Marco Tulio Cicerón, de familia ecuestre, recibió una educación completa en Roma y Grecia. Siguió el cursus honorum, ocupando cargos como cuestor, edil, pretor, censor y cónsul en el 63 a.C., cuando sofocó la conspiración de Catilina. Posteriormente fue desterrado mientras se formaba el Primer Triunvirato. Tras la muerte de César, lideró el partido anticcesariano, pero con la creación del Segundo Triunvirato, Marco Antonio ordenó su ejecución en el 43 a.C.

Teoría Oratoria

Expuso sus ideas en tres obras en forma de diálogo:

  • De Oratore: diálogo entre Antonio y Craso, donde se establece que el orador debe tener cualidades naturales y conocimientos en filosofía, derecho e historia.
  • Brutus: diálogo con Bruto y Ático, refleja el apogeo de la elocuencia y la formación filosófica del orador.
  • Orator: última gran obra teórica, dedicada a Bruto, traza el ideal del orador perfecto.

Discursos

Se dividen en judiciales y políticos. Entre estos últimos destacan:

  • Catilinarias (63 a.C.): contra Catilina y su conspiración.
  • Filípicas (44-43 a.C.): contra Marco Antonio.

Entre los discursos judiciales de Cicerón destacan las Verrinas, contra Verres, que consolidaron su carrera política. Otros importantes son Pro Celio, Pro Milone, Pro Sexto Roscio Amerino y Pro Archia, entre muchos más.

Oratoria Posterior a Cicerón

La frase “Muerto Cicerón, el foro se silenció” refleja que Cicerón personificaba la oratoria romana. Tras su muerte, la política se volvió represiva y sin libertad de expresión, reduciendo la oratoria a un mero ejercicio retórico en las escuelas. La elocuencia pública quedó limitada a los panegíricos dedicados a los emperadores.

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