El Arte de Narrar Cuentos: Guía para Narradores
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El Oficio del Narrador
El oficio del narrador es alegrar el corazón de las personas. Narrar es un arte, y como tal, puede enseñarse.
Condiciones para Narrar
Cualquier persona puede llegar a ser un excelente narrador. El acto de narrar es un acto de servicio. Las condiciones necesarias son:
- Amor al prójimo
- Don de simpatía
- Un total olvido de sí mismo
Estas cualidades establecen una conexión afectiva con los oyentes y determinan la riqueza expresiva del relato, ya que el narrador se entrega a dar vida a sus personajes para que el público los disfrute. El narrador posee humildad interior.
La Clave de la Serenidad
Condiciones naturales:
- Sencillez en la vestimenta. Hemos visto narraciones muy bien preparadas que no lograron la total entrega de los espectadores, distraídos por adornos demasiado llamativos del narrador.
- Buena memoria. El narrador es un creador; le está permitido recrear el cuento, según lo vea y lo sienta, sin tergiversar su argumento.
- Una voz flexible, llena de matices. Modulación y dicción son aspectos que el narrador debe cuidar, ya que contribuyen a la claridad del relato. “Clave de la serenidad”: saber bien el cuento, no solo para narrar mejor, sino para sortear las distintas situaciones que pueden producirse en el transcurso de la narración.
Dificultades a la Hora de Narrar
- Exceso de timidez: se vence narrando.
- El temor al ridículo: subyace una inocente dosis de vanidad. Cuando somos capaces de prescindir de nosotros mismos y entregarnos a vivenciar el cuento, toda inhibición desaparece y se realiza el juego. Para que la narración sea gozada por los oyentes, primero tiene que ser gozada por el narrador.
Ejercicios para Narrar Mejor
Estos ejercicios ayudan a quitar la timidez, dar fluidez al lenguaje oral, afianzar la elaboración de imágenes y reforzar la memoria.
Primer Ejercicio (De la Palabra a la Imagen)
- Se invita a los alumnos a relajarse; que se acomoden, que se apoyen en el pupitre o en la silla; que se olviden de sus problemas; que cierren los ojos.
- Se oscurece el salón; se hace silencio.
- El profesor va diciendo lentamente y con breves intervalos, palabras sin ninguna relación entre sí, procurando que estén referidas a diferentes sensaciones.
- Terminado esto, se aclara el salón.
- Cada alumno contará la imagen que se le vino a la cabeza a medida que el profesor recitaba esas palabras.
Segundo Ejercicio (De la Frase al Relato)
- El profesor toma varios papeles y en cada uno escribe una frase diferente.
- Reparte esos papeles entre los alumnos. Cada uno debe leer el suyo en silencio.
- Exposición de un relato breve, intercalando la frase (inadvertida) dada en el mismo.
- Señalamiento, por los compañeros, de la frase dada.
Tercer Ejercicio (El Juego del “Oficio Mudo”)
Dejando que el alumno elija el oficio que quiera o indicándole el oficio y dándole tiempo para que lo prepare. Esto nos acerca a la dramatización.
Cuarto Ejercicio (Dramatización de una Escena)
Uno o varios alumnos. Primero sin palabras, luego utilizando palabras. Habrá capacidad de imaginar en esta situación. El narrador debe buscar una razón que justifique sus actos a fin de que no resulten mecánicos. Para imaginar esa circunstancia que posibilita la actividad interior requerida, resulta muy útil valerse del "sí condicional".
Condiciones del Cuento a Narrarse
Sujetas a las características de los oyentes, determinadas por su edad:
- Cuentos para niños de Jardín de Infantes, que suelen ser disfrutados por niños de 4 a 7 años.
- Cuentos para niños de 8 años en adelante.
- Cuentos para adolescentes.
Primer Grupo: Desde Cuatro Años
El cuento para Jardín de Infantes debe ser “de aire”, en el sentido refrescante de transparencia y levedad. Ello implica, asimismo, brevedad, sencillez, ternura, gracia y belleza.
Segundo Grupo: Desde Ocho Años
Atraídos por la ternura maternal y la sutil referencia al amor. Exigen un mayor despliegue argumental en el que se dé una ruptura de la realidad con fuerte intervención del elemento mágico, o la mezcla de realidad y fantasía. El niño sabe distinguir entre el bien y el mal; entre lo justo y lo injusto. En su adecuada extensión, se dan perfectamente las condiciones para que el niño no se aburra y sea entretenido y atrapante para él. Festejan el juego humorístico de determinados caracteres o situaciones.
Tercer Grupo: Para Adolescentes
Aspectos para justificar la narración en los adolescentes: uno, referido al acto mismo de la narración; y otro, relacionado con el material que se utilice. Espontaneidad de entrega:
- Si el adolescente escuchó narrar cuentos desde pequeño, no habrá dificultades.
- Características del adolescente: temor de parecer menor; sentido del ridículo; pudor de expresar emoción o simplemente interés por lo que escucha. Perdura en estos la necesidad de ternura. El interés por el sexo opuesto, ligado a las peripecias argumentales, se concreta ahora de manera personal. Hay una dualidad de sentimientos: por un lado, la infancia que no se ha ido del todo, y por el otro, la juventud que comienza a instalarse. Estas son las matices que conviene tratar a la hora de elegir cuentos para los adolescentes.