El Arte del Manuscrito Gótico: Ilustración, Escritura y Producción
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El Mundo del Libro en la Época Gótica
Características del libro gótico
Al avanzar la Edad Media, junto a los libros que se valoran por su contenido, surgen otros que se aprecian por su ilustración y su forma. Son concebidos como pequeñas obras de arte, convirtiéndose en el orgullo de quienes los poseen. Estos libros van a ser de proporciones más pequeñas y manejables para poder ser transportados, y sus ilustraciones reflejarán la vida cotidiana de la época.
Este tipo de libro artístico nace en Francia y su ilustración toma como modelo la arquitectura, la escultura y la pintura gótica. Los motivos decorativos se acercan mucho al texto, llegando incluso a rodearlo. A veces, aparecen representaciones de edificios góticos o escenas de la vida del momento.
La escritura gótica
En estos libros aparece la escritura gótica, que será la más utilizada en Europa durante este periodo. Su uso perdurará hasta que sea sustituida por la escritura humanística con la llegada del Renacimiento. La escritura gótica es una evolución de la escritura carolina.
Para realizar este tipo de letra, se tuvo que hacer un corte oblicuo a la pluma. Las letras góticas son más apretadas y presentan una especie de finos remates o "patitas" para evitar que se fundan unas con otras.
Tipos de letra gótica
- Caligráfica: Era la utilizada para los libros caros. Es una escritura dura, angulosa y de peor legibilidad que la carolina.
- Cursiva: Diseñada para escribir más rápido. También se usó para libros, pero sobre todo para documentos como cartas, registros, etc.
Producción de libros en la Baja Edad Media
En la Baja Edad Media, la producción de libros ya no se concentra exclusivamente en los monasterios, sino que se traslada principalmente a talleres laicos y a las recién creadas Universidades. En las universidades se vendían libros asequibles destinados a la adquisición de conocimientos, mientras que en otros talleres se producían lujosos libros por encargo para nobles o príncipes.
Fue en las universidades de la Baja Edad Media donde se tuvo que reinventar el comercio del libro.
La llegada del papel
El papel ya había empezado a usarse en la España musulmana, pero tardó en extenderse a la cristiana y al resto de Europa. Esto se debió a que el pergamino era abundante y también porque se pensaba que el papel no era una materia noble. El reconocimiento del papel como material apto para la escritura se da en el siglo XIII, en Las Partidas, el gran libro de leyes de Alfonso X, el Sabio.
A lo largo del siglo XIV se generaliza el uso del papel y ya en el siglo XV es muy común. No era totalmente blanco, sino de un tono marfil. Su superficie era áspera, pero de gran calidad.
La ilustración de los manuscritos
La ilustración se orienta cada vez más hacia el libro de uso personal. A veces, lleva el retrato o el escudo de quien lo ha encargado, e incluso se conoce al manuscrito por el nombre de su propietario. Se pueden distinguir dos grandes épocas en la ilustración gótica: una fase temprana y una fase tardía.
Primera fase: El gótico francés
La primera fase corresponde al esplendor del gótico francés. Este estilo influye en toda Europa y las características de su miniatura son parecidas a las de la escultura de la época, con rostros dulces y amables. La naturaleza se representa de forma realista; tanto las plantas y los animales como las ropas de los personajes son reconocibles. Las letras iniciales se decoran profusamente.
Segunda fase: El Estilo Internacional
La segunda etapa se conoce como Estilo Internacional, denominado así debido a los matrimonios reales que contribuyeron a unificar el estilo en toda Europa. En esta fase aparecen las primeras perspectivas; los fondos ya no son planos, se utiliza la perspectiva caballera. Los personajes son más volumétricos y se cuidan mucho los detalles, mostrando un cierto barroquismo. Aparecen escenas de la vida corriente y, muchas veces, en lugar de ilustraciones a página entera, se encuentran pequeñas ilustraciones que bordean el texto.
Las bibliotecas medievales
Las bibliotecas se encontraban fundamentalmente en las universidades. En ellas, había libros que no podían prestarse y solo podían consultarse en la sala. Esta sección era la Libraria Magna. Por otro lado, los libros que sí se podían llevar en préstamo formaban la Libraria Parva.