Arte Gótico: Características, Evolución y Obras Representativas

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El Arte Gótico: Un Nuevo Amanecer en la Edad Media

El arte gótico se desarrolló entre los siglos XIII y XV-XVI, en un área geográfica similar a la del Románico. De hecho, este nuevo estilo no es más que una evolución del Románico, llevado a su máximo apogeo. El período gótico puede considerarse como una aurora del Renacimiento. A diferencia de la concepción religiosa y espiritual del mundo predominante en el Románico, en el gótico se comienza a vislumbrar la naturaleza y se inicia la valoración del hombre como un ser llamado a conseguir la felicidad en esta vida terrenal, aunque la concepción de la iglesia se mantiene como morada de Dios. Esta concepción humana produce una serie de transformaciones sociales, todas ellas tendentes a una mayor liberación del individuo de las clases inferiores, que bajo el régimen feudal había estado sujeto a su señor. Se trata de una época de desarrollo en todos los campos. El gótico representa la aparición de un mundo nuevo, una concepción de la vida que alcanzará plenamente su madurez en el Renacimiento. Entre los fenómenos más significativos de la época podemos destacar las cruzadas, la formación de gremios artesanales, la pérdida del poder del señor feudal y el hecho de que el catolicismo siga siendo el eje en torno al cual gira toda la vida.

El arte gótico tuvo sus orígenes en Francia (la Isla de Francia y Lombardía se disputan su origen) y después se extendió a toda Europa. Deja de ser un arte monacal, como lo era el Románico, para pasar a ser una expresión del espíritu religioso de la ciudad, cuando ésta inicia su resurgimiento. Ejemplos notables son la Catedral de Colonia y la Santa Capilla de París.

Evolución del Arte Gótico

Teniendo como génesis la Isla de Francia (París y sus alrededores), el arte gótico se extendió por la Europa occidental, tanto continental como insular, siendo asimilado y adaptado en grados variables por cada país.

Aunque en líneas generales el arte gótico queda fijado entre mediados del siglo XII y las primeras décadas del siglo XVI, es preciso señalar que en Italia, a principios del siglo XV, el gótico fue sustituido por el Renacimiento, mientras que en Inglaterra, España y Portugal la tradición gótica continuó a lo largo del siglo XV y durante los primeros años del siglo XVI. Generalmente, los historiadores dividen la evolución cronológica de la arquitectura gótica en tres grandes ciclos:

  • Periodo inicial o primitivo (segunda mitad del siglo XII - siglo XIII): partiendo de modelos románicos, se registran los avances hacia una configuración de las nuevas formas góticas. Características: macicez, aperturas de dimensiones reducidas, nervios de los pilares redondeados y robustos, torres cuadradas y sin ángulos. Ejemplo: Notre Dame de París.
  • Periodo clásico o de plenitud (siglos XIII y XIV): considerado la etapa clásica y de expansión de dichas formas. Características: período de apogeo del gótico, torres más esbeltas con aguja y ornamentación calada, tracería geométrica y pilares con baquetones. Ejemplo: Catedral de Reims, Francia.
  • Periodo final o flamígero (siglo XV e inicios del XVI): se pierde la armonía formal de la etapa anterior, sustituyéndola por una exuberancia ornamental. Característica principal: profusión de motivos ornamentales en forma de llama.

La Arquitectura Gótica: Luz y Verticalidad

La arquitectura gótica se presenta como un desarrollo perfeccionado de la arquitectura románica. El problema dominante, la cubierta, se resuelve por medio de la bóveda de crucería (cuyo origen se sitúa en la Isla de Francia o Lombardía), utilizando arcos apuntados que descansan sobre pilares, a su vez apoyados en contrafuertes exteriores con vuelos llamados arbotantes. Esto permite aligerar los muros y abrir ventanas mayores, que iluminan y dan un ambiente místico al interior de las iglesias. Lo más característico de la arquitectura gótica es esta bóveda de crucería, que afecta a la estructura y concentra los esfuerzos en puntos determinados, centralizando los empujes de los muros del Románico, que son sustituidos por grandes ventanales con vidrieras. Los empujes son trasladados por medio de arbotantes a los contrafuertes exteriores, que suelen estar rematados con pináculos. La bóveda descansa en altísimos pilares con columnas o baquetones adosados, tantos como nervios de la bóveda, siendo la transición un capitel decorado con temas vegetales que irán desapareciendo hasta quedarse en una faja decorativa. La bóveda de crucería está realizada a partir de un arco apuntado que afecta a las formas exteriores. Es utilizado tanto en puertas como en ventanas, éstas, al igual que los rosetones, con motivos geométricos.

Elementos Arquitectónicos del Gótico

La planta de las catedrales góticas retoma, con algunas variantes, la planta basilical romana, con la nave central más alta y más ancha. Aunque en otras ocasiones podemos ver las plantas en cruz latina, estando también dividido el transepto en diferentes naves. Estas naves están divididas, al igual que en el Románico, por arcos y pilastras en compartimentos o tramos, pero en el gótico suelen ser de forma rectangular en lugar de cuadrada. Se da una extraordinaria importancia al ábside, que en la mayoría de los casos se construye de forma poligonal en vez de circular, rodeándola de capillas o un amplio deambulatorio.

Las bóvedas se dividen en espacios cuadrados o rectangulares y se unen unas a otras por arcos fajones y formeros, y diagonalmente por cuatro arcos apuntados. Más adelante, al aumentar la anchura de la nave central, se incluirá otro arco que la refuerce y creará la bóveda sexpartita. Las bóvedas irán aumentando en complejidad.

Los contrafuertes góticos se levantan en la parte exterior de las naves laterales y, una vez sobrepasadas éstas, reciben los refuerzos de las bóvedas interiores, generalmente de la nave central a través del arbotante.

Las ventanas aumentan de tamaño, abriéndose espléndidamente en el muro con un arco apuntado que divide la luz por medio de sus columnillas, formando geométricas tracerías caladas.

Las iglesias, en alzado, podrán presentar un cuerpo de arquerías, un triforio y un cuerpo alto de ventanas.

Las torres del gótico alcanzan una espléndida altura no conseguida antes. Tienen base cuadrada y están divididas en distintos cuerpos por galerías o impostas, terminando en un cuerpo octogonal sobre el que se asienta una flecha, punta aguda y esbelta que culmina en el florón con forma de cruz (en ocasiones está en el cimborrio).

El Gótico en Europa: Variaciones Regionales

Francia

Francia es la cuna del gótico. Sus características principales son: lógica constructiva, equilibrio con organismos llenos de coherencia y vitalidad. Presenta catedrales de poca longitud (pero naves elevadas), las torres no tienen flecha, el interior tiene gran altura de las naves, escasa decoración, escasez de claustros, fachada con abundante decoración y gusto por las galerías, que dividen los muros horizontalmente. Ejemplos: Notre Dame de París (1165-1235), Chartres (1194-1260), Reims.

Alemania

Alemania fue el primer país sobre el que Francia proyectó su nuevo estilo. Se caracteriza por una iglesia fuerte y sólida. Presentan una elaboración de formas de diversos elementos que ascienden con una torre central, naves altísimas y predominio en la ornamentación del calado en piedra. Ejemplos: Catedral de Colonia, Lincoln.

Inglaterra

Inglaterra recibió una importante influencia francesa en un principio. Sus características más destacadas son: plantas alargadas, uso de bóvedas reticuladas y estrelladas, ornamentación muy exuberante que recuerda a las bóvedas árabes con estalactitas (denominadas mocárabes), presenta arco Tudor en la última época (es el más espectacular de todos por sus bóvedas). Ejemplo: Catedral de Westminster.

España

En 1188 se fecha el protogótico en España, con el Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela. El gótico fue introducido en España por los franceses y la zona de más arraigo fue la castellano-leonesa.

El gótico español se manifiesta, como en todos los países, en tres épocas: gótico primitivo, gótico central o de apogeo, gótico decadente, florido o flamígero. Aquí, debemos distinguir el gótico en diferentes regiones:

  • Región castellano-leonesa: en el siglo XIII se caracteriza por su robustez y escasa ornamentación. Las iglesias o catedrales suelen tener tres naves con amplio deambulatorio y capillas en él. La Catedral de Toledo tiene cinco naves y doble girola. Toledo es el punto más álgido del gótico en Europa. Los monumentos más importantes de esta época son la Catedral de León, la de Burgos y la de Toledo. Más tarde, en los siglos XIV-XV, el estilo vuelve a ser más pobre y desornamentado (Plasencia o Santander). Pero en la segunda mitad del siglo XV, con los Reyes Católicos, el gótico vuelve a adquirir una riqueza importante, consiguiendo formas exuberantes de gran valor (Santo Tomás de Ávila, San Juan de los Reyes en Toledo y, la más importante, la capilla del Condestable en la Catedral de Burgos).
  • Región andaluza: mezclado con elementos mudéjares, siendo ésta una arquitectura popular, muy abundante (la Catedral de Sevilla).
  • Región catalana: arraiga un gótico que recuerda al románico, siendo más sencilla la ornamentación que en la castellano-leonesa. Las construcciones son menos esbeltas que lo habitual y, como consecuencia, menos tendentes a la verticalidad (Catedral de Gerona, Catedral de Barcelona, Catedral de Palma de Mallorca y Catedral de Santa María del Mar).
  • Región aragonesa: tiene dos claras influencias: francesa y catalana, aunque también el estilo mudéjar muestra su influencia. Alcanzan su apogeo en el siglo XVI, en plena decadencia en todos los países. Sobrio y sencillo en la ornamentación (Catedral de Huesca, “Seo de Zaragoza”).

La Arquitectura Civil Gótica

El desarrollo de las ciudades hace necesario crear edificios para albergar una cantidad de personas con la finalidad de realizar reuniones. Pierde importancia el castillo feudal, que ensancha las ventanas, hace menos muros y, ahora, junto a la torre de defensa se construyen palacios. Las casas gremiales cumplirán la función de mercado y lugar de reunión y fiestas. También se realizarán ayuntamientos o casas para nobles.

En España, a finales del gótico, surge un estilo propio que se desarrolla a partir de la ornamentación, denominado plateresco. Muestra gran decoración en la arquitectura, sobre todo en las fachadas (fachada de la Universidad de Salamanca y la Casa de las Conchas).

La Escultura Gótica: Naturalismo y Expresividad

En sus comienzos, la escultura gótica no es otra que una evolución de la románica, pero pronto alcanzará unas características propias y determinadas. La escultura será fiel a la expresión apasionada de la época en que se presenta; es época de búsqueda de expresiones nuevas, en la que se combinan las perspectivas de la vida.

La escultura gótica se inicia a mediados del siglo XII, en la Isla de Francia, alcanzando su apogeo en el siglo XIII y llegando a sus primeras manifestaciones a principios del XIV. Como características esenciales, podemos apreciar el naturalismo, la humanización de la divinidad y la exposición clara y ordenada de las figuras. La evolución de la escultura gótica pasa del carácter rudo y convencional que viene del románico de la segunda mitad del siglo XII, a definirse en el siglo XIII con características como la belleza serena y majestuosidad, con un toque clásico, con pliegues en los vestidos que caen con simplicidad (bastante planos).

A finales del siglo XIII se buscan elementos pintorescos, la escultura se hace creadora y narrativa. En el siglo XIV vemos una corriente más realista (aparece en el retrato que se opone al siglo XIII en cuanto a ideal de belleza). Los pliegues se multiplican y las figuras se encorvan. A finales del siglo XIV, se perfecciona el arte del retrato, los pliegues de los vestidos se vuelven angulosos y quebrados, se copian escenas de la vida real y las representaciones muestran el patetismo en martirios y piedades.

Características y Elementos de la Escultura Gótica

La escultura se talla subordinada a la arquitectura, donde desaparecen las representaciones iconográficas de los capiteles, que pueden cambiar a motivos vegetales cuando los hay. Los conjuntos escultóricos más representativos del gótico se sitúan en las portadas. La escultura de bulto redondo situada en la portada se adosa a las jambas y al parteluz o mainel. El tímpano está dividido en fajas que se decoran con escenas del Juicio Final, de la Virgen, de Jesús o de los Santos. En las arquivoltas se representan ángeles (en ocasiones bajo doseletes), ancianos del Apocalipsis u otras figuras siguiendo la dirección de la curva del arco. La decoración escultórica de las iglesias se completa con otras esculturas repartidas en torres y ángulos. Después de la portada, adquieren importancia los relieves del trascoro y las estatuas de amplias capillas funerarias.

El retablo (decoración con imágenes del altar) aparece en el gótico. Se divide en calles; la central, más ancha, se llama espiga. Horizontalmente se divide en pisos y el inferior se llama predela. El retablo está protegido por una moldura llamada guardapolvo y, a veces, combina esculturas con pinturas.

La escultura funeraria adquiere un gran desarrollo como signo de prestigio. La tipología de los sepulcros es muy variada; adosados a la pared o exentos, generalmente se representa al difunto muerto o vivo, yaciente, orando o leyendo.

Escultura Exenta

En la escultura exenta, tenemos dos temas precedentes: el Cristo crucificado, de tres clavos, dando muestras de sufrimiento representado como Dios-hombre; y la Virgen con el Niño, como una joven bella, dulce y sonriente, que sostiene amorosamente al niño en brazos. Es la Virgen-madre (no Virgen-trono, como en el Románico). El niño le ofrece, a veces, una flor o una fruta, ella le acaricia tiernamente y dialogan entre ellos. Ejemplo: Portada de la Catedral de Amiens.

Principales Escuelas Escultóricas

Francia

Francia, cuna del gótico, irradia su influencia a otras culturas. La primera manifestación es el pórtico real de Chartres, de 1150, con alargadas y esbeltas figuras en las jambas. La portada occidental de Notre Dame de París, dedicada a Santa Ana, funde en el tímpano escenas narrativas de la vida de la Virgen. En el siglo XIII, son importantes los talleres de Chartres, Reims y Amiens. Las portadas de la Catedral de Chartres sirven de modelo a las catedrales europeas. En la del transepto norte se representa la coronación, muerte y asunción de la Virgen; en el transepto sur, aparece el Juicio Final. Estas catedrales muestran esculturas de bulto redondo ya independientes del marco arquitectónico.

En el siglo XIV proliferan las imágenes exentas de “Vírgenes bellas”, todas en marfil o piedra policromada. El centro escultórico más importante es Borgoña, donde trabaja el escultor Claus Sluter para la cartuja de Champmol en Dijon. Realiza el famoso Pozo de Moisés con monumentales profetas de acusado realismo en rostros y paños angulosos para conseguir volumen. Su mejor obra es la del sepulcro de Felipe “el Atrevido”, con monjes dolientes encapuchados.

Alemania

Alemania muestra influencia francesa, pero evoluciona a un estilo original y de gran expresividad (retrato del Conde Ékklard). La mejor escultura gótica alemana es el caballero de la Catedral de Bamberg, sereno y digno del siglo XIII. Se tallan muchas vírgenes con el Niño, así como en el siglo XV se esculpen dramáticas piedades.

Italia

Italia muestra la pervivencia de la escultura clásica. En Pisa trabaja la familia de los Pisano. Nicola Pisano talla el púlpito del baptisterio de la catedral de Pisa (hexagonal, con columnas adosadas a los pilares y relieves de la vida de Cristo, de gran clasicismo); es precursor del Renacimiento. Andrea Pisano (siglo XIV) ejecuta en bronce la puerta sur del baptisterio de la Catedral de Florencia.

España

En el siglo XIII se mezcla la tradición románica del maestro Mateo con influencia naturalista francesa. Los primeros focos de la escultura están en Castilla, donde artistas franceses llegan para trabajar en las Catedrales de Burgos, León o Toledo.

En la Catedral de Burgos se hace la portada del Sarmental, por un maestro francés que esculpe un pantocrátor con el tetramorfos, de estilo severo y majestuoso.

La escultura funeraria adquiere gran desarrollo con los sepulcros de Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra, en el Monasterio de las Huelgas, Burgos. En el siglo XIV el foco castellano decae por la peste negra y destaca la escultura exenta, como la Virgen Blanca de la Catedral de Toledo. A finales de siglo, Johan de Lome esculpe el sepulcro de Carlos “el Noble” y su esposa en Pamplona, con la influencia de Sluter.

Durante el siglo XV, la escultura alcanza su mayor esplendor, encontrando los principales focos en Cataluña y Castilla. En esta última, se unen la tradición española y la influencia de Flandes, Alemania e Italia. Juan Guas muestra gran perfección técnica. Gil de Siloé realiza el retablo de la Cartuja de Miraflores, con madera policromada, exuberancia ornamental y original traza. En la misma cartuja, esculpe los sepulcros de Juan II e Isabel de Portugal, de forma estrellada y de gran virtuosismo.

La Pintura Gótica: Del Simbolismo a la Narrativa

Introducción

La estructura del templo gótico, con grandes vanos, presenta escasos espacios aptos para ser decorados con pinturas murales, por lo que no existirá, excepto en Italia, un gran desarrollo de la pintura monumental. Será en las vidrieras y en los códices miniados donde se desarrolle la pintura gótica de la primera época; pero pronto, con la pintura sobre tabla, serán los retablos donde se manifestarán las principales muestras de la pintura gótica.

Fases de la Pintura Gótica

En su evolución se presentan varias fases: Hacia 1250, la pintura gótica en Francia se halla plenamente formada, extendiéndose su influencia hasta mediados del siglo XIV. El momento culminante del estilo franco-gótico o lineal (finales del siglo XII - siglo XIII), nacido en las cortes francesas de París y Borgoña, muestra una clara influencia en el arte de las vidrieras y de la miniatura, caracterizándose por el predominio de la línea sobre el color. Las figuras presentan un menor hieratismo que en el románico, aunque siguen siendo sin volumen. Este estilo coexiste después con el estilo sienés o italogótico (1250 - 1400). Sigue el estilo de las vidrieras y esculturas, con un brillante colorido, sin la estilización románica, apareciendo con frecuencia paisajes o construcciones de fondo con cierto estudio de la perspectiva lineal. Presenta una tendencia hacia lo naturalista y anecdótico, pero, al igual que en la escultura, existen ciertos convencionalismos, como el tipo oval de cabeza con trazos finos y boca pequeña y, a finales del XIII, la incurvación de las figuras y el tratamiento de los paños.

A mediados del XIV y durante la segunda mitad del siglo, la influencia italiana, en especial de Siena, se difunde por toda Europa, aportando un mayor desarrollo y perfeccionamiento de las formas y un rico y luminoso colorido. Hacia finales del XIV el estilo sienés, por influencia de lo flamenco y lo francés, se transforma en el llamado estilo internacional o cortesano, que prevalecerá en Europa hasta ser sustituido por la influencia flamenca en la segunda mitad del siglo XV. El estilo internacional o cortesano se caracteriza por las figuras alargadas y líneas caligráficas, los espléndidos ropajes y el rico colorido, por influencia sienesa, y, por las influencias flamencas y francesas, el naturalismo, la introducción de temas secundarios y anecdóticos, la tendencia a la caricatura y los cuidados retratos.

El último período lo representa, en la segunda mitad del siglo XV y el primer decenio del XVI, la difusión de la escuela flamenca, que propaga la técnica al óleo, las composiciones patéticas, el brillante colorido y una técnica minuciosa y detallista, formando la base de la pintura de la Edad Moderna.

La Pintura Italiana

En el"Ducento" (siglo XIII) se difunde en Italia la técnica de pintura al fresco y sobre tabla, aunque aún se sigue utilizando la técnica del mosaico, principalmente por la escuela romana, donde destaca Pietro Cavallini, que realiza en mosaico el ábside de Santa María in Trastevere y con técnica al fresco la decoración de Santa Cecilia in Trastevere.

En la escuela sienesa del Ducento destaca la figura de Duccio di Boninsegna y su obra maestra, La Maestá (Virgen con el Niño), de la catedral de Siena, donde se aprecia su influencia bizantina, la estilización de las formas (idealización) y el cuidado del tratamiento de los pliegues que realza con líneas de oro.

Durante el Trecento, la escuela sienesa tiene como continuador a Simone Martini, cuyas obras principales son la Virgen del Palacio Comunal de Siena (sutileza ornamental, rico vestido, rostro ovalado con ojos rasgados) y la Anunciación (Uffizi), donde se mezclan las tradiciones bizantina y gótica.

En la escuela florentina el máximo representante es Giotto di Bondone, habiéndole de considerar, además, como precursor de la pintura renacentista. Sus obras, realizadas al fresco, se encuentran en Asís, Padua y Florencia. Destacan entre aquéllas las decoraciones de la capilla de la Arena de Padua -el Prendimiento-, las capillas Bardi y Peruzzi de Santa Croce de Florencia y la capilla del palacio del Podestá de Florencia, donde se conserva el retrato de Dante, y, en los Uffizi, la Virgen Entronizada. En la Basílica de San Francisco de Asís destaca la Expulsión de los diablos de Arezzo.

La Pintura Flamenca

Es en los retablos donde más espléndidamente se manifiesta la pintura de los primitivos flamencos. Los retablos son de pequeñas proporciones, lo que provoca el uso de una técnica detallista, como en las miniaturas; cuando se quieren grandes retablos se superponen las tablas. El tipo más corriente es el tríptico. Otra de las características principales de la pintura flamenca, junto con el detallismo, es la lujosa riqueza del colorido, que se ve favorecida por la introducción de la pintura al óleo, atribuida a los hermanos Van Eyck.

El detallismo no se limita sólo a los personajes, rostros, etc., sino que se detiene, también, en los objetos que los rodean, en los ambientes interiores. Copian la naturaleza sin idealizarla. Dado que la pintura flamenca es fundamentalmente religiosa, se crean y difunden gran número de temas iconográficos, que se utilizarán en toda la pintura europea durante el siglo XV, tales como la Virgen en la Iglesia, la Virgen de la Leche, la Piedad, la Dolorosa, etc.

Etapas de la Escuela de los Primitivos Flamencos

La escuela de los primitivos flamencos se extiende aproximadamente entre 1415 y los primeros años del siglo XVI, pero pueden distinguirse dos grandes períodos:

Primera Mitad del Siglo XV

Corresponde a los hermanos Van Eyck, el puesto de introductores. Hubert y Jan Van Eyck trabajan en colaboración, existiendo controversias en la discriminación y labor de cada uno de ellos, debido, principalmente, a la escasez de datos del primero.

Hubert van Eyck trabajó en el Políptico de San Bavón de Gante, y se le atribuyen las Tres Marías en el Sepulcro (Col. Cook, Richmond) y el Calvario (Museo de Berlín).

Jan Van Eyck trabaja en La Haya hasta 1424 y a partir de 1425 fue pintor oficial de Felipe el Bueno. Es uno de los pintores más destacados de este período y de la pintura flamenca. Realiza la mayor parte del Políptico de San Bavón de Gante, su principal obra, destacando también la Virgen del canónigo Van der Paele (Brujas), la Virgen del canciller Rolín (Louvre) y el retrato de Giovanni Arnolfini y su mujer (National Gallery).

Otra de las grandes figuras de la primera mitad del siglo XV es Roger van der Weyden, instalado en Bruselas, ciudad de la cual es pintor oficial. Aporta un gran patetismo a las escenas y concentra su interés en las figuras, haciendo desaparecer frecuentemente el paisaje y sustituyéndolo por fondos de oro liso. Su obra maestra es el Descendimiento (Museo del Prado), y otras importantes son la Anunciación (Louvre), la Adoración de los Magos (Berlín) y los retratos del Hombre con la flecha (Bruselas) y de Una muchacha (Col. Mellon, New York).

Otros autores importantes son: el Maestro de Flémalle, destacando obras como los Desposorios de la Virgen (Museo del Prado), Santa Bárbara y la Anunciación. Petrus Christus, que funde las influencias de Jan van Eyck y de Van der Weyden. Destacan el díptico de Berlín -con la Anunciación, el Nacimiento y el Juicio Final-, San Eloy pesando unos anillos y Lamentación sobre el cuerpo de Cristo muerto. Como enlace entre ambas mitades del siglo se sitúa Thierry Bouts, que unifica las tradiciones de las escuelas de Harlem (Holanda) y de Bruselas, obteniendo una pintura con composiciones de Van der Weyden y con un gusto por el paisaje, reflejando el realismo de los primitivos flamencos. Su obra más destacada, el políptico de Lovaina.

Segunda Mitad del Siglo XV

Durante la segunda mitad del siglo XV los artistas se mantienen bajo la influencia de la pintura de R. van der Weyden, aunque se manifiesta un nuevo deseo de originalidad y una leve influencia italiana renacentista.

Hans Memling adapta las composiciones de la primera mitad del siglo a los nuevos gustos, aportando una delicadeza con cierto feminismo manierista (Vírgenes con el Niño) y desarrollando el retrato (Guillermo Moreel y su mujer, Bruselas; Martín van Nieuwenhove, Brujas).

Un autor totalmente diferente es Hugo van der Goes, de la escuela de Gante, innovador en las actitudes y composiciones, rompe el estatismo sustituyéndolo por un dinamismo tumultuoso. Sus obras principales son: Tríptico Portinari (Uffizi), que influirá en los artistas florentinos; la Muerte de la Virgen (Bruselas) y la Adoración de los Magos (Museo del Prado).

Hacia 1484 aparece en Brujas el último gran pintor de la escuela flamenca del siglo XV, Gerard David. Sus personajes y escenas adquieren tanta importancia como el paisaje mismo, como en el Bautismo de Cristo (Bruselas) y en el Descanso en la huida a Egipto (Lisboa, Madrid). En sus Vírgenes, es característico su sentido de la verticalidad; y en toda su obra es patente su gran realismo, como en el Juicio de Cambises (Brujas).

Debe recordarse, también, a Jerónimo van Aeken Bosch, El Bosco, que crea composiciones originales, extrañas y fantásticas, con intención moralizante. Obras importantes son: las Tentaciones de San Antonio Abad, El Carro de Heno y el Jardín de las Delicias, todas en el Museo del Prado de Madrid.

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