El Arte del Cinquecento: Escultura Renacentista y la Revolución del Color en Venecia

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Escultura del Cinquecento

Puede decirse que toda la escultura del siglo XVI, y muy especialmente la de su primera mitad, está dominada por la vasta obra de Miguel Ángel. En el impulso de la obra escultórica, no solo de Miguel Ángel sino de otros escultores contemporáneos y posteriores, también tuvieron destacada importancia algunos factores externos. En primer lugar, la colección de esculturas antiguas, la mayoría clásicas, atesoradas por Lorenzo el Magnífico, que influyeron sin duda en el propio Miguel Ángel. Resultó también muy relevante la colección papal, incrementada por Julio II, y los descubrimientos arqueológicos del Laocoonte y sus hijos en 1506, el Apolo de Belvedere, el Torso de Belvedere o la Venus Calipigia.

La Pintura Veneciana del Siglo XVI

Mientras Miguel Ángel y Rafael desarrollaban su labor en Roma, surgió en Venecia otro importante foco renacentista que renovó totalmente la pintura de este siglo. Primero Giovanni Bellini y después Giorgione y Tiziano iniciaron la hegemonía pictórica de Venecia en el siglo XVI.

En primer lugar, se perfeccionó la técnica al óleo; se sustituyó paulatinamente la tabla como soporte por el lienzo de tela, mucho más dúctil y manejable; se profundizó en la perspectiva aérea, pero sobre todo se revolucionó la utilización del color.

A partir de este momento, la utilización de colores luminosos, de pasta densa que parecen irradiar luz propia, se convirtió en un rasgo distintivo de la pintura veneciana. La luz adquirió una apariencia casi espiritual y el color, un protagonismo plástico. La atmósfera característica que envuelve las imágenes de la pintura veneciana fue desde entonces etérea y rutilante, influyendo decisivamente en toda la pintura barroca posterior y muy especialmente en el Siglo de Oro de la pintura española.

Giorgione

Podemos seguir hablando de lenguaje clásico, aunque en Giorgione también se aprecian importantes novedades, no solo por la utilización de una luz cristalina, radiante de color, sino también por sus 'modos técnicos', poco ortodoxos respecto a la tradición, pues Giorgione prescindía de bocetos y dibujos previos, aplicando el color directamente sobre la tabla o el lienzo.

Tiziano

Es el máximo representante del clasicismo en el Cinquecento veneciano. Renovó el movimiento iniciado por Giorgione con composiciones más monumentales y colores más suntuosos y brillantes. También abrió nuevos cauces en el ámbito temático, destacando los argumentos mitológicos, la pintura alegórica, la iconografía cristiana y, por supuesto, el retrato, del que fue un consumado maestro.

Su prestigio como diplomático encumbró aún más su condición de artista, siendo por ello un pintor recurrente en los encargos de Carlos I e incluso de Felipe II. Si bien en ningún momento de su vida podemos considerarle un pintor propiamente manierista, sí es cierto que la crítica moderna ha desvelado ciertas influencias en ese sentido. En 1540 conoció las obras de Miguel Ángel. Se advierte entonces un Tiziano con anatomías más suaves, composiciones más alargadas y colores más rutilantes, aunque sin perder jamás el brillo luminoso de la paleta veneciana. Lo que sí se advierte con la edad es su libertad plena en la utilización del color, cada vez más espléndido, y su creciente expresionismo, sobre todo en sus magníficos retratos, elementos ambos que tanto habrían de influir en la pintura posterior y muy especialmente en la pintura española de nuestro Siglo de Oro.

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