El Arte Barroco y la Misteriosa Mirada de Las Meninas
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Pintura Barroca
La pintura barroca se caracteriza por plasmar la realidad tal y como la ve el pintor, con sus límites imprecisos, sus formas que salen y entran, los objetos de primer plano intrascendentes, los escorzos y las posturas violentas, y las composiciones diagonales que dan a la obra gran dinamismo.
Los temas recurrentes en la pintura barroca son los religiosos (escenas de santos), los mitológicos, el retrato (tanto individual como de grupo), y surge como tema nuevo el bodegón.
No se entiende la pintura barroca sin hacer referencia a dos estéticas diferentes: el tenebrismo y el eclecticismo.
- El tenebrismo consiste en el choque violento de la luz contra la sombra. El fondo queda en penumbra, o desaparece, mientras que la escena queda en primer plano.
- El eclecticismo trata de salvar el gusto clásico dentro de la nueva norma. Se trata de una estética decorativa, efectista y teatral.
Las Meninas
Las Meninas es una pintura al óleo de Diego Velázquez, pintada en 1656.
En la pintura se presentan once personas, todas ellas documentadas, excepto una. La escena está presidida por la infanta Margarita y a su lado se sitúan las meninas (nombre con el que se conocían a las acompañantes de los niños reales en el siglo XVII) María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco.
A la izquierda se encuentra Velázquez con sus pinceles, ante un enorme lienzo. A la derecha se hallan los enanos de la corte y uno de ellos está jugando con un perro de compañía.
Reflejadas en el espejo están las regias efigies de Felipe IV y su segunda esposa, Mariana de Austria. Si no fuera por el toque de luz que el pintor da al espejo no repararíamos en ellos, e incluso parece que sea un cuadro más dentro de la estancia. Este juego visual, un tanto enigmático, nos permite obtener más información de las personas que hay en el espacio representado.
La composición se cierra con la figura del aposentador José Nieto al fondo de la estancia, aposentador de la reina, en una posición que destaca por ser el centro de la perspectiva del cuadro.
Esta escena nos muestra un instante de la vida cotidiana de sus personajes.
Lo más original de Las Meninas es el juego de miradas y espejos que contiene, un efecto habitual en el arte barroco.
Velázquez se retrata en el cuadro pintando a los reyes, cuya imagen vemos reflejada en un pequeño y poco destacado espejo, al fondo de la escena.
Este gesto de Velázquez confirma la importancia que en aquel momento tenía la figura del pintor en la corte (que cobra protagonismo en un retrato real).