La arrogancia y la venganza de los dioses: El mito de Aracne y Níobe

Enviado por Chuletator online y clasificado en Latín

Escrito el en español con un tamaño de 3,24 KB

Aracne

Aracne era una joven de la región de Lidia. Había nacido en una casa humilde, pero todo el mundo la conocía por su gran talento tejiendo. Consciente de su maestría, Aracne cometió la temeridad de proclamarse superior a los dioses en el arte de tejer. Estas palabras llegaron a oídos de la diosa Minerva, patrona de las tejedoras, quien enfureció, ya que dicha comparación era una ofensa. Minerva adoptó la forma de una anciana y se presentó en el taller de Aracne, dispuesta a hacer que se retractara. Pero la joven se negó y además retó a un duelo a la mismísima diosa Minerva. A Minerva no le quedó otro remedio que mostrar su auténtica identidad y aceptar el desafío.

Una vez preparadas las contendientes, el duelo dio comienzo. Minerva bordaba heroicas escenas protagonizadas por los dioses, mientras que Aracne escogía aquellos episodios en los cuales los habitantes del Olimpo se habían mostrado deshonestos.

Llegó el momento de comparar ambas obras, y entonces quedó claro, incluso para Minerva, que el trabajo de Aracne era superior al suyo. La diosa montó en cólera y rasgó el lienzo de su rival. Después golpeó en la frente a la muchacha. Aracne se asustó y, temiendo su venganza, buscó una soga y se ahorcó.

Compadecida, Minerva la sujetó para que no se ahogara, tras lo cual la maldijo, a ella y a sus progenitores. Luego, al marcharse, la roció con jugo de acónito y se transformó en araña.

Níobe

Níobe era hija de Tántalo y de Dione, además de esposa de Anfión, rey de Tebas, con el que tuvo siete hijos y siete hijas. Se sentía tan orgullosa de sí misma y sobre todo de su fertilidad que llegó a considerar que era ridículo que a la diosa Leto se la adorase en la ciudad.

Su madre era la hermana de las Pléyades e hija de Atlas, siendo su padre hijo de Júpiter. Consideraba que su belleza era insuperable y además tenía 14 hijos, mientras Leto sólo había tenido 2: Apolo y Artemisa. Por último, aun perdiendo una parte de su riqueza, siempre sería más rica que su rival. Todas esas consideraciones la decidieron a prohibir que sus posesiones fueran objeto de sacrificio en honor de la diosa.

Tanto orgullo hizo que Leto se sintiera insultada al no recibir el culto debido, invocó a su hijo Apolo, pues lo que más le dolía era la referencia a su fertilidad, y le pidió que acabara con los hijos de Níobe. Así, acudió a Tebas y Apolo mató a todos los varones. Su propio padre, Anfión, no pudo soportarlo y se quitó la vida.

Níobe lloró a sus hijos, pero altiva, recordó a Leto que aún tenía más hijos que ella. Artemisa hizo con las hijas de Níobe lo mismo que había hecho su hermano con los hijos. Cuando su hija menor, Cloris, se aferró a las faldas de su madre para que no la mataran, e incluso cuando Níobe rogó por su vida, fue en vano. Mientras imploraba, su hija murió. Níobe se convirtió en piedra debido a la pena.

Entradas relacionadas: