Arquitectura Románica: Características, Tipos y Evolución
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Arquitectura Románica: Estilo, Tipologías y Evolución
Introducción
El estilo románico se desarrolló en Europa entre los siglos X y XIII. Se caracteriza por el uso de elementos constructivos como el arco de medio punto y la bóveda de cañón, que recuerdan a la arquitectura romana. Este estilo se manifiesta principalmente en la arquitectura religiosa, aunque también existen ejemplos de arquitectura civil. La evolución del románico se puede dividir en tres etapas:
- Primer Románico: finales del siglo X - siglo XI
- Románico Pleno: finales del siglo XI - mitad del siglo XII
- Tardorrománico: mitad del siglo XII - primeros años del siglo XIII
La arquitectura románica se caracteriza por su variedad y riqueza formal. En este periodo, se aprecia una voluntad de proclamar el triunfo definitivo de la Iglesia, lo que motivó la creación de un nuevo tipo de templo. El artista trabaja por encargo y bajo normas formales y temas dictados por los mecenas.
Arquitectura Civil
Los ejemplos conservados de arquitectura civil románica son escasos o han sido objeto de múltiples reformas, lo que dificulta establecer características generales. Algunos ejemplos son:
- Hospitales
- Castillos
Ciudades Medievales
Las ciudades románicas estaban amuralladas con una finalidad defensivo-militar y para evitar la propagación de epidemias y enfermedades. Destaca la plaza, donde se localizaba la iglesia y tenía lugar el mercado. También se construían hospitales y baños. Quedan pocos restos de casas debido a la escasa perdurabilidad de materiales como la madera. Un ejemplo destacado son las murallas de Ávila.
Castillos
Los castillos románicos eran construidos en piedra y servían como residencias de nobles y monarcas, además de tener una función defensiva ante ataques. Se levantaban en sitios estratégicos, aprovechando la elevación del terreno. Solían ser de planta cuadrada o circular y macizos. Los elementos principales eran la torre y el recinto amurallado. En el interior se situaban la iglesia, almacenes, patio, dependencias y la zona residencial del noble. Ejemplos destacados son la ciudad medieval y el castillo de Carcasona, al sur de Francia, y el castillo de Loarre en España.
Arquitectura Religiosa
Catedrales e Iglesias
A partir del año 1000, el fenómeno de la peregrinación potenció la construcción de iglesias y catedrales, cuya estructura estuvo siempre ligada a su función y simbolismo religioso. Se orientaban de este a oeste, de forma que el primer rayo de luz entrara por el ábside y el último por la portada. Los primeros templos se inspiraron en la planta basilical, con tres o cinco naves, un transepto corto y una cabecera en forma de ábside. Poco a poco se configuró el prototipo de iglesia de peregrinación con planta de cruz latina, que añade un largo transepto, pequeñas capillas o absidiolos en la cabecera, además de una girola.
En alzado, las naves centrales son más altas que las laterales, lo que permite abrir ventanas para iluminar el interior. Sobre las naves laterales se alza la tribuna, con la función de transportar los empujes de la nave central a los contrafuertes y al muro a través de la bóveda que la cubre. Los templos no son muy altos y predomina la oscuridad.
Los principales elementos de sustentación en el interior son la columna y el pilar compuesto, de sección cuadrada o cruciforme, al que se adosan columnas o medias columnas. En ellas desaparece el sentido de proporción clásico, se abandonan los órdenes y el capitel se convierte en el lugar preferente para la decoración plástica (capiteles historiados).
El elemento sustentante más utilizado es la bóveda de cañón, aunque también se emplea la bóveda de arista, para cubrir la nave central del templo. Se construía en piedra, con el fin de conseguir solidez y evitar incendios. Para reforzar el peso se utilizan los arcos fajones, que además de transmitir los empujes de la cubierta a los pilares, articulan el espacio de aquella dividiéndola en tramos. Los arcos fajones se corresponden en el exterior con contrafuertes, pilastras adosadas al muro que contrarrestan el empuje ejercido por las bóvedas. Asimismo, los pilares quedan unidos entre sí por arcos paralelos al eje de la bóveda, denominados arcos formeros.