La Arquitectura del Renacimiento: Transformación, Principios y Tipologías Edificatorias
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La Nueva Concepción del Edificio en el Renacimiento
En el mundo medieval, la belleza era considerada un reflejo de la divinidad. Sin embargo, en el Renacimiento, se concibe como la expresión de un orden intelectual basado en elementos matemáticos como la medida, el número y la proporción, lo que da como resultado edificios racionales. La proporción áurea se impone en muchas creaciones, buscando un efecto de armonía y perfección visual. Se persigue la claridad en el esquema arquitectónico, y las formas que permiten percibir esta racionalidad son esquemas simples y geométricos.
La conexión con lo Clásico no solo proviene de la abundancia de restos arqueológicos en Italia, sino también de la aparición de obras teóricas que difunden las reglas de la arquitectura clásica. Uno de los tratados más importantes fue De re aedificatoria de Leon Battista Alberti, en el que plantea que el edificio es una obra armónica. Sus tres exigencias fundamentales para la construcción arquitectónica son:
- Número: Búsqueda de proporciones y relaciones matemáticas.
- Finitio (o Finito): Colocación armónica y definida de las masas.
- Collocatio: Ordenamiento riguroso de los elementos, unos en relación con los otros.
Tipos de Edificios Renacentistas
Con el Renacimiento, la construcción profana o civil se sitúa al mismo nivel que la religiosa. Los grandes constructores de iglesias son, al mismo tiempo, los creadores de importantes edificios civiles.
Edificios Religiosos
Se busca un tipo de templo que aúne la utilización de los elementos clásicos con las necesidades derivadas del culto y la liturgia cristiana. Se consolidan dos modelos principales de templo:
- El modelo de planta basilical.
- El modelo de planta centralizada.
El espacio arquitectónico renacentista se caracteriza por ser homogéneo, estático y delimitado, lo que se consigue de mejor manera con la planta centralizada, ya sea de cruz griega o circular. El deseo de fundir ambos modelos conduce al prototipo ideado por Alberti en la Basílica de San Andrés de Mantua. En su fachada, Alberti combinó dos de sus imágenes favoritas de la Antigüedad: el frente de un templo con frontón y el arco triunfal, creando una síntesis innovadora.
Edificios Civiles
Los Palacios
La rudeza del palacio-fortaleza medieval se transforma, convirtiéndose en el edificio civil más noble de la ciudad. Se elimina la torre medieval y se le añaden las pilastras y columnas de los órdenes clásicos, aportando elegancia y proporción.
Las Villas
La Villa es la residencia campestre de carácter señorial que se generaliza entre las clases pudientes de esta época. Se aparta por completo del modelo tradicional de villa fortificada, creándose un marco arquitectónico perfectamente adaptado a la vida campestre y al ocio.
Además de palacios y villas, la ciudad renacentista se enriquece con otros edificios profanos como ayuntamientos, mercados, teatros, bibliotecas y hospitales. La misma disposición de la ciudad se convierte en un estudio y ejemplo de planificación racional y armónica.
Elementos Arquitectónicos del Renacimiento
Materiales
Los materiales predominantes son la piedra, el ladrillo y el mármol.
Fachadas
En el siglo XV, se utiliza el sillar almohadillado en las fachadas, mientras que en el siglo XVI se abandona esta técnica, dejando las superficies lisas para resaltar la pureza de las formas y los órdenes clásicos.
Elementos Constructivos Clave
- Columnas con órdenes clásicos (dórico, jónico, corintio, toscano, compuesto).
- Pilastras adosadas, también siguiendo los órdenes clásicos.
- Frontones clásicos, tanto triangulares como semicirculares.
- Tipo de arco predominante: el arco de medio punto.
- Cubiertas: Se emplean bóvedas de cañón, bóvedas de arista, techumbres planas (especialmente en naves centrales), bóvedas vaídas y cúpulas, dejando constancia de la gran influencia que tuvo el Panteón de Agripa en la concepción de los espacios abovedados.
Decoración en la Arquitectura Renacentista
La decoración se integra armónicamente con la estructura, utilizando:
- Elementos arquitectónicos decorativos (molduras, cornisas, frisos).
- Elementos puramente decorativos (esculturas, relieves, frescos).
En ocasiones, se superponen órdenes en las fachadas, siguiendo el modelo romano del Coliseo, lo que añade una sensación de monumentalidad y jerarquía.