Arquitectura Latinoamericana: Exponentes y Obras Emblemáticas

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Lina Bo Bardi: Innovación y Transparencia en Brasil

Lina Bo Bardi, arquitecta italiana radicada en Brasil después de la Segunda Guerra Mundial, realizó contribuciones muy importantes a la arquitectura brasileña, empezando por su propia casa.

Casa de Cristal, São Paulo, Brasil (1951)

Esta obra es una variación sobre el tema de la transparencia y la incorporación de la naturaleza. La casa se apoya en la ladera trasera de la colina y se abre a todas partes. Una escalera abierta conduce a la zona de estar, que incluye un gran salón. Esta forma parte de una familia de casas latinoamericanas que, en conjunto, producen una crítica a la casa maquinista del movimiento moderno.

Museo de Arte de São Paulo (MASP), São Paulo, Brasil (1957-1968)

El terreno para este museo fue donado con el requisito de que no se interrumpiera la visión paisajística hacia el mar desde la avenida. Cuando se le encargó el proyecto a Lina Bo Bardi, lo que parecía un problema se convirtió en la clave del proyecto: decidió levantar el edificio (una gran caja que alberga las principales salas expositivas) y construir otra parte enterrada (zonas de servicio, salón de actos, exposiciones). Entrega a la ciudad un espacio público en el terreno que nivela entre las dos partes del edificio, convirtiéndose en un icono urbano.

Paulo Mendes da Rocha: Poética del Material y Espacio Público

Paulo Mendes da Rocha mantiene y desarrolla tres rangos básicos en su arquitectura: explotar las posibilidades constructivas y poéticas del material para entregar a la ciudad verdaderos monumentos modernos; la forma plástica, ese encuentro entre la arquitectura y lo plástico, maridaje entre arquitectura y gran escultura monumental; la sensación de espíritu de la arquitectura con lo plástico; y la preocupación por fomentar el uso público del espacio. Este autor representa la siguiente generación de arquitectos brasileños.

Club Atlético Paulistano, São Paulo, Brasil (1957)

Un gimnasio con graderíos bajo la cota principal, visible desde la plaza superior, donde también hay una gran marquesina que configura una zona pública cubierta de la plaza, a la vez que es en sí misma una escultura que se apoya en unas formas de hormigón de una plasticidad espectacular. Se observa una negación de la caja cerrada y la búsqueda de la relación interior-exterior.

Museo Brasileño de Escultura (MUBE), São Paulo, Brasil (1986-1995)

Los espacios del museo y del exterior están marcados por una marquesina de gran espesor, una estructura de 12 metros que alberga un espacio público. Es una serie de planos horizontales de hormigón, estanques, escaleras, y una interpretación del verde de la mano de Roberto Burle Marx. Ese espacio espectacular, cubierto por la estructura de hormigón, da paso a las diversas entradas al museo, donde hay un gran cuidado en la iluminación de las salas.

Casa Antonio Gerassi (Casa Puente), São Paulo, Brasil (1989-1990)

Una residencia en una zona de clase alta. Una casa donde hay un ventanal que unifica y abre el espacio interior-exterior, lección aprendida de Amancio Williams de levantar una caja abierta y convertir todos los espacios en galería. Utiliza materiales prefabricados, se montó muy rápido y a bajo coste, lo que suscitó la ira de los vecinos. Se convierte en un manifiesto de cómo trabajar con materiales muy elementales, como la luz, para la zona de estar.

Plaza del Patriarca, São Paulo, Brasil (1992)

Es un proyecto muy publicado y difundido donde el autor introduce este elemento innovador de marquesina que reorganiza un espacio público muy tradicional desde el siglo XIX.

Alfonso Eduardo Reidy: Integración Paisajística en Río de Janeiro

Condominio Pedregulho, Río de Janeiro, Brasil

Alfonso Eduardo Reidy nos presenta un edificio con un tratamiento importante de los espacios públicos y del aspecto paisajístico. La cinta de viviendas se enmarca en el territorio, con galerías interiores para no tener que instalar ascensores y accesos a distintas cotas.

Juan O'Gorman: Color y Funcionalidad en México

Juan O'Gorman, pintor y arquitecto, nos dejó obras emblemáticas como:

Casa Estudio para Diego Rivera y Frida Kahlo, Ciudad de México, México

Se trata de una casa para estos dos artistas en la que destaca el color y que están unidas por un puente de hormigón. Consiste en dos bloques de hormigón liso, que albergan cada uno una casa, una roja con blanco (para el pintor) y otra azul (para la artista), independientes una de la otra y unidas solamente por un pequeño puente en su parte superior.

Biblioteca Central de la UNAM, Ciudad de México, México

Una alusión al pasado azteca.

Carlos Raúl Villanueva: Urbanismo y Arte en Venezuela

Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela

Carlos Raúl Villanueva nos ofrece un ejemplo de urbanismo optimista cuando parecía que Venezuela avanzaba gracias al ingreso del petróleo. La obra destacada es el Aula Magna, un ejemplo de lo que algunos llaman "arquiingenierías", obras donde la estructura se vuelve visible, planteada por ingenieros, pero resueltas plásticamente por artistas. Del techo cuelgan unas pantallas resueltas escultóricamente por Alexander Calder.

Rogelio Salmona: Diálogo con el Paisaje en Colombia

Residencias del Parque, Bogotá, Colombia

Rogelio Salmona crea un conjunto residencial en Bogotá formado por varios rascacielos que, en sus diferencias de altura, tratan de conectar con el paisaje orográfico de Bogotá, en una actuación que ya vimos en los edificios Romeo y Julieta de Hans Scharoun.

Emilio Duhart: Brutalismo en Chile

Sede de las Naciones Unidas (CEPAL), Santiago de Chile

Emilio Duhart nos presenta un edificio declaradamente brutalista, de hormigón visto, muy relacionado con lo que Le Corbusier estaba haciendo en Chandigarh.

Luis Barragán: Poesía y Emoción en la Arquitectura Mexicana

Luis Barragán es un modelo de cómo una persona en un lugar periférico puede hacer una obra de arquitectura sólida. Crea obras en lugares inhóspitos, sólidas y contundentes. Barragán proyecta de una forma contemporánea los referentes y la cultura del lugar. Además, se sustenta en sus experiencias vitales, pero también es conocedor de la vanguardia de la época. Fue en la arquitectura doméstica donde realizó su mejor obra.

Barragán llega a Europa en 1925 para conocer el otro lado del charco. Su primera experiencia es la Exposición de Artes Decorativas de 1925 en París, donde encuentra los jardines de Ferdinand Bac. Bac le aconseja visitar la costa española, Andalucía y pasar a Marruecos. La sensación de esa visita hace que, 50 años después, en el acto de entrega del Premio Pritzker, ese recuerdo tan memorable inspire su discurso de aceptación.

Lo que más nos hace crecer como arquitectos es encontrar lo novedoso en el mismo mundo de siempre.

En su primera época, trabaja con tres compañeros más en su lugar natal. Los cármenes del Albaicín recuerdan ecos a los primeros trabajos de sus coetáneos. Aparecen derramaderos de agua que pretenden activar el uso del agua como elemento arquitectónico, como en el Atlas marroquí o la muralla alhambresca; las cocinas mayas con la luz cenital. Herramientas básicas de la arquitectura donde no importan los ingredientes, sino el resultado integral. Barragán es un maestro creando atmósferas, esa cuestión de pureza arquitectónica, la importancia de la arquitectura popular, donde ve paisajes venidos de la abstracción de las formas.

Casa de Luis Barragán, Ciudad de México, México

Recoge una ideología y, a la vez, es un laboratorio de experimentación para poner a prueba los modelos perfectos de vida propuestos por él mismo. Afirma su cultura y las raíces de esta, pero conoce la contemporaneidad. No es una planta con espacios compositivos definidos, pero sí una gran experiencia recorrer los espacios, espacios contundentes que preparan una atmósfera para aquel que la va a usar. Controla perfectamente los tiempos y entiende que la arquitectura tiene una función secuencial en el proceso de recorridos. Espacios muy intensos que generan experiencias y emociones, espacios autistas y sencillos con gran carga emocional. Biblioteca con ventana con orientación norte y muy alta para no generar brillos o mala iluminación, diafragma del patio que guía las miradas y enmarca, creando una relación directa del jardín respecto a la casa.

Yo quiero hacer de mis casas jardines, y de mis jardines casas.

El gran triunfo de la arquitectura de Barragán es que entiende que la arquitectura es lo subsidiario, coincidiendo en este punto con la arquitectura japonesa. La arquitectura es el complemento de la naturaleza, no el protagonista, es el compañero de lo que ya hay.

No es el primer ensayo. Su primera casa estaba en la misma calle, unos números más arriba. Este fue su segundo ensayo, y tampoco fue una "idea feliz". La casa se construyó sobre unas preexistencias, unos muros que ya existían y que ayudaron a Barragán a afiliar su casa al lugar. Y durante 4-5 años, Barragán fue precisando, ajustando, modificando y mutando la casa hasta la maestría de ahora.

Convento de las Capuchinas Sacramentarias, Tlalpan, Ciudad de México, México

Ritual de ingreso a través de una celosía en un patio que, cuando entras, y por la orientación sur, hace que se ilumine todo el altar. La suma de tiempo: el tiempo beneficia la arquitectura.

Casa Gilardi, Ciudad de México, México

Con 72 años, parece la casa de un arquitecto joven. Construida cerca de su anterior casa, alrededor de una jacaranda que ordena el proyecto. Entrada a través de un vestíbulo, que con un recodo consigue conducirnos a un espacio lo suficientemente ancho para no ser un pasillo, y estrecho para no ser una estancia. Una galería que conduce y que nos entrega a un ventanal con la lámina de agua.

Barragán utiliza su propia paleta de colores, la de su cultura.

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