Arquitectura Española: Segunda Modernidad, del GATEPAC a 1992
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Contexto Histórico y Social
Al terminar la Segunda Guerra Mundial en Europa, se inicia un periodo conocido como la Segunda Modernidad. Sin embargo, en España, este proceso se desarrolla de manera diferente. En las décadas de 1950 y 1960, se produce un gran éxodo rural, con un importante traspaso de población del campo a la ciudad, así como migraciones entre ciudades y países. Las poblaciones en Europa y España están en plena transformación. Mientras que en los años 40 había una inmigración controlada, en los 50 se intenta mantener ese control, pero en los años 60 la situación se desborda. Al llegar los años 90, la situación se invierte y la población española emigra, una situación para la cual España no estaba preparada. Se exportaban naranjas y trabajadores. Ciudades como Madrid y Barcelona se enfrentan a oleadas de inmigrantes, principalmente del propio país. Estos movimientos migratorios se convertirán en los verdaderos desafíos de la arquitectura española.
El Guernica de Picasso se erige como un punto de inflexión dramático en la historia. En la arquitectura, la Guerra Civil produce un corte abrupto. Muchos arquitectos se jubilan, fallecen o emigran, y solo unos pocos, como Pedro Muguruza, continúan su labor. Muguruza, aunque no destaca por su obra, se convierte en el arquitecto del régimen, un régimen que no estaba comprometido con la modernidad (a él se le atribuye el cierre de la modernidad). Zuazu queda relegado a provincias, mientras que Gutiérrez Soto y Muguruza son los más destacados. Gutiérrez Soto, fallecido en los años 70, fue un arquitecto racionalista y neomoderno que fue adaptando su lenguaje y expresión a las circunstancias. Los arquitectos de mayor edad atraviesan diferentes etapas después de la Guerra Civil, adaptándose a los nuevos tiempos.
Antecedentes: Las Escuelas de Arquitectura de Madrid (1936)
Surgen nuevas generaciones de arquitectos, entre los que destacan:
- Fernando Chueca: Vinculado con el historicismo.
- Alejandro de la Sota: Figura clave de la arquitectura moderna.
- Ignacio Álvarez Castelao: Fundamental en la nueva arquitectura.
- Francisco Cabrero: Otro nombre importante de la época.
Los Años de la Autarquía (1939-1953)
La inmensa mayoría de los arquitectos se quedan en España, pero bajo las condiciones impuestas por la autarquía. La Guerra Civil termina en 1939 y poco después se inicia la Segunda Guerra Mundial. Los años 40 están marcados por una arquitectura historicista, evidente en obras como el Valle de los Caídos o el Ministerio del Aire. La arquitectura europea se transforma radicalmente en 100 años, experimentando un cambio total. Los arquitectos que habían sido formados para crear modernidad se ven obligados a disfrazarla. Se produce una continuidad de la modernidad con otros sistemas, latente en la autarquía y expresándose con formas historicistas. Se considera que España sale de la autarquía en 1953.
La Segunda Modernidad Española
A mediados de los años 20, mientras en Europa se desarrollaban el Movimiento Moderno y las nuevas corrientes ideológicas, en España se extinguía el Modernismo, incapaz de satisfacer las necesidades de la sociedad. Mientras que los pintores y otros artistas mantenían una relación más estrecha con las vanguardias europeas, la arquitectura tenía poca presencia en estos movimientos. Es entonces cuando un grupo de jóvenes arquitectos, atentos a las nuevas tendencias extranjeras, comienza a preocuparse de temas como el bienestar, la higiene en la vivienda, la democratización de la arquitectura y la búsqueda de un lenguaje arquitectónico acorde con estos planteamientos, intentando convertir la arquitectura en “un arte capaz de cambiar la vida”.
Se aspiraba a establecer en España nuevos sistemas y teorías que ya se estaban desarrollando en toda Europa: la Bauhaus se había fundado en 1919, en 1927 Le Corbusier publica Hacia una Arquitectura y en 1929 se construía el pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe. En las escuelas de Arquitectura, por su parte, la enseñanza se mantenía también al margen de las nuevas tendencias y los estudiantes debían acceder a ellas a través de revistas y publicaciones, extranjeras en su gran mayoría. Esto no impide que algunos de ellos se interesen profundamente por los avances que surgían en Europa e incluso participen de modo activo en la difusión de las nuevas ideas, caso de Fernando García Mercadal o Rafael Bergamín, entre otros, que se alzan contra el carácter historicista y la arquitectura de estilo.