Arquitectura: Elementos, Materiales y Didáctica para la Educación Artística
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Reflexiones y Conceptualización
La arquitectura, en una acepción amplia, recoge todo lo construido, ya sea una edilicia pública o privada, monumental o popular, desde los inicios a la actualidad.
A nivel historiográfico, las aportaciones son más tardías que para las artes plásticas. Ventura se pronuncia con claridad al afirmar que “la antigüedad clásica realizó bastantes menos progresos que la pintura y escultura, y así permaneció en el transcurso de numerosos siglos”.
El primer lugar lo ocupa Vitrubio, quien se encarga de recuperarla como actividad artística, distinguiéndola de la utilitaria construcción y, además, sentó las bases teóricas y críticas. Durante el Renacimiento, Alberti, Giorgio, Palladio, Vignola y Scamozzi, entre otros, nos dan rigurosa constancia de su interés y esfuerzo.
Desde el siglo XVIII ha habido ilustres y puntuales aportaciones, que pueden marcarlas Winckelmann, Viollet-Le-Duc y Le Corbusier, sin que por ello haya calado en la opinión pública tal y como debía; sigue en el ámbito de los especialistas.
Es fácil encontrar una página en la prensa dedicada a una exposición pictórica, a un libro, una representación teatral o cinematográfica, pero difícilmente se halle una reseña arquitectónica.
Las razones pueden ser muy variadas. Una causa relevante puede ser la dificultad para acceder a ella: la arquitectura no se desplaza de sitio. Por eso, mientras son abundantes las exposiciones de artes plásticas, las referidas a delicias son muy escasas, y cuando las hay, se realizan con planos, fotografías o maquetas.
Un ejemplo lo podemos ver en la exposición realizada en Caixaforum de Madrid sobre Palladio.
Maqueta de la Villa Barbaro. Madera de tilo y haya con detalles de bizcocho de porcelana. Vicenza.
Villa Capra: conocida también como Villa la Rotonda, Villa Almerico-Capra o Villa Capra-Valmarana. Es una palacio campestre de planta central diseñado por Andrea Palladio y construido a partir del año 1566 en las afueras de la ciudad de Vicenza, en Italia.
Por nuestra parte, podemos acercar al público hacia la arquitectura, pues el ciudadano puede negarse a leer un libro o ver una exposición; en cambio, no puede sustraerse a contemplar las edificaciones que le rodean, máxime cuando debería opinar y exigir sobre estas. Pero además, en el núcleo más pequeño o apartado siempre se encontrará esa construcción religiosa de carácter monumental y artístico.
La arquitectura puede quedar definida como la actividad intelectual y artística que permite proyectar y construir edificios para el uso del hombre. Aquí, la gran diferencia con respecto a las artes plásticas es que el hombre penetra y camina, es decir, existe un espacio real, no figurativo como en la pintura. Tenemos ante nosotros tres dimensiones que, si bien ya tiene la escultura, su diferencia es que en el edificio se entra, el hombre no se queda fuera.
Luego, lo esencial que la define y lo sustancial es la dotación del espacio interior por donde el hombre camina.
Con ello, la arquitectura abarca el espacio cerrado y el abierto o urbano; en ambos casos, delimita espacios. Más aún, todo edificio participa en la creación de dos: el interno de la edificación y los externos que están limitados por otras construcciones.
Elementos Materiales de la Arquitectura
El material nos va a hablar del nivel técnico de una sociedad, pero además condiciona su función. La elección de uno u otro contribuirá a sus valores ornamentales. Así, por ejemplo, decimos que el mármol es frío y la madera cálida, o que la piedra produce sensación de eternidad y resistencia, mientras que el cristal o el hormigón, de ligereza y menos consistencia.
A veces, su elección está determinada por razones geográficas o climatológicas. Así, las cubiertas de pizarra pueden caracterizar a las áreas más lluviosas o frías, mientras que la teja domina en zonas más cálidas o secas.
Materiales Constructivos
- La piedra: Es el material más antiguo utilizado por el hombre. Entre sus cualidades, cabe señalar su consistencia y nobleza, muy usual en las construcciones áulicas.
Palacio de Carlos V: renacentista puro. No residió en él Carlos V. Materiales: piedras y mármoles.
Aunque el hombre prehistórico la utilizó en grandes bloques (monumentos megalíticos) y sin tallar (muro ciclópeo), lo habitual es que la encontremos en formatos regulares y rectangulares o sillares. Su trabajo tiene una denominación: la cantería, y cantero, las personas que las manejan.
Sacsayhuamán, en Perú.
- El ladrillo: Se ha considerado tradicionalmente como material pobre, aunque con él se han conseguido grandes logros arquitectónicos. Caracterizó las construcciones de la Antigüedad en Mesopotamia y las hispanomusulmanas. A veces, visto, pero en muchas ocasiones va revestido de mosaicos, yeserías, azulejos... La técnica de su trabajo se conoce como albañilería. (Hasta el punto de que, a nivel del léxico, no utilizamos la palabra canteros y sí la de albañiles).
- El tapial: Más que un material, es una mezcla en la que domina la arcilla. Dentro de un encofrado de madera, a modo de molde, se deposita barro, paja, algunas hierbas y piedras. La masa obtenida, al añadir agua, se apisona. Una vez seco, se endurece, convirtiéndose en un material de gran consistencia.
- El adobe: De origen ancestral y aplicación en la arquitectura popular. La materia prima es el barro mezclado con agua y paja. Aquí, la arcilla no se cuece; se deja secar al sol y después se colocará en la construcción de la fábrica doméstica.
- El barro: Además de integrarse mezclado con otros materiales, aquí lo citamos como base de innumerables solerías.
- El hormigón: Es una mezcla de aglomerantes y abrasivos con agua. Entre los primeros, destacan la arcilla y la cal (grasa o hidráulica) y, a partir del siglo XIX, el cemento lo sustituye. En cuanto a los abrasivos, hay una amplia gama (desde arenas a piedras). Cabe destacar que, como innovación decimonónica, se emplea vinculado al hierro: es el hormigón armado, base de las construcciones y obras de ingeniería contemporáneas.
- El hierro: Ha ido ganando funciones de la nueva arquitectura. Permite crear cualquier tipo de formas utilizando para ello moldes o encofrados, ofreciendo viabilidad a las audaces creaciones del siglo XX.
Los Nuevos Materiales
Bajo este epígrafe, incluimos aquellos que van a dar nombre, por su empleo, a la arquitectura contemporánea, aludiendo al hierro, cristal, cemento, acero, plástico, resinas, etc.
- El hierro y otros metales: Fue empleado desde los griegos como auxiliar, pero su uso sistemático arranca del siglo XIX, vinculado a la arquitectura de los ingenieros. Hoy quedan los ejemplos de Eiffel. Transcurrida la centuria, el acero, en sus distintas variables, lo desplaza.
- El vidrio: Ya tuvo su expansión en las catedrales góticas; se utilizaba puntualmente y con fines decorativos.
En la actualidad, llega a desplazar al paramento, y grandes superficies son cubiertas por este material, hablándose de “muro cortina”, propio de la arquitectura funcionalista. Ejemplo: rascacielos de Van der Rohe.
Ludwig Mies van der Rohe, representante alemán del racionalismo arquitectónico, nació el 27 de marzo de 1886. La arquitectura de Mies se caracteriza por la sencillez de los elementos estructurales, por la composición geométrica y por la ausencia total de elementos ornamentales. Se basa en las proporciones.
- Los plásticos: Cada vez adquieren mayor protagonismo en las construcciones del siglo XXI, no solo en la infraestructura, sino cerrando vanos y revistiendo las superficies con distintos tipos de resinas.
- Materiales aglomerantes: Tienen un papel secundario a nivel visual y artístico, pero fundamental para que se lleve a cabo la construcción. El primero utilizado como tal fue la arcilla y después la cal (grasa e hidráulica), pero los fundamentales son el mortero, el hormigón y el cemento. Unos, manejados desde tiempos antiguos y este, el cemento, en el siglo XIX, lo sustituye.
Ejemplos de Arquitectura
Panteón
M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT. Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, (lo) hizo. Esta es la inscripción que puede leerse en el friso del pórtico de entrada. Atribuye la construcción del edificio a Marco Vipsanio Agripa, amigo, general y yerno del emperador Augusto. El tercer consulado de Agripa nos indica el año 27 a.C. Además, Dión Casio lo encuadra entre las obras realizadas por Agripa en la zona de Roma conocida como el Campo de Marte en el 25 a.C. Durante siglos, se pensó que esta inscripción hacía referencia al edificio actual. Sin embargo, tras las investigaciones efectuadas por Chedanne en el siglo XIX, se puso de manifiesto que, en realidad, el templo de Agripa fue destruido, y que el existente actualmente es una construcción realizada en tiempo de Adriano.
La construcción de una amplia sala redonda adosada al pórtico de un templo clásico es una innovación en la arquitectura romana. El modelo de espacio circular cubierto por una bóveda se había utilizado por la misma época en las grandes salas termales, pero era una novedad usarlo en un templo. El efecto de sorpresa al cruzar el umbral de la puerta debía ser notable.
El espacio interno de la rotonda está constituido por un cilindro cubierto por una semiesfera. El cilindro tiene una altura igual al radio, y la altura total es igual al diámetro, por lo que se puede inscribir una esfera completa en el espacio interior. El diámetro de la cúpula es de 43,44 m (150 pies), lo que la convierte en la mayor cúpula de hormigón en masa de la historia. La cúpula de la basílica de San Pedro fue construida un poco más pequeña.
Tipos de Espacios Arquitectónicos
Espacio Continuo
Aquí tiene cabida tanto el basilical como el de cruz latina, y siempre implica la jerarquización. A nivel real, hay un espacio continuo que nos conduce hacia un lugar preferente: crucero, altar, ábside, etc. A nivel ideológico, nos lleva hacia la divinidad.
Aunque es difícil acotarlo históricamente, es el que caracterizó las construcciones religiosas de la cristiandad desde las primeras basílicas, quedando patente en las creaciones medievales, tanto románicas como góticas. Su vigencia quedó asegurada después de Trento.
Planta de la Iglesia de San Andrés de Mantua, siglo XV. Por su planta, sabemos que es de una sola y amplia nave, dotada de capillas laterales por ambos lados. Responde al modelo de cruz latina.
Sus brazos son desiguales en longitud. El lugar de la intersección, el crucero, va cubierto por cúpula; el círculo en planta así permite reconocerlo, mientras que la nave lo hace con bóveda de cañón. Queda marcado el acceso por los pies del templo, concluyendo por ábside en la cabecera, así como el carácter direccional y continuo.
La Basílica de San Andrés (Sant’ Andrea en italiano) es una iglesia renacentista en Mantua, Lombardía (Italia).
Encargada por Luis II Gonzaga, la iglesia se emprendió en 1462 según diseños de León Battista Alberti en un lugar ocupado por un monasterio benedictino, del que sólo queda el campanario (1414).
El edificio, sin embargo, sólo fue terminado 328 años después. Aunque cambios posteriores alteraron el diseño de Alberti, la iglesia aún se considera una de las obras más complejas de Alberti.
Planta de la catedral de Astorga, arquitectura del siglo XV. Queda patente el carácter del espacio longitudinal. La planta de tres naves responde a la tipología de cruz latina, sobresaliendo la propia del crucero. La proyección en plano permite conocer el sistema plural de bóvedas estrelladas con que va cerrada.
Formatos Rectangulares
Su definición es más ambigua. Con estos, se pueden encuadrar lo mismo en un espacio religioso pagano que cristiano, e incluso áulico. Pero igualmente acogen una arquitectura funcionalista y doméstica, siendo por ello más difícil establecer unos límites fronterizos, tanto epocales, tipológicos y de significado.
Templo griego del siglo V a.C. Su planta es rectangular. Sabemos que el acceso queda marcado por sendas columnas; su círculo en el plano lo traduce. Además, expresa la existencia de una escalinata que lo circunda y eleva.
Planta de la Lonja de Palma de Mallorca, arquitectura civil y pública del siglo XV.
Por su proyección en planta, los soportes deben ser columnas (realmente son pilares helicoidales, de ahí que en la sección aparezcan como tales); marcan la separación espacial. Deja constancia de su acceso escalonado y de la interrupción del muro al proyectarse en él los vanos. En los ángulos, se percibe la existencia de delgadas torres octogonales.
A veces, se estructura con hiladas de ladrillo, aunque generalmente es de piedra. Cuando estos bloques son grandes e irregulares, nos remontamos a una arquitectura primitiva, es el muro ciclópeo, pero si son pequeños y unidos con mezcla, dan lugar a la mampostería.
En las grandes obras de la arquitectura occidental, dominó el uso de la piedra, labrada y de forma rectangular, dando lugar en tal caso a los sillares, que según su disposición y uso reciben distintas denominaciones (isódomo, seudoisódomo, almohadillado, etc.). Es habitual que se haga soga, es decir, que el lado mayor sea paralelo al muro; en caso contrario, se denomina tizón. Pueden colocarse a sardinel, cuando van de canto unidas por sus lados mayores.
Elementos Arquitectónicos: Soportes y Cubiertas
Columnas
Estamos ante un soporte primordial y diferencial. A pesar de la variedad...
Arcos
- El arco está formado por piezas o dovelas (muy marcadas en la arquitectura árabe). La central es la clave, a veces marcada expresamente con algún elemento decorativo; ella cierra el arco. Las de los extremos, o salmeres, son las encargadas de recibir el peso, uniéndose con la moldura que remata la jamba o imposta.
- La amplitud del arco o luz es la distancia horizontal entre los puntos de arranque del mismo, mientras que la altura es la perpendicular desde aquella a la clave y, en buena medida, nos determina su forma. La franja curva vista por abajo es el intradós, a veces resaltado con profusa decoración. La opuesta, casi medida del muro, es el trasdós, y la anterior y posterior son las arquivoltas.
- El arco por excelencia es de medio punto, también llamado semicircular. Su centro se apoya en la línea de las impostas, y su altura o flecha es la mitad de su anchura. A nivel perceptivo, es la mitad del círculo, de ahí su otra denominación. Así nació en las civilizaciones mesopotámicas y caracteriza al mundo romano, a las culturas románica, renacentista y barroca. Es asumido como símbolo formal del clasicismo y, exceptuando las aportaciones musulmanas y góticas, será el de mayor expansión. Derivaciones suyas pueden entenderse el rebajado y peraltado, según su altura sea menor o mayor que el radio.
- Arco apuntado, que se convierte en ojivas en el sistema gótico. Arco de carpanel. También cabe destacar los mixtilíneos, donde las rectas alternan con las curvas; el conopial y, sobre todo, el de herradura. Su origen hay que extraerlo de la arquitectura visigótica; los que lo sistematizan son los árabes. Puede ser simple, peraltado o lobular.
A veces, la denominación de estos se debe a su estructura. Arco formero, cuando va paralelo al eje de la nave y perpiaño, fajón o toral, si es transversal.
- El arco perpiaño es un tipo de arco estructural que se suele emplear en ciertas bóvedas como concentración de empujes. Mientras que el arco toral (que es el de medio punto) realiza las mismas funciones estructurales en las bóvedas de medio cañón, el perpiaño es generalmente un arco apuntado. Es muy empleado en las bóvedas de arista de la arquitectura gótica.
- La forma hace extensible su nombre a perfiles que ya no tienen la función del mismo. Como tales, hay que incluir los denominados ciegos (cuando detrás aparece el muro con su función), los simulados en yeso configurando un tapiz o cortina (empleados en construcciones árabes).
- En suma, son falsos arcos todos aquellos que carecen del contrarresto de fuerzas, por lo que su valor será netamente ornamental.
- El dintel es otro modo de encuadrar un vano. Perceptivamente, queda marcado por rectas, ya que el plano horizontal lo caracteriza, apoyado sobre unos soportes verticales, de ahí que la presión actúe en esta dirección.
- En su expresión más simple, podemos decir que es un elemento de madera, piedra u otro material que descansa sobre las otras estructuras del vano.
- Sirven para enmarcar las ventanas o las puertas. Utilizado desde siempre, gana en importancia con la arquitectura funcionalista, pues es el método más simple y fácil de encuadrar los vanos. Las puertas o ventanas de las casas pueden servir de ilustración.
Cubiertas
- La cubierta es el límite superior del espacio. Al hablar de ella, nos referimos a las interiores, las que se ven desde dentro del edificio, aunque marcaremos también las externas, que no siempre tienen por qué coincidir.
- Con las variantes que pueden derivarse, precisamos que hay dos tipos de cierres: adintelado o plano y abovedado o curvo.
- El hombre, desde tiempos prehistóricos, empezó utilizando el más simple o adintelado, como puede verse en los dólmenes. Aquí, y en esencia, el plano horizontal es recibido por otros verticales que le son perpendiculares.
- Además de las megalíticas, este sistema fue electo por la cultura egipcia y consagrado por el mundo griego, que lo universaliza.
- Por sí mismo, evoluciona con los cambios técnicos y como consecuencia del empleo de los nuevos materiales desde finales del siglo XIX.
- Este tipo de cierre, además de utilizarse en las construcciones áulicas y religiosas, es el más común en las edificaciones domésticas. Capítulo aparte dentro del sistema adintelado lo constituyen los artesanos de tradición renacentista y los alfarjes, vinculables a la mudéjar. Ambos, sobre madera.
- La cubierta abovedada es aquella que pierde la horizontalidad en aras de la curva. Su base está en la utilización del arco.
- Dependiendo de su forma, uso y desarrollo, se perfilarán los distintos sistemas de abovedamiento. Esos cierres crean una sensación más dinámica, aérea y movida. El espacio interior se expansiona hacia arriba y se mueve en los laterales.
- Su origen es más tardío, lo que se explicaría por estar ante un sistema más complejo. Este tuvo lugar en el Oriente Próximo, donde la carencia de piedra obligó a la búsqueda de nuevas soluciones, utilizando el material disponible, por lo que, en un principio, la bóveda queda ligada con el empleo del ladrillo y localizada en las culturas mesopotámicas, con una formas que será preferentemente el de medio punto.
Con anterioridad, las culturas megalíticas, cuando tienen que cubrir un gran espacio, crean una falsa bóveda (cual es el caso del Romeral) de manera excepcional y no continúan por esta vía; siguen con su específica cubierta plana.
- La gran expansión, perfeccionamiento y monumentalidad se la imprime el mundo romano, fundiendo esta herencia con la adintelada griega.
- El sistema abovedado se basa en la utilización del arco. Cuando este es de medio punto y se prolonga en profundidad, nos da la cubierta de cañón. De ella deriva la de aristas, tras el cruce perpendicular de bóvedas de cañón de la misma altura. Si el arco generador deja de ser semicircular, hará que, según sea este, la bóveda resulte rebajada, peraltada y apuntada. La de cañón será la típica cubierta europea desde el siglo XI, es decir, la característica de las construcciones románicas.
- Cuando el arco de medio punto lo hacemos girar sobre sí mismo, nos engendra la bóveda semiesférica o de media naranja. Ella es la cubierta preferente de los espacios centralizados, siendo modelo en la Historia de la arquitectura la del Panteón de Agripa.
- La derivación más importante de esta es la cúpula, cuyo uso se potencia con el Renacimiento en el arte occidental, pues en el oriental tuvo su propia vigencia a partir de Bizancio, y múltiples ilustraciones lo alaban desde Santa Sofía.
- La forma más habitual en la cúpula es la semiesférica o de medio casquete, pero puede peraltarse o rebajarse. Cubiertas que, a nivel exterior, finalizan con la linterna.
- Lo habitual es que el casquete descanse sobre un anillo circular o tambor, que además de su estricta función, adquiere otras de iluminación y hasta ornamental. El paso de este al muro se hace sobre pechinas o triángulos curvos. Por analogía, la bóveda sobre trompas se considera también como cúpula, aunque no lo sea en sentido estricto.
- Aparte de la cúpula, que es un cierre con entidad propia y singular, caben destacarse como variantes del sistema abovedado las esquivadas, caídas, anulares, estrelladas... y crucería, ambas con una localización expansiva en la arquitectura gótica.
- Finalmente, aludiremos a un tipo específico de cubiertas que tienen en común el empleo de la madera y se caracterizan por dejar al descubierto los elementos estructurales, que a su vez sirven como decorativos. Ellas son propias de la tradición mudéjar.
- Según sus formas, pueden establecer unos modelos genéricos.
- Techumbres planas o alfarjes, estructurales sobre vigas.
- Techumbres a dos o cuatro aguas; son las armaduras.
- Cubiertas de media naranja. Ya no son estructurales; su finalidad es solamente decorativa.
- Las cubiertas, como tales o a través de los elementos que las definen, quedan reflejadas en el plano de la planta del edificio mediante unos símbolos convencionales.
- Recomendamos iniciar a los escolares en la interpretación de los mismos. Con ellos, se cubrirá un doble objetivo:
- Instrumentales en la lectura del espacio, partiendo de su representación en el plano.
- Hacer posible el conocimiento de arquitecturas concretas desde el aula.
Recomendamos que con las distintas lecturas se haga una codificación individual.
- La ausencia de señales obedece a una cubierta adintelada.
- La bóveda de cañón se representa con líneas de puntos paralelas entre sí, marcadas en el sentido direccional del...
Codificación individual - plano
Cúpula - circunferencia
Bóveda de aristas - líneas de puntos que se cruzan
Bóveda estrellada - una línea análoga del esquema de su forma
El vano - corta la línea que representa el plano
Medios y Recursos Didácticos para la Enseñanza de la Arquitectura
- Cualquier tipo de aprendizaje lleva implícita una praxis; en el de la obra artística, el más importante será la visualización de imágenes, sea cual sea la edad del alumnado, hasta el punto que no podemos entenderlo si no es partiendo de la obra.
- A este argumento, hay que añadir que hemos planteado las obras como objeto de percepción, lo que implica la necesidad perentoria de verla, convirtiéndose la lectura de imágenes en el primer paso del conocimiento.
- La especificidad de la arquitectura implica unas diferencias que le son propias. Como tales, concretamos:
- El tamaño y la monumentalidad.
Sus caracteres necesitan ser experimentados de forma:
- Contemplarla con los seis planos que la definen.
- Recorrer el espacio, captando la realidad de las tres dimensiones.
- Observar los valores volumétricos.
- La validez de sus materiales.
- Los elementos ornamentales que la configuran.
- La armonía de sus proporciones.
- La técnica empleada.
- Cómo se distribuyen los espacios internos.
- La adecuación a su función.
- Cómo contribuye el espacio externo o tejido urbano, marcando la armonía o disonancia con las edificaciones circundantes.
- Y, sobre todo, valorar sus dimensiones.
- Estas anotaciones o sugerencias, vividas en contacto con la obra, hacen que propugnemos la observación directa.
- Las visitas, contempladas como actividades puntuales, se convierten en el medio más importante que acerca al contacto de la obra. En tal sentido, cabe alguna puntualización:
I. No pueden entenderse como una práctica aislada, sino que deben de estar organizadas en función de la programación escolar.
II. Si queremos que tengan resultados positivos, deben tener una gestación propia. Desde la preparación dentro del aula con un proceso informativo en base a los datos obtenidos, a la realización de la misma con unos objetivos y experiencias de aprendizaje consignadas.
III. Toda actividad de esta índole hay que secuenciarlas en pautas de observación o paradas previamente trazadas, teniendo en cuenta las edades de los escolares y de los objetivos propuestos.
- Desde que en el siglo XV se inventó la perspectiva, se utiliza como el procedimiento para presentar en un plano las tres dimensiones, por lo cual se convierte en un medio que permite ver el espacio.
Por su carácter práctico, podemos concretar en dos los más destacados: la perspectiva cónica y las axonométricas. La primera es la usual en pintura, mientras que las otras son las habituales para plasmar la arquitectura.
El descubrimiento de la fotografía en el siglo XIX nos facilita un instrumento auxiliar y muy eficaz; para las representaciones frontales, sigue siendo insustituible.
El cine primero, el video después, van a permitir abordarlo de forma continua, pasando de la arquitectura dibujada a visionar la arquitectura construida por el desplazamiento del ángulo visual, imitando, en consecuencia, la sucesión del espacio vivido.
Otro medio son las maquetas. La gran limitación es precisamente su tamaño, creando una falsa percepción del concepto arquitectónico.
La gran innovación tecnológica del siglo XX ha sido el ordenador y, desde la perspectiva educativa del XXI, es el instrumento capital.
- El desarrollo del concepto espacial en el escolar, teniendo en cuenta que es en torno a los 12 años.
- Si se trata de una práctica interdisciplinar o propia.
- Si se prepara la visita a un museo o monumento concreto, ante la cual caben puntualizar las previas, las de la visita y las posteriores.
Desde el punto de vista didáctico, queremos hacer una consideración alusiva al valor de la escala, sin la cual la arquitectura pierde una de sus cualidades intrínsecas: el tamaño.
Ante ellos, y para evitar que se reproduzca el error, recomendamos que en el caso de las fotografías, junto al edificio, se contemplen alguna figura humana o de objeto reconocible por su tamaño (ejemplo, un coche), pues se convierte en la apoyatura de referencia proporcional; es una seudoescala, pero útil a la hora de visionarla en clase.