Arquitectura Bizantina: Evolución y Obras Maestras de las Edades de Oro

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Ejemplos Emblemáticos de la Arquitectura Bizantina

Otro ejemplo destacado de basílica es San Vital de Rávena (Italia), cuyo edificio está formado por ocho grandes pilares sobre los que se asienta una cúpula central. A partir de los pilares se forman siete exedras de dos pisos, en las que los muros son sustituidos por columnas. Entre el muro exterior y las exedras hay un deambulatorio, es decir, un espacio que rodea el altar mayor de los templos para que los fieles pudieran transitar sin molestar. El nártex o pórtico columnado tiene una escalera de caracol para subir al matroneo (galería reservada a las mujeres en las basílicas). Su interior está ricamente decorado con mosaicos.

Las Edades de Oro de la Arquitectura Bizantina

La Primera Edad de Oro (Siglo VI)

La Iglesia de Santa Sofía representa el modelo por excelencia de la arquitectura bizantina. Pertenece a la Primera Edad de Oro, ya que el emperador Justiniano mandó construirla en el año 532 d. C. para reemplazar el antiguo templo que se situaba allí, destruido por un incendio. Sus arquitectos, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, la levantaron en solo cinco años, finalizando las obras en el año 537.

Esta basílica, situada en la actual Estambul, presenta una planta rectangular con un ábside en uno de los extremos y tres naves longitudinales que recorren el rectángulo, siguiendo la tradición de las basílicas paleocristianas occidentales. En el centro del rectángulo, cuatro pilares delimitan un espacio cuadrado. Sobre estos enormes pilares se alza la gran cúpula central de 31 metros de diámetro, el aspecto más destacado de la construcción.

La cúpula descansa sobre pechinas y posee un tambor con numerosos vanos que iluminan toda la base, creando la impresión de que flota en el espacio. Para contrarrestar el peso de la gran cúpula central, en los lados longitudinales, por debajo de esta, se erigen dos semicúpulas que soportan parte de la carga. A su vez, estas dos semicúpulas distribuyen el peso y la presión en dos exedras (estructuras semicirculares que complementan la planta). El conjunto produce la impresión de que las cúpulas van cayendo en cascada. La cúpula central fue construida con piedra porosa y arcilla para aligerar su peso.

En su exterior, Santa Sofía utiliza piedra y ladrillo, materiales funcionales que contrastan con el lujo de su interior, decorado con bellísimos mármoles y mosaicos. La incidencia de distintos puntos luminosos sobre estos elementos crea un estilo místico y envolvente. La enorme cúpula simboliza la bóveda celeste (el cielo). El fiel, desde el momento en que entra en la iglesia, se siente transportado hacia el centro del templo, para centrar la mirada en la cúpula.

Santa Sofía fue inaugurada en el año 537, pero un terremoto hundió su cúpula, que fue reconstruida en el 562. Esta construcción marcó un antes y un después en la arquitectura, tanto por el método de distribuir el peso como por la utilización de pechinas.

En 1453, Constantinopla cayó en manos de los turcos, y Santa Sofía pasó a ser una mezquita. Por ello, se añadieron los cuatro alminares (o minaretes). También se cubrieron los mosaicos, ya que la iconografía figurativa está prohibida en el islam. Los actuales trabajos de restauración están recuperando dichos mosaicos.

La Segunda y Tercera Edad de Oro

Segunda Edad de Oro (Post-Iconoclasta)

Tras las guerras iconoclastas, la vida en palacio se refinó y el arte quedó vinculado a la Corte. En rasgos generales, los edificios se hicieron exteriormente más bellos, utilizando el ladrillo combinado con piedras de diferentes tonalidades. Las construcciones se estilizan y las cúpulas ganan en altura. Se utiliza más la planta de cruz griega, colocando las cúpulas en sus ángulos.

Ejemplos característicos incluyen:

  • El Monasterio de Hosios Lukas (siglo X).
  • San Marcos de Venecia (siglo XI), basílica con numerosas características de época justiniana.
  • La Iglesia de Monreale (Sicilia).
  • La catedral de Santa Sofía de Kiev (Ucrania).

Tercera Edad de Oro

En esta etapa no se presentan grandes novedades, aunque el arte bizantino se extiende por el Danubio hasta Rusia. Tan solo destaca la aparición de altas cúpulas de tipo bulboso.

Un ejemplo notable es:

  • La catedral de San Basilio de Moscú.

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