Arquitectura Barroca en Roma: Características y Exponentes

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Características Generales del Barroco

Formas y Dinamismo

  • Elementos: Los muros se curvan y se cubren de molduras y hornacinas. Se utiliza el Orden Gigante, que abarca varios pisos y enfatiza la verticalidad. Los frontones se curvan y quiebran. Las columnas se ornamentan, destacando la variedad Salomónica. Las cúpulas juegan un papel fundamental, otorgando al edificio grandeza teatral y escénica.
  • Plantas: Se emplean plantas basilicales, circulares, ovales y mixtas. Las fachadas se proyectan en función de la ciudad.
  • Espacios: Se crean espacios escénicos y teatrales, emotivos y persuasivos. La escultura y la pintura se integran en la arquitectura, consiguiendo efectos escénicos, ópticos y de perspectiva.

La Roma de los Papas: Bernini y Borromini

Desde el siglo XVI, los Papas se convirtieron en mecenas empeñados en embellecer y engrandecer Roma, transformándola en la auténtica capital del catolicismo. Una Roma triunfante frente al protestantismo, una ciudad edificada a la mayor gloria de Dios y de la Iglesia.

Evolución de la Arquitectura Barroca en Roma

A finales del siglo XVI, Giacomo della Porta terminaba la iglesia del Gesú, obra de Vignola, por mandato del Papa Sixto V. Esta iglesia, madre de los jesuitas, presenta una planta de cruz latina, con cúpula sobre el crucero, una sola nave y capillas en lugar de naves laterales. Este modelo, surgido de la Contrarreforma, era muy apropiado para la liturgia católica, por lo que tuvo una rápida acogida entre los arquitectos del XVII en el desarrollo de los edificios jesuíticos.

La cúpula de la Basílica de San Pedro se terminó por estos mismos años, a fines del XVI. Durante los primeros años del XVII, se construyó la fachada de la basílica, obra de Carlo Maderno, que rompe con la idea de centralización de Miguel Ángel y Bramante, destacando el valor de la fachada. El Barroco es, fundamentalmente, un periodo de fachadas.

El momento culminante del Barroco romano llegó con el Papa Urbano VIII, que quería emular a Julio II. Las enormes dimensiones de la Basílica de San Pedro debían ser decoradas, y se le encargó a Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) el embellecimiento interior y el engrandecimiento de la plaza.

Gian Lorenzo Bernini: Arquitecto y Escenógrafo

Bernini nació en Nápoles y comenzó su formación con su padre, que era escultor. Pronto se trasladó a Roma, donde recibió la protección de mecenas como el cardenal Borghese y, sobre todo, Urbano VIII, con quien recibió la mayoría de los encargos y se convirtió en el arquitecto y principal escenógrafo de la nueva ciudad que querían los Papas.

Para señalar la antigua cúpula de San Pedro y el tradicional altar, que destacara en el inmenso crucero, Bernini ideó el Baldaquino de bronce, una perfecta fusión entre arquitectura y escultura, logrando la integración de las artes. Se trata de cuatro columnas salomónicas que sostienen un palio con brazos curvos, que se elevan para sostener una esfera dorada y una cruz. Estas columnas se convirtieron en un elemento esencial en la arquitectura barroca por su carácter dinámico, ya que se retuercen sobre sí mismas.

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