Arquetipos Literarios y su Evolución: Un Recorrido por Don Juan, Perlimplín y Muerte en Venecia
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La Evolución del Arquetipo Donjuanesco en Zorrilla
Una diferencia fundamental en la concepción del personaje es apreciable en la figura de Ciutti, el criado, absolutamente distinto a Catolicón y a todos los criados de las reelaboraciones previas de este personaje. La figura del criado se ve disminuida en la acción, ya que Zorrilla presenta a un personaje que no hace tanta gala de seducción y engaño a las mujeres, pero sí se muestra hábil a la hora de urdir tramas complicadas mediante la confusión para conseguir sus objetivos. El criado de Tirso de Molina resulta fundamental en la acción burlesca del personaje de Doña Inés.
Este viraje de la acción marca un hito en el mito donjuanesco y aporta valor a la obra de Zorrilla, ya que supone el cierre del ciclo evolutivo de Don Juan.
En la famosa escena del sofá, Zorrilla emplea una literatura blasfema más acorde con la literatura del amor cortés. Don Juan ha adquirido un cambio psicológico, llegando a decir que siente adoración, está envenenado, enajenado.
Nace en 1630 como burlador, y Zorrilla lo convierte en 1844 en burlador burlado.
Las Figuras Femeninas en Amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín
Las figuras femeninas son personajes planos que otorgan brillo y protagonismo a Perlimplín. Pero su acción es vital, ya que la evolución psicológica del protagonista no tendría sentido sin su presencia. La figura de Belisa encarna un personaje simple hasta llegar al final de la acción, donde se vislumbra un posible cambio en Belisa no consumado. El nombre no es ideado por Lorca; hay cientos de Belisas en la literatura española. Es un nombre de dama joven, mujer consciente de su potencial físico, que persigue a un galán; es una mujer casquivana que se complica a partir de la correspondencia de Perlimplín.
La madre de Belisa, personaje también plano, es el homenaje implícito que rindió Federico García Lorca a La Celestina.
Marcolfa tampoco es un personaje original; ya estaba fraguado con ese nombre en las Aleluyas desarrolladas en España en el siglo XIX, pero que derivaban de los «motti» del siglo XVI.
El personaje de Marcolfa evoluciona y pasa por tres estadios:
- Actúa como fuerza femenina protectora, incluso materna.
- En la segunda parte, evoluciona a la caracterización de su propia condición: Marcolfa es una criada, y su labor es ser la voz de la conciencia del protagonista en escena. Marcolfa es a Perlimplín como Sancho a Don Quijote. Espolea su mundo interno, temiendo siempre la soledad de su señor. Accede a ese mundo paralelo de Don Perlimplín y comprende perfectamente la acción de su señor, del mismo modo que Sancho con Don Quijote.
- En el cuarto cuadro, asume una nueva condición: se convierte en la figura portavoz. A veces, en una obra literaria, especialmente en el siglo XX, aparece un personaje dramático que supone una especie de correlato del autor en escena.
Las palabras de Marcolfa son la clave de la comprensión de la obra; sus palabras resultan fundamentales.
Belleza y Destrucción en Muerte en Venecia
Aschenbach es protagonista del relato de Thomas Mann. El personaje es un creador que busca la vehemencia perdida, vehemencia que potenciaba con el afán de aprehensión de la realidad, una inspiración de la realidad que había perdido. Es un creador romántico que se traslada a Venecia, ciudad de la creación, cuna del arte, arte que entiende como forma de vida.
Pero el protagonista no asume en Venecia el arte asumido por todos; él descubre otro tipo de belleza: hedonista, vitalista, de sangre y vena, que no controla ni puede configurar con sus propias manos. Él ha creado una obra artística, Tadzio, ya que el arte surge de la naturalidad. Sin embargo, para hacer posible el arte, es necesaria una visión de esa naturalidad, una producción mediada a partir de unos ojos que lo crean. Aschenbach va creando a la criatura a partir de sus ojos. Tadzio es bello porque los ojos del protagonista lo hacen bello.
El primer contacto que tiene es con un viejo travestido que encarna la negación total de la belleza. Esto es un bautizo de arte grotesco, expresionista, vulgar. La novela presenta distintos momentos grotescos. Paradójicamente, la vejez es un punto de culminación artística.