Aristóteles: El Hombre como Animal Político y la Búsqueda de la Felicidad
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Introducción: El Hombre como Ser Social por Naturaleza
En este texto, Aristóteles trata sobre su filosofía política y, más en concreto, su definición del hombre como un animal político (zoon politikón) por naturaleza y también racional. A través de esta concepción, expresa la racionalidad inherente al ser humano y su condición de ser social.
Aristóteles explica varias tesis fundamentales:
- El hombre es un ser cívico por naturaleza.
- La naturaleza nos ha dotado de lenguaje (logos).
- Los seres humanos, a diferencia de los animales, son los únicos que tienen sentido de lo justo y lo injusto, lo cual comunican con palabras, y no solo comunican sensaciones como hacen los animales.
- El origen de la sociedad deriva de la participación comunitaria en torno a la justicia y el bien común.
La idea central es uno de los apoyos fundamentales de la teoría ética y política de Aristóteles: en la naturaleza del ser humano está el vivir en sociedad; somos animales cívicos o políticos.
Ética y Política en Aristóteles
La Búsqueda del Bien y la Felicidad
Por naturaleza, el hombre tiende a buscar el bien. Es necesario conocerlo para obrar correctamente, porque a menudo el hombre desconoce el bien y toma por bueno lo que subjetivamente le parece, y no lo que objetivamente es. No se puede afirmar la existencia de un único tipo de bien, ya que existen muchas clases de bienes.
El fin (telos), por tanto, se identifica con el bien. Muchas de las cosas que el hombre hace son instrumentos para conseguir, a su vez, otro fin. Por ejemplo, nos alimentamos (acción) para obtener una buena nutrición (fin intermedio), que a su vez es un instrumento para conseguir otro fin: la salud.
Aristóteles piensa que hay un bien que se busca por sí mismo y no como instrumento para otra cosa: la felicidad (eudaimonia), que es el bien último al que todos aspiramos. Esta se relaciona con la "buena vida", pero su contenido varía: para unos es el placer, para otros la riqueza. La ética aristotélica reflexiona sobre qué constituye universalmente la felicidad.
Para explicarlo, Aristóteles recurre a la función (ergon) propia de cada ser, determinada por su naturaleza. Ejemplo: la función del cuchillo es cortar. El hombre también debe tener una función propia, y la felicidad consistirá en actuar en conformidad con esa función específica. En la medida en que se realice esta función de manera excelente, se alcanzará la felicidad. Una persona cuyos actos le conducen a realizar bien sus funciones será virtuosa; en caso contrario, será viciosa y se alejará de la felicidad.
La Virtud como Hábito y Término Medio
El hombre es una sustancia compuesta de alma y cuerpo. Hay dos formas propias de comportamiento excelente, correspondientes a las partes del alma, y por tanto dos tipos de virtudes:
- Virtudes éticas o morales: Perfeccionan el carácter y la voluntad (parte desiderativa del alma).
- Virtudes dianoéticas o intelectuales: Perfeccionan el entendimiento (parte racional del alma).
Para saber cuáles son las virtudes, Aristóteles analiza la acción humana. Es la repetición de buenas decisiones lo que genera buenos hábitos, y este hábito es la virtud para Aristóteles. "Soy bueno porque me porto bien" (el carácter se forma mediante la acción).
Aristóteles define la virtud ética como "un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre prudente". La virtud se adquiere y se perfecciona a través de la experiencia y la práctica; no hay una fórmula general única para comportarse virtuosamente en toda situación, sino que requiere deliberación y prudencia (phronesis).
El Hombre como Ser Social y Político
En su obra "La Política", en estrecha relación con la ética, Aristóteles estudia las cuestiones sociales y políticas. Le interesan las características del espacio social donde el hombre se desarrolla plenamente.
Mantiene la teoría de la sociabilidad natural del hombre. El hombre es un animal social y político, un ser que necesita de otros hombres para sobrevivir y, sobre todo, para alcanzar su fin último, la felicidad, que solo es posible en la polis (ciudad-estado). Afirma que "el todo es anterior a las partes", indicando que la comunidad política es necesaria para que el individuo alcance su pleno desarrollo.
El núcleo original de la comunidad social es la familia, que se agrupa en aldeas, y estas a su vez forman la ciudad-estado.
El Lenguaje como Prueba de la Sociabilidad
Aristóteles utiliza el argumento del lenguaje (logos) para reforzar la idea de la sociabilidad natural del hombre. Puesto que el hombre es el único animal dotado de lenguaje, capaz de comunicar no solo sensaciones de placer y dolor, sino también conceptos como lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, esto indica que está naturalmente destinado a la vida en comunidad. La comunicación sobre estos valores requiere necesariamente la presencia de otros y es la base de la familia y la ciudad. Si la naturaleza nos dota del lenguaje, es con una finalidad: la vida social y política.
Formas de Gobierno según Aristóteles
El estudio de la ciudad-estado (polis) de su época le lleva a proponer una teoría sobre las formas de gobierno, clasificándolas según el número de gobernantes y si buscan el interés común o el interés particular del que gobierna. Distingue formas correctas y sus correspondientes desviaciones:
Formas Correctas (buscan el bien común):
- Monarquía: Gobierno de uno solo.
- Aristocracia: Gobierno de los mejores (los más virtuosos).
- Politeia (República o Democracia Moderada): Gobierno de la mayoría (clase media) con arreglo a una constitución.
Formas Desviadas (buscan el interés particular):
- Tiranía: Desviación de la monarquía (gobierno de uno en beneficio propio).
- Oligarquía: Desviación de la aristocracia (gobierno de los ricos en beneficio propio).
- Democracia Extrema (Demagogia): Desviación de la politeia (gobierno de los pobres en beneficio propio).
Aristóteles considera la democracia moderada o politeia como la mejor forma practicable de gobierno en la mayoría de los casos, ya que busca atender a las necesidades de todos los ciudadanos y es más estable. Rechaza las formas de gobierno que dañan los intereses comunes de los ciudadanos.
Prefiere una sociedad donde predomine una clase media fuerte, con una distribución de la riqueza y las funciones más igualitaria, para eliminar los conflictos extremos entre ricos y pobres y lograr mejor los objetivos de la ciudad y del estado: la buena vida para sus ciudadanos.
La Concepción Aristotélica del Alma
En este contexto filosófico, podemos entender las diferentes funciones del alma (psyché) en la antropología y psicología aristotélica.
Diferencias con Platón
Platón consideraba que el hombre es el resultado de una unión accidental entre alma (inmortal, preexistente) y cuerpo (mortal, corruptible), estando el alma en el cuerpo como un prisionero en su celda. La muerte es la liberación del alma. La verdadera esencia del hombre está más allá de su vida terrenal.
Aristóteles, en cambio, concibe al ser humano según su teoría hilemórfica (materia-forma) aplicada a la sustancia. Es consciente de que alma y cuerpo no pueden existir de forma separada en el ser vivo. El hombre es una sustancia compuesta de materia (cuerpo) y forma (alma). Forman una unidad sustancial inseparable.
El Alma como Principio Vital
Aristóteles acepta la existencia del alma como principio vital, aquello que diferencia a un ser vivo de uno inerte. Todos los seres vivos están dotados de alma. El alma es la forma sustancial del cuerpo orgánico que tiene la vida en potencia. Es decir, el hombre es un compuesto inseparable de alma y cuerpo. No existe el alma por un lado y el cuerpo por otro; ambos existen solo en la sustancia "hombre". La distinción entre cuerpo y alma es real, pero solo pueden separarse conceptualmente, no físicamente (mientras el ser está vivo). Por ello, el alma, como forma del cuerpo, no es inmortal en el sentido platónico, ya que cuando el hombre muere, ocurre un cambio sustancial y la unidad se disuelve.
Tipos de Alma (Funciones Anímicas)
Aristóteles distingue tres tipos de alma o niveles de funciones anímicas, que se superponen jerárquicamente:
- Alma Vegetativa: Ejerce las funciones básicas de nutrición, crecimiento y reproducción. Es propia de las plantas, los animales y los seres humanos.
- Alma Sensitiva: Propia de los animales y los seres humanos. Incluye las funciones vegetativas más la percepción sensorial, el apetito (deseo) y el movimiento local. Permite al animal interactuar con su entorno para sobrevivir.
- Alma Racional (Intelectiva): Exclusiva del ser humano. Incluye las funciones anteriores más el pensamiento, la deliberación y la razón (nous). Es la función más elevada y la que define propiamente al hombre.