Aristóteles: La Búsqueda de la Felicidad (Eudaimonia), Virtud y el Origen de la Política
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Ética Aristotélica: La Búsqueda de la Felicidad (Eudaimonia)
Para Aristóteles, la ética supone determinar en primer lugar cuál es el fin de la acción humana. Por eso, su propuesta es una ética teleológica que entiende la felicidad (Eudaimonia en griego, relacionada con el bien y la virtud) como el fin supremo de todo ser humano. Aunque todas las personas desean la felicidad, Aristóteles señalaba que no todas están de acuerdo en qué consiste.
Desarrolla su idea de felicidad en la obra Ética a Nicómaco. La felicidad, según él, no consiste en bienes materiales, placeres, honores o fama, ya que estos son meros medios. La felicidad es un fin en sí mismo, y ser feliz solo es posible atendiendo a las facultades propias del ser humano. La felicidad guarda relación directa con la virtud, y esta, con la realización de la finalidad propia de cada cosa. Si la tarea propia de un medicamento es curar, la del ser humano es actuar de manera humana.
Distinción de las Virtudes: Dianoéticas y Éticas
Aristóteles no desatiende la felicidad de la mayoría de los mortales que no pueden dedicarse exclusivamente a la contemplación. Por ello, su teoría ética distingue entre dos tipos de virtudes:
1. Virtudes Dianoéticas (Intelectivas)
Consisten en el ejercicio de las facultades intelectivas o racionales:
- Prudencia (Phronesis)
- Sabiduría (Sophia)
- Ciencia (Episteme)
- Intelección (Nous)
- Arte o Técnica (Techné)
2. Virtudes Éticas (Morales)
Son propias de la voluntad y se corresponden con la parte desiderativa del alma humana. Se basan fundamentalmente en el hábito y en el término medio. La virtud moral es una disposición del alma para elegir el justo medio entre dos extremos, los cuales constituyen el vicio. Es crucial entender que la virtud (areté) no es una predisposición natural (no viene 'de fábrica'), sino que requiere voluntad, reflexión y esfuerzo constante.
La Virtud como Hábito y el Justo Medio
La virtud (areté) no se reduce al conocimiento o la sabiduría, como sostenían el intelectualismo socrático y Platón, sino que exige práctica constante. No basta con conocer qué es la justicia; es necesario llevarla a cabo de forma repetida hasta crear una costumbre. Mediante la repetición de actos virtuosos, el ser humano puede alcanzar la virtud.
El término medio es relativo a cada individuo y debe determinarse en cada situación específica mediante el pensamiento racional. No existen fórmulas universales para ser personas justas o virtuosas, ya que no existe un término medio moral exacto aplicable a todos los casos. La excelencia moral se alcanza cuando el individuo sabe encontrar el justo medio en cada situación, lo que le permite ser virtuoso y, por ende, alcanzar la felicidad.
La ética de Aristóteles se considera una ética material porque pone la atención en el contenido de la acción y no solo en la forma en la que actuamos.
La Política Aristotélica: El Humano como Animal Social
Las obras Ética a Nicómaco y Política fueron concebidas por Aristóteles como las dos partes de un mismo tratado. Si el ser humano alcanza la felicidad realizando aquello que le es propio, lo más propio es ser miembro activo de una polis (ciudad-estado).
Mediante la política, accedemos a la felicidad, ya que es el medio por el cual nos humanizamos. Aristóteles afirma que el ser humano es, por naturaleza, un animal social y político (Zoon Politikon).
Vínculo entre Ética y Política
Según Aristóteles, la ética y la política quedan ligadas bajo los siguientes principios:
- Al ser miembros del Estado, logramos nuestra máxima perfección.
- La misión fundamental del Estado es facilitar los medios para que los seres humanos puedan satisfacer sus necesidades y alcanzar una vida feliz.
- La felicidad, por lo tanto, está lejos de la individualidad y es un logro comunitario.
Formas de Gobierno y el Bien Común
El carácter empírico de Aristóteles le llevó a no exponer un modelo ideal de gobierno (como hizo Platón), sino a realizar un estudio de las causas por las que unas polis estaban bien organizadas y otras no.
Concluyó que no existe una única forma para gobernar bien y de modo justo. Para que un gobierno sea legítimo, se requieren dos principios esenciales:
- Cumplir con el principio de isonomía (igualdad ante la ley).
- Tener como objetivo primordial el logro del bien común.
Clasificación de Regímenes Políticos
Aristóteles identificó tres formas de gobierno justas (isonómicas) y sus correspondientes versiones corrompidas (que buscan el interés particular):
| Forma Justa (Bien Común) | Forma Corrompida (Interés Particular) |
|---|---|
| Monarquía: Gobierno de una sola persona por el bien común. | Tiranía: Gobierno de una sola persona que busca su propio interés. |
| Aristocracia: Gobierno de unos pocos (prudentes) con voluntad de promover la igualdad. | Oligarquía: Gobierno de unos pocos que solo buscan el interés privado (riqueza). |
| Politeia (República): Gobierno de la mayoría (clase media). | Democracia (Demagogia): Gobierno del pueblo que, sin educación, busca solo el interés de los pobres. |
Nota: El texto original menciona la Democracia como buen gobierno si el pueblo está educado. En la clasificación clásica aristotélica, la forma justa de gobierno de la mayoría es la Politeia, mientras que la Democracia (o demagogia) es su versión degenerada.