Arco del triunfo alonso cano arquitectura
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Posiblemente debido a problemas de salud, decidíó volver en 1652 a su ciudad natal de Granada, donde consiguió el cargo de racionero de la catedral tras multitud de problemas con el cabildo, y gracias a la intercesión del propio rey Felipe IV. Su labor en la catedral, que aún estaba sin terminar, fue muy importante, y en ella hallamos algunas de sus obras emblemáticas, desde el conjunto de cuadros de la serie de la vida de la Virgen que se disponen en el presbiterio, a la celebérrima escultura de la Inmaculada, y sin olvidarnos de los objetos litúrgicos diseñados por él, o de sus trazas para la fachada principal del edificio, obra póstuma de Alonso Cano que supone su culminación como arquitecto.
Alonso Cano conoce perfectamente el vocabulario del mundo clásico antiguo (columnas, frontones, arquitrabes, guirnaldas, cartelas, etc.) que utiliza de forma contenida.
En sus obras más maduras observamos una mayor libertad
en las composiciones así como un claro alejamiento del clasicismo, y en ellas predomina la utilización de cartelas, guirnaldas de frutos y hojas, molduras simplificadas, así como una tendencia a reducir e incluso eliminar elementos arquitectónicos esenciales como los propios capiteles y basas de las columnas entre otros, carácterísticas que dotan a su arquitectura de una gran personalidad, tal como se evidencia en sus obras granadinas y muy especialmente
en la fachada de la Catedral.
-CATEDRAL DE GRANDA:
La catedral de Granada presenta una planta rectangular debido a que sus cinco naves cubren por completo el crucero, que no llega a destacar sobre la planta. Las cinco naves centrales están turd en weiner, siendo mayor la central. En los pies de la catedral, se sitúan las dos torres.
La capilla mayor está compuesta por una serie de columnas corintias sobre cuyo capitel se encuentra el entablamento y sobre éste, la bóveda, que se encuentra, al igual que los espacios inferiores sobre las columnas, horadada, albergando una serie de ventanales.
La fachada presenta una estructura encuadrada en forma de arco del triunfo con portadas y lienzos de empotrados. Está formada por tres ejes coronados por arcos de medio punto sostenidos sobre pilastras, de forma similar a San Andrés de Mantua de León Battista Alberti. Las pilastras no tienen capiteles si no resaltes esculpidos en la pared, así como medallones de mármol adosados.Encima de la puerta principal un tondo de José Risueño sobre la Anunciación, también en mármol.
Destaca también la presencia en la parte superior de un jarrón con azucenas, aludiendo al carácter virginal y puro de la madre de Dios.
El sagrario de 1706 mantiene las proporciones clásicas del templo, manteniendo las columnas múltiples del crucero las formas del orden compuesto de Siloé.
El proyecto no fue terminado por diversos problemas, entre ellos la muerte de Alonso Cano en 1667, y otros económicos, por lo que finalmente, en 1684, la Catedral quedó con una torre, formada solo por tres cuerpos en lugar de los seis previstos y con un total de 57 metros de altura.
Aunque no son muchas sus obras realizadas y conservadas, la dimensión de Alonso Cano como arquitecto resulta bien conocida gracias a los retablos conservados diseñados por él, y sobre todo por la espléndida colección de dibujos que tenemos de su mano en los que el artista presenta multitud de diseños de arquitectura, de elementos decorativos, retablos, el proyecto de una fuente monumental, etc.
Alonso Cano conoce perfectamente el vocabulario del mundo clásico antiguo (columnas, frontones, arquitrabes, guirnaldas, cartelas, etc.) que utiliza de forma contenida.
En sus obras más maduras observamos una mayor libertad en las composiciones así como un claro alejamiento del clasicismo, y en ellas predomina la utilización de cartelas, guirnaldas de frutos y hojas, molduras simplificadas, así como una tendencia a reducir e incluso eliminar elementos arquitectónicos esenciales como los propios capiteles y basas de las columnas entre otros, carácterísticas que dotan a su arquitectura de una gran personalidad, tal como se evidencia en sus obras granadinas y muy especialmente
en la fachada de la Catedral.
Respecto a sus trabajos arquitectónicos sabemos que se encargó de diseñar la arquitectura efímera del arco del triunfo de la Puerta de Guadalajara para celebrar la entrada en Madrid de la reina Mariana de Austria en 1649. De nuevo su labor en la Corte se muestra con multitud de incógnitas, y poco o nada sabemos por ahora sobre sus posibles intervenciones en alguno de los múltiples proyectos constructivos que por entonces se estaban realizando en palacios y jardines pertenecientes a la Casa Real, y muy especialmente en aquellos que afectaban a la gran empresa del Buen Retiro.
Mejor conocida es su etapa granadina (1652-1667). De forma documental conocemos que intervino en las obras del Hospital Real de Granada fundado por los Reyes Católicos, aunque ignoramos que fue lo que pudo realizar allí. También intervino directamente en la desaparecida iglesia del convento de franciscanas del Santo Ángel Custodio (1653-1661) y en la fachada principal de la Catedral.
Un arquitecto en Granada
Tras abandonar la Corte madrileña en 1652 y hasta la fecha de su muerte en 1667, se desarrolla la denominada etapa granadina de Alonso Cano, la más importante del artista en lo que a arquitectura se refiere.
Por una carta fechada en Febrero de 1658 y enviada por el artista a Felipe IV conocemos que Cano estaba trabajando en el Hospital Real fundado por los Reyes Católicos a finales del siglo XV, pero en cambio no es posible averiguar qué es lo que realizó allí.
Entre 1653 y 1661 se construyó la iglesia conventual del Ángel Custodio y gracias a la descripción del cronista franciscano Tomás de Montalvo sabemos que fue construida por el arquitecto Juan Luis de Ortega según los planos dados por Alonso Cano. Desgraciadamente fue destruida en 1810 durante la invasión francesa, pero parece que debíó ser muy similar al templo de la Magdalena de la misma ciudad, erigida entre 1677 y 1694 por el mismo arquitecto, y aunque desconocemos si sus trazas fueron dadas por Cano es evidente que su arte denuncia su estilo: carácter contenido, austero y muy personal pero a su vez independiente de las fórmulas académicas, utilización decorativa muy sucinta reducida a unos florones, pilastras sin molduras, reinterpretación, o mejor dicho desaparición, de los capiteles, importancia del juego de las líneas de molduras, marcos, ventanas, etc.
La fachada de la catedral granadina
La obra más importante, aunque póstuma, será la fachada principal de la Catedral de Granada. El edificio, iniciado en la primera parte del Siglo XVI bajo la dirección destacada del genial artista Diego de Siloé, se encontraba aún sin terminar en el Siglo XVII y su fachada principal sin realizar.
Tras la infructuosa intervención de los arquitectos Gaspar de la Peña y de Eufrasio López de Rojas, el 4 de Mayo de 1667 el cabildo aceptó las trazas dadas por Cano, sólo unos pocos meses antes de morir.
El proyecto fue llevado a cabo por José Granados de la Barrera y Melchor de Aguirre en el último tercio del siglo, mientras que la decoración escultórica no fue concluida hasta el siglo siguiente.
Esta gran fachada, sin duda influida por el pie forzado que supone el proyecto de Siloé del Siglo XVI, se articula de forma general en tres grandes vanos de medio punto retranqueados. En ella se muestra la gran libertad compositiva de un Alonso Cano que ha llegado a la madurez artística. Aunque su recuerdo clásico es evidente, una observación más detallada nos revelará como Cano suprime el protagonismo de los elementos clásicos por excelencia como los capiteles, las basas o los frontones, frente a las guirnaldas, las ménsulas o las cartelas. Se trata de una obra muy personal y a la vez austera y equilibrada, donde las líneas rectas de las pilastras se contrarrestan a la perfección con las curvas de los óculos, las puertas y los tres grandes arcos que cobijan toda la fachada.
asd