Aportación de los escritores extremeños a la literatura del Siglo XX
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13. APORTACIONES DE LOS ESCRITORES EXTREMEÑOS A LA LITERATURA DEL Siglo XX
I- Del 98 a la Guerra Civil
La crisis de 1898 en España produce en la Literatura española de principios del Siglo XX deseos de regeneración. Esta regeneración en la literatura se convierte en renovación, sobre todo estética, en los poetas modernistas, como Rubén Darío, y también temática en los autores de la llamada Generación del 98.
Por el contrario, en Extremadura, en esos años iniciales del Siglo XX, predominan los autores regionalistas, herederos del Realismo conservador del Siglo XIX. Estos escritores, que consideran su maestro y guía al poeta José María Gabriel y Galán (1870-1905), dibujan un panorama idealizado de la vida rural, amenazado por el desarrollo social, . Se trata, claro, de una literatura conservadora en cuanto a los temas, el estilo y la intención (el exceso de emoción, la sensiblería…) que sin embargo fue muy bien acogida. Obstinados en esta búsqueda de los orígenes, como los escritores nacionalistas utilizaban la lengua materna (gallego, catalán...) de su regíón, los autores regionalistas extremeños acuden a lo que sería el habla, una supuesta lengua o dialecto extremeño: una lengua en la que no se había escrito nada.
El regionalismo encuentra en Luis Chamizo (
1896-1944) el modelo más destacado. Su obra acabó consagrándole como el poeta extremeño por antonomasia.
El miajón de los castúos (1921), escrita en la versión literaria de la supuesta habla regional (que se comienza a llamar castúo), es su obra esencial.
En prosa, el representante más destacado del regionalismo fue el narrador y periodista Antonio Reyes Huertas (1887-1952) que en multitud de novelas, comoLa sangre de la raza, y en breves relatos –sus estampas- afianzó la imagen conservadora de la tierra extremeña, aferrada a sus costumbres, que se niega a cambiar, y para la que solo pide reformas que acaben con las injusticias más evidentes.
Por otro lado, el autor más cercano a la ideología del 98, Felipe Trigo (1864-1916), escribirá dentro de la estética del Naturalismo, superada ya en esta época. Este prolífico novelista mantiene, dentro de su erotismo, un programa de denuncia de la situación social de su época, y en esencial, de la vida rural extremeña que tan bien conoce:
El médico rural o Jarrapellejos son la expresión de una situación terrible, en la primera critica enérgicamente, con abundantes elementos autobiográficos, la miseria y la ignorancia en la que viven los campesinos extremeños. Jarrapellejos, por su parte, denuncia los males del caciquismo en la sociedad española y extremeña.
Sin embargo, el Modernismo de principios de Siglo XX sí influyó en muchos poetas extremeños. Un ejemplo es el poeta Enrique Díez-Canedo (1879-1944), aunque si bien es cierto que se da a conocer como poeta modernista en obras como el Libro de las horas,pronto superará la estela modernista hacia una voz más personal, al tiempo que se da a conocer como crítico teatral y artístico.
II- La posguerra
La Guerra Civil española y la instauración de la dictadura ocasionan un cambio estético y literario muy profundo en todo el país. Multitud de españoles deben marchar al exilio, y entre estos, dos autores extremeños importantes dentro de la literatura española: Enrique Díez- Canedo.
A mediados de los años cuarenta aparecen los primeros poemas de Jesús Delgado Valhondo (1909-1993), poeta y cuentista, conocedor de la llamada poesía rehumanizada del momento, de cierta desolación moral. Sus libros de poemas, como La esquina y el viento, y sus cuentos hablan de un poeta cercano a los planteamientos del existencialismo cristiano y a un cuidado extremo del verso. Otros dos grandes poetas son Manuel Pacheco (1920-1998) y Luis Álvarez Lencero(1923-1982). Pacheco, poeta autodidacta, escribe una poesía desarragaida, con denuncia social en defensa de los oprimidos, relacionada con las formas literarias de vanguardia. En Álvarez Lencero destaca también su compromiso con los más desfavorecidos con versos marcadamente líricos y trascendentes. Debemos también citar en esta etapa a un poeta de importancia nacional que desarrolla su obra lejos de Extremadura: José María Valverde (1926-1996) Aunque es un poeta de difícil clasificación, algunos lo relacionan con los poetas católicos de la generación del 36 (Rosales, Panero, Vivanco) quizás por su sincera actitud religiosa, manifiesta ya en Hombre y Dios(1945). Muy dentro de la línea de la época se halla la inclusión de elementos realistas en algunos de sus libros; comoVersos del domingo (1954), con alusiones a la humilde realidad cotidiana.
Los últimos años de la dictadura coinciden con la escritura y estreno de las obras teatrales de un autor de reconocimiento nacional:
Manuel Martínez Mediero (Badajoz, 1939). Sus obras se relacionan con los movimientos teatrales alternativos y de vanguardia, con fuerte crítica social y política Entre sus obras más importantes podemos citar Las hermanas de Búffalo Bill y El bebé furioso.
III- La transición democrática
Hay dos corrientes que van a predominar en los años setenta en Extremadura: el Realismo social y el experimentalismo. Ejemplos de estas tendencias son el novelista José Antonio Gabriel y
Galán(1940-1993, cuyo estilo se vincula con el Realismo de los años cincuenta en novelas como El bobo ilustrado, y el novelista y dramaturgo Jesús Alviz (1946-1998). En sus novelas, como He amado a Wagner, realiza apuestas experimentales arriesgadas y en ellas prima el individuo y no el grupo o la sociedad. Tampoco podemos olvidar al novelista vinculado con nuestro pueblo, Víctor Chamorro, él se siente dentro del grupo de escritores rebeldes ante la injusticia, En Érase Extremadura recopiló en 2004 todo lo que había publicado en relación con nuestra historia
Ya a principios de los ochenta aparece el teatro de Miguel Murillo (1953) que participa de esta crítica de la realidad social a través de lo cotidiano en obras como El reclinatorio y, con un fuerte componente poético, Perfume de mimosas.
IV- La renovación de los años ochenta y noventa
Durante la década de los ochenta y primeros años noventa se produce, al compás de la modernización del país, una renovación de la literatura en Extremadura: variedad de corrientes, multiplicidad de propuestas artísticas…
La novela de los años ochenta, al hilo de la recuperación de ciertos modelos narrativos, vive años de esplendor. Por ejemplo, Juegos de la edad tardía de Luis Landeromarca un hito en la historia de la literatura extremeña alejada de las ataduras regionales,
Podemos resumir las carácterísticas de la novelística de estos años en los siguientes puntos: simultaneidad de propuestas, influjo de los medios audiovisuales, conciliación de modernidad y tradición, revalorización de géneros menores como el cuento, la literatura de viajes o el diario. La novela que se publica estos años atiende a multitud de cuestiones, como la recuperación de la memoria histórica o intrahistórica, en el caso de Dulce Chacóncon Cielos de barro en la que hace un homenaje a su tierra extremeña para contar una historia de críMenes que suceden durante la barbarie de la Guerra Civil. Precisamente en su última novela La voz dormida vuelve a tratar el tema y nos sumerge en la vida de unas mujeres encarceladas que se enfrentan con dignidad ante la humillación y la muerte. O Justo Vila con La agonía del búho chico donde se nos presenta el juego entre realidad y ficción.
V- Las últimas generaciones
Debemos citar sobre todo dos autores de gran éxito en la literatura nacional:
Javier Cercas o