Antonio Buero Vallejo: Un trágico de nuestro tiempo

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ANTONIO BUERO VALLEJO

UN TRÁGICO DE NUESTRO TIEMPO

La tragedia supone una mirada lúcida sobre el hombre y el mundo, pero no una visión pesimista. Su función es doble: inquietar, planteando problemas pero sin imponer soluciones; el final de sus obras suele ser un interrogante lanzado al espectador y es este quien ha de prolongar el drama, el conflicto que ha quedado abierto. Por lo tanto, se nos invita a comprometernos con la obra. Y curar, es decir, señalar la necesidad de una superación personal y colectiva, impulsándonos a luchar contra todas aquellas fuerzas que se oponen al desarrollo de la dignidad humana. Buero se sitúa por encima del pesimismo. Sus tragedias son una llamada a la esperanza en un mundo más justo.

TEMÁTICA GENERAL Y ENFOQUES

Las obras de Buero giran en torno al anhelo de realización humana y a sus dolorosas limitaciones: la búsqueda de la felicidad, de la verdad, de la libertad, se ve obstaculizada por el mundo concreto en que el hombre vive. Esa temática ha sido enfocada por Buero en un doble plano:

  • Un plano existencial: meditación, siempre en contextos muy concretos, sobre el sentido de la vida, sobre la condición humana.

  • Un plano social y político: denuncia injusticias concretas que atañen sea a las estructuras de la sociedad, a las formas de explotación o a los mecanismos de un poder posesivo.

Con ambos enfoques se entreteje siempre un enfoque ético. La búsqueda de la verdad, la defensa de la honradez consigo mismo y con los demás, el amor a la justicia. Esencial es la idea de responsabilidad, de libertad. La tragedia se desencadena por una transgresión moral de la que un personaje es responsable.

TRAYECTORIA

PRIMERA ÉPOCA

Iría hasta 1957 donde predomina el enfoque existencial. Desde el punto de vista técnico las obras se ajustan a una estética realista y a lo que el mismo autor llamó “construcción cerrada”.

En Historia de una escalera nos presenta tres generaciones de varias familias modestas, con sus sueños o su resignación. Es el drama de la frustración, tanto por el peso del medio social como por la debilidad de los personajes para ser fieles a sus ilusiones y a sus mejores impulsos.

En la ardiente oscuridad es una tragedia de compleja significación. A un colegio de ciegos que viven alegres, resignados a su condición, llega otro ciego que no se resigna y contagiará su angustia y su rebeldía a los demás hasta que uno de ellos lo mata para que la comunidad recobre la paz. Aquí la ceguera es símbolo de las limitaciones expuestas al hombre sea por su condición humana o por la sociedad. Debemos aceptar nuestras limitaciones y tratar de ser felices o debemos sentir trágicamente esas limitaciones y rebelarnos aunque sea imposible superarlas. Con ambas obras Buero probó la ambición y hondura de su pensamiento, así como su talento dramático. La tejedora de sueños, Irene o el tesoro.

En cuanto al contenido todas obras plantean problemas graves: la pureza moral, la verdad, la presencia de lo misterioso, la esperanza…

La transición hacia un predominio de la intención social estará representada por dos obras: Hoy es fiesta y La cartas boca abajo.

SEGUNDA ÉPOCA

De 1958 a 1970. El predominio del enfoque social no supone un descenso en la atención por el individuo concreto o por las facetas morales. Se insiste más en las relaciones entre el individuo y su entorno. Los actos individuales quedan enmarcados en un tiempo y unas estructuras sociales concretas. Se hace hincapié en las raíces y las consecuencias sociales de los actos. Los problemas de la justicia, de la libertad, de la responsabilidad… adquieren dimensiones nuevas.

Buero cultivará un tipo de drama histórico: Un soñador para un pueblo, sobre Esquilache (ilustrado progresista que sueña con un futuro mejor para España); Las Meninas, sobre Velázquez (artista amante de la verdad y la justicia, que quiere ser conciencia de su pueblo); El concierto de San Olvidio, situada en Francia; El sueño de la razón, sobre Goya (lucha contra el poder tiránico). En estas obras la anécdota histórica es un pretexto para plantear problemas actuales, sorteando la censura.

El tragaluz se sitúa en el presente y alude a nuestra historia reciente (la Guerra Civil y sus secuelas).

La doble historia del doctor Valmy, represión policial y tortura. La censura la prohibió y se estrenó en la transición de la democracia.

En cuanto a la técnica teatral, esta etapa supone un giro en el arte dramático de Buero ya que establece una construcción abierta: sustitución del espacio escénico realista por un escenario múltiple con nuevas técnicas de decorado y luminotecnia. Construcción más compleja de la acción que se fragmenta en cuadros o secuencias. Recursos de participación que intentar acercar e introducir al espectador en el drama. Buero aborda ciertos procedimientos que permiten penetrar en la conciencia o las obsesiones de los personajes. Adquiere en esta época mayor complejidad y riqueza.

TERCERA ÉPOCA

Continuación o intensificación de los rasgos aparecidos en la segunda etapa. Manifiesta su voluntad de no permanecer al margen de las inquietudes experimentales en los años 70. En esta etapa los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos.

Llegada de los dioses: la ceguera del protagonista Julio simboliza la negativa de un joven al ver las inquietudes del mundo que le rodea.

La Fundación nos introduce en una celda de presos políticos, uno de ellos, Tomás, cree hallarse en un centro de investigación hasta que comprende la situación real y comparte las angustias y las esperanzas de los demás.

La detonación vuelve a un tema histórico, evoca la figura inconformista de Larra, su creciente desesperación y su suicidio, vistos como consecuencia de una situación social y política.

Lázaro en el laberinto.

En cuanto a la técnica Buero ha avanzado con mayor audacia por la vía de las novedades escénicas. Se desarrollan los efectos de inmersión, los recursos de sonido, de luz o de tramoya que nos hacen oír o ver las cosas tal y como las percibe o las imagina el personaje. En El sueño de la razón el espectador oía las voces interiores que poblaban la sordera de Goya. En La Fundación, los cambios de decorado nos llevan desde lo que cree ver el trastornado Tomás a la realidad que, poco a poco, irá admitiendo. Con estos recursos el teatro logra expresar la subjetividad, lo escondido en la conciencia de los personajes, sus obsesiones, incluso sus trastornos psíquicos. En La detonación, la obra es un desfile de episodios de la vida de Larra que pasan por su mente en los instantes previos al suicidio.

SIGNIFICACIÓN DE BUERO VALLEJO

Nos encontramos ante nuestro primer trágico actual. Dentro de esa línea, la trayectoria de Buero resume los pasos que ha seguido el teatro español desde los años 40, con sus preocupaciones existenciales, sociales, y estéticas. Su éxito es singular: la naturaleza sombría, inquietante e inconformista de su teatro, sin más concesiones que las imprescindibles para moverse dentro de los límites de la censura, luchando por ampliarlos. Sus preocupaciones las hace accesibles a un sector de público amplio.

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