El Fin del Antiguo Régimen en España: De la Guerra de la Independencia a la Constitución de Cádiz (1808-1814)
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El Colapso del Antiguo Régimen y el Auge del Liberalismo en España
En España, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, se empieza a romper el sistema del Antiguo Régimen, caracterizado por una monarquía absoluta, una sociedad dividida en estamentos (nobles, clero y pueblo), privilegios para unos pocos y la ausencia de derechos para la mayoría.
Este sistema comienza a cambiar debido a la confrontación de dos fuerzas ideológicas:
- Los Defensores del Antiguo Régimen: Aquellos que querían mantener el statu quo (nobles, clero, monarquía absoluta).
- Los Liberales: Aquellos que buscaban un sistema más justo, moderno, con libertades, derechos y leyes iguales para todos. Estos eran principalmente burgueses, gente con poder económico pero sin poder político.
Las Demandas y Medidas del Liberalismo
Los liberales luchaban por principios fundamentales que buscaban desmantelar la estructura feudal y absolutista:
- Libertad Individual: Incluyendo la libertad de prensa, de asociación y de opinión.
- Igualdad ante la Ley: Eliminación de los privilegios del clero y la nobleza.
- Derecho a la Propiedad: La capacidad de tener propiedades y usarlas libremente, un pilar clave para el desarrollo de la economía capitalista.
Instrumentos para Acabar con el Sistema Absolutista
Para implementar estos cambios, los liberales impulsaron varias medidas legislativas:
- Constitución: Establecimiento de leyes fundamentales que garantizasen derechos y deberes para todos los ciudadanos.
- Abolición de los Señoríos: Fin del poder feudal de los señores sobre tierras y personas.
- Desamortización: Expropiación de tierras pertenecientes a la Iglesia o al Estado para su posterior venta a particulares.
- Desvinculación: Eliminación de las leyes que impedían la venta de propiedades familiares (mayorazgos).
- Libertad Económica: Permiso para que cualquier persona pudiera comerciar, producir o trabajar sin necesidad de permisos especiales de gremios o la Corona.
- Codificación: Creación de leyes iguales para todos.
La Crisis Dinástica y la Guerra de la Independencia (1808-1814)
El contexto europeo, marcado por la Revolución Francesa (1793, ejecución de Luis XVI) y el ascenso de Napoleón, afectó profundamente a España. Tras una guerra inicial contra Francia, España se alió con Napoleón. En 1807, mediante el Tratado de Fontainebleau, se permitió el paso de tropas francesas por territorio español con destino a Portugal, pero en realidad se trataba de una invasión encubierta.
El Conflicto de las Abdicaciones
La crisis de la monarquía española se precipitó en 1808:
- Con el Motín de Aranjuez, el rey Carlos IV abdicó en su hijo, Fernando VII.
- Posteriormente, en Bayona, Napoleón forzó a Fernando VII a abdicar en él, y este, a su vez, cedió el trono a su hermano, José Bonaparte.
Este traspaso de poder, percibido como una usurpación, provocó la indignación popular y el inicio de la famosa Guerra de la Independencia.
Fases de la Guerra
La guerra fue un conflicto muy duro que se extendió durante seis años y se desarrolló en cuatro fases principales:
- Comienzo de la Resistencia (Mayo - Octubre 1808): El 2 de mayo de 1808, el pueblo se levantó en Madrid. Las primeras victorias españolas (como la de Bailén) impulsaron la creación de Juntas locales y provinciales para organizar la defensa y el gobierno.
- Contraataque Francés (1808 - 1812): Napoleón entró en España con un gran ejército, tomó Madrid y obligó a las Juntas a refugiarse en el sur, concretamente en Cádiz.
- Guerra de Guerrillas (1809 - 1812): Ante la debilidad del ejército regular español, la población se organizó en pequeños grupos armados (las guerrillas) que atacaban por sorpresa a las tropas francesas, desgastándolas y dificultando su control territorial.
- Victoria Final (1812 - 1814): Tras el fracaso de Napoleón en Rusia, este retiró tropas de España. Con la ayuda decisiva del ejército inglés, las fuerzas españolas lograron expulsar a José Bonaparte y ganar la guerra.
Consecuencias de la Guerra
Aunque se logró la victoria, España quedó profundamente destrozada:
- Económicas: Destrucción de fábricas, campos de cultivo y caminos.
- Sociales: Profundo odio y división entre españoles que habían apoyado a bandos distintos (afrancesados vs. patriotas).
- Demográficas: Elevada mortalidad y descenso de la natalidad.
- Culturales: Quema y saqueo de iglesias, archivos y bibliotecas.
- Políticas: España salió debilitada, perdiendo su fuerza en América, donde comenzaron los procesos de independencia.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Mientras la guerra continuaba, en la ciudad de Cádiz (que nunca fue conquistada por los franceses), se reunieron políticos, intelectuales y representantes para formar las Cortes de Cádiz, una especie de parlamento.
Desafíos de las Cortes
Las Cortes enfrentaron varios problemas de legitimidad y operatividad:
- Muchos cuestionaban su legitimidad, pues no seguían el modelo de las antiguas Cortes estamentales.
- Representaban principalmente a las ciudades, con escasa representación de la nobleza y el clero tradicional.
- Su autoridad efectiva se limitaba a Cádiz y sus alrededores.
Reformas Fundamentales de Cádiz
A pesar de las dificultades, las Cortes aprobaron medidas de trascendental importancia, sentando las bases del Estado liberal español:
- Proclamación de la Soberanía Nacional: El poder ya no residía en el rey, sino en la nación (representada por las Cortes).
- Separación de Poderes: Las Cortes asumieron el poder legislativo.
- Abolición de los Señoríos: Poniendo fin definitivo al sistema feudal.
- Igualdad Fiscal: Establecimiento de impuestos universales (todos pagan según su riqueza).
- Fin de los Gremios: Se permitió la libertad de trabajo y comercio.
- Libertad de Propiedad: Se garantizó la libre disposición de las tierras.
- Abolición de la Inquisición: Aunque esta institución fue restaurada y abolida varias veces durante el siglo XIX, su abolición definitiva se produjo en 1834 por la regente María Cristina.