El Año Decisivo de la Gran Guerra y la Reconfiguración de Europa: 1917 y los Tratados de Paz
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El Año Decisivo de la Gran Guerra: La Crisis de 1917
El año 1917 fue decisivo para el desenlace de la Primera Guerra Mundial. Era evidente el agotamiento, las penurias económicas, el elevado número de víctimas y la fatiga psicológica que asolaban a las naciones beligerantes. En Reino Unido, Francia e Italia se sucedían las huelgas, las deserciones, la protesta social y los movimientos antibelicistas.
En abril de 1917, Estados Unidos entró en guerra en el bando de la Entente. Esta decisión estuvo motivada por la ofensiva submarina alemana, que suponía un importante obstáculo para el tráfico comercial, y por el peligro que la guerra representaba para la devolución de los préstamos internacionales de los grandes bancos americanos. La entrada de Estados Unidos supuso un significativo reforzamiento de la Entente.
La Revolución Rusa de octubre de 1917 también fue decisiva; las nuevas autoridades negociaron un armisticio con los Imperios Centrales, lo que provocó la desaparición del frente oriental y permitió a Alemania concentrar sus fuerzas en el frente occidental.
Los Tratados de Paz y la Reconfiguración de Europa
Las ideas principales para los Tratados de Paz fueron planteadas por los representantes de las potencias vencedoras: el presidente francés, Georges Clemenceau; el primer ministro británico, David Lloyd George; y el presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson.
Principios Fundamentales de la Paz
Estos tratados se vertebraron en torno a tres aspectos clave:
- La propuesta del presidente americano de crear una Sociedad de Naciones para evitar guerras futuras.
- La atribución de la responsabilidad de la guerra sobre Alemania.
- La necesidad de firmar tratados por separado con el resto de países vencidos.
El Tratado de Versalles: Consecuencias para Alemania
El Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919, fue el más determinante, ya que consideraba a Alemania responsable de la guerra. Francia, que había sufrido grandes pérdidas, fue partidaria de imponer a Alemania duras condiciones. Por su parte, Reino Unido, que quería evitar la hegemonía francesa en Europa, insistió en la necesidad de mejorar la situación política y económica de Alemania; finalmente, Francia renunció a algunas de sus exigencias.
Alemania consideró el tratado como una imposición o Diktat, puesto que no tuvo oportunidad de negociar y se vio obligada a aceptar las cláusulas acordadas por los países vencedores. Las principales consecuencias para Alemania incluyeron:
- Importantes pérdidas territoriales.
- Fuertes reparaciones de guerra: Alemania tuvo que pagar elevadas indemnizaciones a los países vencedores, ceder las minas de carbón del Sarre a Francia, y entregar su flota mercantil y sus bienes en el exterior.
- Restricciones militares severas: Obligación de reducir su ejército a 100.000 hombres, eliminando el servicio militar y entregando su flota militar.
- Creación de tribunales especiales para juzgar al Káiser Guillermo II y a sus ministros.
El Nuevo Mapa de Europa Post-Guerra
La Conferencia de París concluyó con la firma de tratados con los demás países vencidos: Saint-Germain (con Austria), Trianon (con Hungría), Sèvres (con el Imperio Otomano) y Neuilly (con Bulgaria).
Como resultado de estos tratados, el mapa europeo quedó remodelado, apareciendo nuevos estados independientes como Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania.