Anaximandro de Mileto: El Ápeiron y el Origen del Cosmos
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Vida y Obra
Anaximandro de Mileto, discípulo y continuador de Tales, fue una figura clave en la filosofía presocrática. Se le considera el primer filósofo en escribir un libro, titulado Sobre la Naturaleza. Además de su labor filosófica, Anaximandro fue un activo ciudadano de Mileto, liderando una expedición a Apolonia, junto al mar Negro. Sus investigaciones abarcaron diversos campos: se le atribuye la creación de un mapa terrestre, trabajos para determinar la distancia y el tamaño de las estrellas, y la afirmación de que la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro de un universo esférico.
El Ápeiron como Principio Fundamental
El arché, o principio fundamental de todas las cosas, según Anaximandro, es el ápeiron, que se traduce como "lo indefinido" o "lo indeterminado". Con esta concepción, Anaximandro realiza un avance significativo respecto a Tales, quien proponía un elemento determinado (el agua) como arché. El ápeiron es descrito como "inmortal e indestructible", "eterno y sin envejecimiento", atributos que la mitología griega reservaba a los dioses. Anaximandro sostiene que el ápeiron no ha sido engendrado, pero que de él "se engendran todas las cosas".
El Fragmento Clave de Anaximandro
Un fragmento crucial y enigmático de Anaximandro reza así:
"El principio (arché) de todas las cosas es el ápeiron. Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí se produce también la destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la injusticia, según el orden del tiempo".
Este pasaje sugiere que todo surge del ápeiron y todo regresa a él en un ciclo necesario, medido por períodos de tiempo rítmicos. Existe debate sobre si Anaximandro concibió la idea de innumerables mundos sucesivos en el tiempo, pero es más probable que el ciclo de surgimiento y desaparición se diera dentro de un mismo mundo. Lo más notable del fragmento es la concepción del orden cósmico como un orden jurídico y moral, donde se habla de "pagar", "culpas", "reparación" e "injusticia".
La Justicia Cósmica y la Separación de los Opuestos
Anaximandro argumenta que en el principio no pudo haber un solo elemento, sino una mezcla de opuestos como seco y húmedo, cálido y frío. Del ápeiron comienzan a separarse sustancias opuestas entre sí. Cuando una prevalece sobre la otra, se produce una reacción que restablece el equilibrio. La alternancia de las estaciones ejemplifica este proceso: el calor y la sequedad del verano son sustituidos por el frío y la humedad del invierno.
Cosmología sin Mitos
Anaximandro propone una cosmología que describe la formación del cosmos sin recurrir a representaciones míticas. En el ápeiron, lo frío y lo caliente se separan por un proceso de rotación. Lo frío-húmedo ocupa el centro, rodeado por una masa de fuego. Para los filósofos griegos, no hay separación entre fuerza y materia: el universo tiene "vida propia" (la materia originaria es auto-moviente). El calor evapora parte del agua, dando lugar a la tierra seca y a una cortina de vapor (el cielo), a través de cuyos orificios se vislumbra el fuego exterior (las estrellas).
El Origen del Hombre
Anaximandro también ofrece una explicación sobre el origen del hombre. Según él, los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol, y luego pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces: los primeros humanos se habrían criado en el interior de un tipo específico de pez y, al alcanzar la edad suficiente para valerse por sí mismos, habrían sido arrojados a la tierra. Estas ideas, aunque sorprendentes, representan un intento de explicar el origen del hombre de forma racional.