Análisis de los Temas Medievales en las Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique
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Análisis de los Temas Medievales en las Coplas a la Muerte de su Padre de Jorge Manrique
Temas
El poema se nutre de motivos tradicionales que reflejan verdades aceptadas en la Edad Media. Jorge Manrique, desde su propia experiencia, recrea estos temas, dando como resultado una obra conmovedora por su autenticidad y emoción:
El Mundo como Lugar de Paso y el Menosprecio de los Bienes Terrenales
El mundo se presenta como un lugar de paso, un escenario efímero para el hombre, quien tiene la oportunidad de alcanzar la salvación de su alma a través de sus buenas obras. Al ser su estancia transitoria, no debe aferrarse a él, y ese desapego se manifiesta en la renuncia a los bienes terrenales, considerados engañosos, fugaces e inestables. La fugacidad e inconsistencia de estos bienes se atribuyen a tres factores: la fortuna, la muerte y el tiempo. Este tópico se conoce como el menosprecio del mundo (De contemptu mundi), con raíces en la tradición cristiana medieval.
La Fortuna
La fortuna se presenta como un azar ciego y arbitrario que conduce a tragedias. Se la representa como una rueda inestable, una interpretación de origen pagano. Esta imagen de la fortuna no tiene cabida en el cristianismo. Para algunos autores, como el marqués de Santillana, equivalía a la Providencia divina, que regía los destinos de los hombres. Entre la visión pagana y la cristiana, Manrique se inclina más por la primera, ya que su naturaleza cambiante refuerza la idea de rechazar los bienes materiales.
El Tiempo Fugaz
El tiempo se caracteriza por su fugacidad. Se introduce como la idea del fluir constante (la vida como río, como carrera, como trampa... son metáforas sencillas que reflejan el pensamiento clásico). El presente es imposible de retener y se escapa antes de que nos demos cuenta. El futuro se compone de presentes inaprensibles, por lo que todo se reduce al pasado; a un no ser, y el pasado es irreversible. Dado que el mundo se sustenta en el tiempo, y este es efímero, resulta inútil que el hombre deposite sus esperanzas en lo terrenal.
La Muerte Igualatoria
En cuanto a la muerte, se destaca su poder igualitario, que no hace distinciones ni respeta jerarquías (a diferencia de la vida), pues llega a todos sin importar su posición social. Además, Manrique resalta su capacidad para destruir la vida, su carácter ineludible, su imagen aterradora y, por último, su implacable crueldad, ya que se ensaña sin conmoverse ante el rostro desencajado de sus víctimas.
La Muerte como Transición a la Eternidad
Superando esta visión terrorífica de la muerte, Manrique señala su sentido trascendente. El hombre debe aceptarla con serenidad, como un hecho natural que lo libera de las penalidades terrenales y como la puerta de acceso a la eternidad tras una vida llena de significado.