Análisis del Sistema de la Restauración por Joaquín Costa
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El texto a comentar es una novela escrita por Joaquín Costa, uno de los principales ideólogos del movimiento regeneracionista, redactada para el gran público. Su contenido es político, si bien en cuanto a su origen puede considerarse una fuente histórica primaria, también podría tratarse de una fuente histórica secundaria al tratarse de una crítica al sistema político de la época.
La idea principal del texto es criticar el sistema de la Restauración. Además, el autor refuerza esta idea mediante las ideas secundarias: un desarrollo del funcionamiento del sistema y una crítica de cómo este está corrupto.
Estructura y Contenido del Texto
En el primer párrafo, el autor distingue a tres clases de hombres que ocupan puestos de poder en la España de comienzos del siglo XX. En la cima de la pirámide se encuentran los oligarcas políticos de profesión, que ejercen su poder desde Madrid. Para hacer llegar su influencia a las provincias se valen de caciques, que son hombres poderosos e influyentes en una comarca concreta y que hacen cumplir los designios de los oligarcas. Finalmente, están los gobernadores civiles, que actúan como intermediarios entre oligarcas y caciques.
En el segundo párrafo, Joaquín Costa procede a criticar a la clase dirigente, a la que acusa de desentenderse de los problemas cotidianos del pueblo llano, llegando a compararlos con un grupo de extranjeros para ilustrar su desconexión con la nación a la que teóricamente representan.
Al llegar al último párrafo, el escritor carga contra la corrupción electoral y los abusos de poder practicados de manera común entre la clase política. En concreto, el turnismo electoral del Partido Conservador y el Partido Liberal fue constante a lo largo de toda la etapa de la Restauración. Pretendiendo ser una imitación del sistema bipartidista inglés, este acabó generando corrupción a gran escala para mantener vigente el bipartidismo. Así, al convocar elecciones, se redactaba en Madrid el encasillado, que establecería un ganador para cada provincia. Este encasillado era enviado a los gobernadores civiles, los cuales se lo entregaban a los caciques. Estos utilizaban su influencia y poder para lograr el resultado esperado; si aún así el resultado no era el deseado, se amañaban los votos.
Contexto Histórico
Tras la caída del régimen isabelino mediante la Revolución Gloriosa de 1868, comenzó el llamado Sexenio Democrático. Fue una época convulsa para España, que presenció el asesinato del líder de la República, el General Prim, la fugaz monarquía de Amadeo I de Saboya, el fallido experimento democrático de la Primera República y el estallido de la Tercera Guerra Carlista.
Tras el golpe de estado de los generales Pavía y Serrano y la supresión de la República, los partidarios del regreso de la dinastía de Borbón y la entronización del hijo de Isabel II, Alfonso XII, fueron ganando peso. Entre ellos destacaban Antonio Cánovas del Castillo, influyente político conservador y redactor del Manifiesto de Sandhurst, leído por el pretendiente borbónico desde Inglaterra, en el cual declaraba su voluntad de reinar constitucionalmente. A finales de 1874, el General Martínez Campos se pronunció en Sagunto a favor de Alfonso de Borbón como Alfonso XII, rey de España.
Comenzaba así el periodo de la Restauración, etapa política que supuso el regreso al trono de la Casa de Borbón y la creación de las condiciones necesarias para que esta mantuviera la corona. Por ello, el gran arquitecto del sistema, Cánovas del Castillo, trató de crear un régimen a imagen del estable gobierno bipartidista inglés. Liderando el mismo, el Partido Conservador completó su modelo de turnismo y bipartidismo con el Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta. Ambos partidos se iban alternando al frente del gobierno gracias al sistema turnista, apoyado en el sufragio censitario, la corrupción, el clientelismo, los caciques y los amaños electorales.
A pesar de todo, este sistema contaba con el respaldo de importantes sectores de la población, como el campesinado, la Iglesia y el ejército. Sin embargo, el régimen también tenía sus detractores, como los anarquistas, republicanos, obreros, carlistas y nacionalistas.
La Crítica de la Generación del 98
En este contexto, y especialmente a raíz de la implacable derrota española en la Guerra Hispanoamericana de 1898, surgió en España un movimiento intelectual que aspiraba a reformar la España de la época, rural, pobre y tecnológicamente atrasada. A este movimiento se le conoce como la Generación del 98, al ser menos subjetivo y más documentado y racional. El autor de este texto, el político, economista e historiador Joaquín Costa, fue líder de este movimiento.
En el fondo, este texto representa el descontento por parte de la sociedad española con el régimen de la Restauración. Sin embargo, sus demandas fueron desoídas por los sucesivos gobiernos hasta 1923, cuando fueron reprimidos por la dictadura de Primo de Rivera. Finalmente, no se logró la reforma hasta la proclamación de la Segunda República.